Polémica por la nena de siete años que participa en concursos de belleza: “Destruyen su salud”

En la actualidad, los concursos de belleza fueron blanco de críticas por las estrictas normas y estereotipos que intentan imponer. Sin embargo, todavía existen países en donde es habitual que las mujeres y hombres asistan a estos eventos con motivo de resaltar por su aspecto físico. Hasta ahí, se podría decir, queda en ellos participar o no. Sin embargo, en los Estados Unidos, existen competencias para menores de edad, lo que hizo sonar las alarmas de muchos por el rol de los niños. Uno de los casos que más llamó la atención fue el de Kynlee, una pequeña de tan solo siete años que sorprende en las redes sociales por sus abdominales marcados y las dietas rigurosas que respeta a diario.

Hay diferentes opiniones acerca de estos concursos que premian las facciones, posturas y forma de modelar de los concursantes. A pesar de ello, la madre de Kynlee hizo caso omiso al qué dirán, ya que cuando su hija tenía tres años la anotó por primera vez en uno de estos concursos, el cual ganó. Este fue el inicio de una carrera por la competencia que llevó a la jovencita a ser conocida en Instagram.

Más allá de los comentarios ofensivos de los usuarios y de algunos profesionales de la salud acerca de hacer parte de este tipo de eventos a menores, Angel Heiman insistió con el camino de su hija en este tipo de competencias, ya que la niña tiene un sueño ambicioso, según ella, por cumplir: ser competidora olímpica.

De acuerdo con su madre, Kynlee (que nació en Los Ángeles, California) sintió desde la primera manicura que se realizó “su amor por lucir bien”. Además, con el apoyo de su madre, quien la preparó para este estilo vida, no dudó en seguir con su meta.

Una rutina estricta y una lluvia de críticas: “Dejala ser una niña”

Lo más impactante de verla son sus abdominales, algo que Angel subrayó en una entrevista que ofreció para el medio británico Daily Mail. Según señaló, cuando Kynlee tenía tres años notó que sus músculos estaban marcados por completo. Con firmeza, aseguró que considera que “son hereditarios, ya que su otro hijo también posee un cuerpo tonificado y no supera la mayoría de edad”.

En su cuenta oficial, la cual maneja su madre, la competidora de belleza hace pública su rutina, entre sus sesiones de fotos como “modelo” hasta las visitas al gimnasio. Una imitación de la vida adulta con siete años. Las críticas son habituales y los mensajes, tanto en sus redes sociales como a raíz de la entrevista que dio al medio inglés, se multiplicaron. “Pobre chica”; “Destruyen su salud”; “Dejala ser una niña”; “Si a ella le gusta, está bien, pero no descuiden su salud” y “Los chicos no deberían levantar pesas”, fueron algunos de los más repetidos.

En la entrevista, Angel reveló que la joven respeta una estricta dieta saludable con el fin de mantener el físico atlético. Asimismo, reconoció que existen espacios variados en los que se permite alguna que otra “golosina”. Acerca de su entrenamiento, junto con la escuela, se suma una serie de ejercicios cuatro veces por semana, incluso en casa, Kynlee también practica deporte con su mamá.

Angel fue entrenadora de un grupo de porristas, por lo que de pequeña su hija se sintió inspirada en seguir todo lo que se relaciona con la actividad física. Para su madre, “Kynlee es feliz y disfruta cada día de su forma de vida”. A los cinco años y ya con una base estable, se inscribió en un gimnasio para perfeccionar sus habilidades. “A ella le encantan y está orgullosa de lo tonificada que está. Hace muchos ejercicios abdominales para mantenerlos prominentes”, sentenció la mujer.

Cuando Kynlee tenía tres años participó por primera vez en un concurso de belleza que destacó su figura y aspecto, ya que “vistió un look de princesa delicado”. Este fue el inicio para la niña de lo que serían más participaciones en este tipo de competencias, en donde las medallas y trofeos nunca pararon de llegar.

Para su madre, Kynlee ama vestirse con atuendos glamorosos. Si bien tiene una personalidad exagerada, reconoció que tiene conciencia social y empatía por el otro. A los dos años se hizo su primera sesión de manicura y en la actualidad, con tan solo siete, alcanzó a maquillarse por sí misma, sin ayuda de un profesional.

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