Tejer es beneficioso para la salud: conocé lo mejor de esta práctica
“Hacer esto es una actividad de ocio que permite a quienes la realizan disponer de un espacio propio y de un tiempo dedicado a sí mismas”, afirma un estudio; disminuye el estrés y la ansiedad
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“Tejer tiene importantes beneficios psicológicos y sociales, que pueden contribuir al bienestar y la calidad de vida. Como ocupación calificada y creativa, tiene potencial terapéutico”. Así señala un estudio realizado por la Universidad de Cardiff, del Reino Unido, sobre el tejido y su impacto en la salud.
Y, si bien cada vez que alguien comenta que su hobby es tejer la respuesta suele ser una cara de sorpresa o una burla respecto a su edad, esta actividad está creciendo a pasos agigantados en todo el mundo, porque está ligada a su aporte al bienestar y a la disminución del estrés y la ansiedad.
“Hacer punto es una actividad de ocio que permite a quienes la realizan disponer de un espacio propio y de un tiempo dedicado a sí mismas, en el cual pueden experimentar una sensación de relajación”, remarca otro estudio realizado por tres investigadoras de las universidades de Cataluña y Málaga.
Esa investigación recuerda que “las actividades artesanales se han utilizado desde el origen mismo de la terapia ocupacional como método de tratamiento”, aunque reconoce que “la falta de valorización de las artesanías en la sociedad, ha limitado su uso”.
Sin embargo, en los últimos años, el fenómeno del DIY (por sus siglas en inglés Do it yourself o hacelo tú mismo) y el impacto del confinamiento durante la pandemia, alimentaron fuertemente la práctica de actividades creativas, que ayudaran a pasar el tiempo en casa y evitaran el aburrimiento.
Los cinco efectos beneficiosos para la salud de tejer
- Reducción del estrés y la ansiedad.
- Estimulación mental y mejora de la memoria.
- Impulso de la creatividad.
- Mejora de la coordinación motora y la destreza manual
- Estimulación social y construcción de comunidades.
Tejer se compara a meditar o practicar yoga
“Hacer punto reduce la ansiedad y facilita la relajación a través de la experimentación de un estado de flow o flujo, entendido como la pérdida de la noción del tiempo, tal y como puede producir la práctica de yoga”, agrega la investigación.
Además, apunta que “crear piezas con las propias manos puede producir una sensación de éxito, lo cual puede actuar de trampolín para realizar otras actividades del mismo patrón de intereses personales”. Esto se traduce en que ver una pieza terminada, creada por uno mismo, tiene un importante efecto de refuerzo en la autoestima.
Tejer es una actividad que requiere de concentración y atención plena (también llamada mindfulness). Al enfocar la mente en los movimientos repetitivos o en la creación o lectura de patrones, el foco se aleja de los problemas del día y se alivia el estrés y la ansiedad. La repetición rítmica de los puntos tiene un efecto calmante, similar al de la meditación.
“Las conductas de relajación vinculadas a los pasatiempos son importantes y se exploran en la consulta psicológica”, dijo a El País el psicólogo Lisandro Vales. En ese ámbito se busca “potenciar la capacidad de disfrute” de la persona, que es clave y va más allá de un pasatiempo. “La capacidad de disfrutar es algo que uno intenta que los pacientes potencien y se trabaja sobre esa línea”, agregó el profesional
Además, resaltó la importancia de los hobbies o pasatiempos en la tercera edad o cuando las personas se jubilan: “Es bueno que tengan pasatiempos que les permitan seguir explotando esa capacidad de disfrute, porque sentarse solos a ver la televisión todo el día puede ser un pasatiempo, pero “cognitivamente no tiene un aporte beneficioso”.
Por otro lado, Vales marcó que “tejer es una actividad que te permite estar en el aquí y ahora, concentrarte”. Señaló que muchas veces este pasatiempo puede pasar a ser una herramienta para trabajar con personas que tienen problemas de ansiedad, por ejemplo.
“Hay personas que viven mucho en el presente, otras que viven en el futuro (como quienes sufren ansiedad) u otras en el pasado y tiene que haber un equilibrio. Esta actividad permite ser un amortiguador para esas situaciones”, opinó.
El tejido estimula la memoria y la coordinación
Al tejer el cerebro se activa y se estimulan diversas habilidades cognitivas. La interpretación de patrones, la necesidad de contar puntos e hileras, de mantener la atención, además de la combinación de colores y la manipulación de las agujas, desafían a la mente a concentrarse y también ponen a trabajar a la memoria.
Además, la coordinación de las manos requiere de una atención específica, que es beneficiosa para aquellos que buscan mantener su agilidad mental. La práctica regular del tejido también desarrolla habilidades motoras finas, que son beneficiosas para personas con artritis, ya que ayuda a mantener la flexibilidad de las articulaciones y reducir la rigidez.
El crochet en primera plana
Tom Daley, el medallista británico de natación, puso al crochet en primera plana en los pasados Juegos Olímpicos. Mientras esperaba su turno, captó la atención del mundo entero, aguja y lana en manos.
El joven contó que empezó con esta práctica cuando inició la pandemia. “Lo único que me ha mantenido cuerdo durante todo este proceso es mi amor por tejer y el crochet”, dijo según citó El País de Madrid
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