Qué le pasa a tu cuerpo cuando tomas alcohol en un avión

No todo es color de rosa al volar en avión. Hay situaciones que están fuera de nuestro control, por ejemplo, las turbulencias, los retrasos por condiciones climáticas y la sobreventa de pasajes.

Todas estas circunstancias nos ocasionan estrés y buscamos mil formas para relajarnos durante el trayecto, entre ellas tomarnos una copa de una bebida alcohólica. Pero, ¿qué tan saludable es esto?

¿Qué pasa si tomo alcohol en un avión?

Un trago antes o durante el vuelo nos puede hacer más ligero el viaje. También sirve para romper el hielo con nuestros compañeros de asiento, aunque no siempre es la mejor opción. De acuerdo con información de la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile (DGAC), consumir bebidas alcohólicas a bordo de un avión disminuye la capacidad de oxigenación del cerebro.

Cuando este órgano no recibe la cantidad necesaria de oxígeno, se produce una sensación de agotamiento, dificultad para concentrarse, falta de aire, frecuencia cardíaca acelerada y disminuye nuestra velocidad de respuesta.

Uno de los ejemplos que se da en estos casos es cuando se presenta una emergencia o una situación inesperada y tu cuerpo no puede responder correctamente porque se encuentra bajo los efectos sedantes del alcohol. En definitiva, nadie quiere vivir algo así.

Algunas aerolíneas ofrecen aperitivos a los pasajeros y en el menú de bebidas se incluye vino, cerveza, tequila y otro tipo de licores. De ser posible, omití su ingesta y realiza otras actividades para relajarte, por ejemplo, escuchar música, leer o ver una película.

¿Qué pasa si te emborrachas en un avión?

Al igual que en una fiesta, si te emborrachas en un avión corres el riesgo de cometer imprudencias. Desde molestar a los pasajeros, faltarle el respeto a la tripulación o alterar el orden.

El personal te llamará la atención durante el recorrido. Y si perciben que estás intentando abordar en estado de ebriedad, podrían negarte el paso y hasta llamar a los elementos de seguridad para que te saquen de la sala. Si está en tus posibilidades y llegaste con unas copas de más, trata de reprogramar tu vuelo.

Finalmente, la DGAC sugiere no tomar alcohol 24 horas antes del viaje, no subir al avión si se está bajo los efectos de la bebida y notificar a la tripulación si te sentís mal.

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