Los pasatiempos de un genio: qué hacía Albert Einstein cuando no trabajaba
El científico que supo cambiar la historia con sus hallazgos disfrutaba del ocio mucho más de lo que se cree; ¿qué lo apasionaba más allá de sus teorías e hipótesis?
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Albert Einstein fue uno de los científicos más importantes de la historia. Dejó un amplio legado de aportes y contribuciones como el número de Avogadro, teoría cuántica de la luz, teoría general de la relatividad, movimiento browniano y muchas más. Era un genio, pero sus intereses iban más allá de la física y la ciencia.
Para el alemán, descansar y desconectarse de la rutina era muy importante. Incluso solía decir que el día tenía ocho horas para trabajar y otras ocho para hacer tonterías, de acuerdo con la matemática Merry Janson en su artículo publicado en Medium.
Durante este tiempo de libertad, se enfocaba en sus pasatiempos favoritos. Según Big Think, practicaba el violín desde pequeño, impulsado por su madre, pianista. “Si bien rara vez actuaba en público, nunca viajaba sin su violín. Al final de su vida, formó parte del Zoellner Quartet y tocó con miembros visitantes del Julliard Quartet”, contó Scotty Hendricks en su artículo.
Además, le gustaba navegar. No era tan bueno, porque le gustaba irse a la deriva y, en varias ocasiones, terminaba perdiéndose. “Einstein creía que su mente flotaba junto con su barco, lo que le permitía conectar ideas inesperadas y forjar algunos de sus mayores avances”, indicó Jessica Stillman para la revista Inc.
También, resolvía rompecabezas, leía libros sobre la naturaleza y daba largos paseos para reflexionar y liberarse del estrés. En general, cualquier actividad que despejara su mente era bien recibida por el científico.
Su ejercicio era mental, pues le encantaba jugar ajedrez. Nunca se lo tomó en serio, pero su capacidad para identificar patrones y su talento lógico lo ayudaban a realizar sus movimientos. Tenía un tablero del juego en su casa y solía retar a sus amigos y visitantes a una partida. Incluso, se dice que jugó contra J. Robert Oppenheimer, el ‘padre de la bomba atómica’, en la Universidad de Princeton en 1933.
De esta forma, no todo lo que hacía Einstein en su tiempo libre estaba relacionado con su trabajo. El físico se daba la oportunidad para descansar y practicar sus pasatiempos favoritos.
De acuerdo con Auckland Physiotherapy, un centro de fisioterapia en Nueva Zelanda: “El descanso físico ayuda a aliviar la tensión muscular, reduce la fatiga y promueve la relajación física general. El descanso mental implica darle a la mente un descanso de la actividad cognitiva continua y la estimulación mental. Se trata de permitir que su mente se relaje y se recargue”.
Por lo tanto, recuerde tener momentos de descanso en los que pueda desconectarse del estrés de la rutina. Además, según Integris Health, red de hospitales en Oklahoma, esto podría mejorar su salud mental, concentración, memoria, estado de ánimo y desarrollar un sistema inmune más sano.
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