¿Somos flexibles? Por qué es importante asombrarnos más seguido
Este sentimiento está asociado a “deshacer todas las emociones negativas”; cuáles son los escenarios posibles y qué herramientas tiene una persona a mano para poder cambiar su rutina
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Mucha gente siente que ya nada le produce asombro. Lo cierto es que el asombro es una de las emociones más poderosas que hay. El asombro es lo que nos ha permitido construir conocimiento a lo largo del tiempo. El asombro frente a la naturaleza ha llevado a muchos a preguntarse: “¿Quién creó este planeta llamado Tierra?”. También a observarnos como seres humanos y a cuestionarnos: “¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos?”. Esto ha generado fascinación, desconcierto, deslumbramiento.
Uno de los efectos que posee el asombro es su capacidad de deshacer todas las emociones negativas que podamos estar experimentando, tales como la tristeza, la angustia y el aburrimiento. Asombrarnos frente a algo es volver a ser niños, aunque ya seamos adultos, y sentir que vemos algo por primera vez. Es una especie de descubrimiento o despertar que nos saca de la rutina.
¿Frente a qué cosas solemos asombrarnos? La naturaleza y el arte, en sus múltiples facetas, no son lo único que nos puede causar asombro. A la mayoría de las personas se les activa el asombro cuando ven a alguien realizar una buena acción, amar a otro incondicionalmente o ayudar a quien lo necesita sin interés de por medio. Todo ello nos asombra porque nos produce admiración.
En resumen, nos maravillamos cuando percibimos grandeza en algo o alguien, ya que esta sacude nuestras estructuras psíquicas frente a la potencia de lo inesperado y lo diferente de todo lo que vivimos a diario.
Si sentís que ya nada atrae tu atención, te animo a que la próxima vez que salgas de tu casa, de manera consciente te pongas a observar los detalles de todo aquello que encuentres en tu camino: personas, lugares o animales. Por lo general, nos sucede que estamos tan inmersos en nuestros pensamientos y actividades, que nos perdemos de sentir asombro, deslumbramiento ante lo que nos rodea. Permití que esta emoción te nutra y te aporte nuevas experiencias.
Entonces, ¿por qué podemos llegar al punto en el que el mundo que nos rodea ya no nos asombra? Porque los seres humanos tenemos la tendencia a repetir más de lo mismo, lo cual nos brinda seguridad. Hacemos siempre lo mismo, comemos los mismos alimentos, tomamos el mismo camino para nuestro trabajo, resolvemos nuestros problemas de la misma forma.
Pero suele ocurrir que el día en el que nos atrevemos a intentar algo totalmente distinto, por pequeño que sea, nos asombramos de lo que somos capaces de hacer, de las habilidades con las que contamos (y, a menudo, pasamos por alto) para obtener resultados novedosos.
Concluyo con una pregunta: ¿te considerás una persona flexible o rígida? El asombro tiene que ver con la flexibilidad, tanto corporal como mental y emocional. Cuando nos permitimos la apertura y el movimiento, le abrimos la puerta al asombro. Y esta emoción puede llevarnos a una vida de crecimiento continuo.
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