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Los misterios del cerebro: descubren patrones vinculados al envejecimiento

El envejecimiento cerebral sigue caminos diversos según las personas; un estudio descubrió cinco patrones de atrofia vinculados a la genética, al estilo de vida y a las enfermedades crónicas

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El estudio fue realizado por centros universitarios de Alemania, Estados Unidos y Suiza
El estudio fue realizado por centros universitarios de Alemania, Estados Unidos y Suiza

El envejecimiento es un proceso complejo que afecta a todos los órganos del cuerpo humano, incluido el cerebro. Desde un enfoque puramente biológico, el envejecimiento puede entenderse como el resultado de la acumulación progresiva de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo. Sin embargo, la manera en que estos cambios se manifiestan en el cerebro varía considerablemente entre diferentes individuos. Este fenómeno de diversidad en el envejecimiento cerebral está influenciado por una mezcla de factores genéticos, estilos de vida y la presencia de enfermedades.

De acuerdo con la investigación, no todos los cerebros envejecen de la misma manera
De acuerdo con la investigación, no todos los cerebros envejecen de la misma manera

Un reciente estudio llevado a cabo en Estados Unidos, Alemania y Suiza ha identificado cinco patrones distintos de atrofia cerebral que están relacionados con el envejecimiento y diversas enfermedades neurodegenerativas. A partir del análisis de casi 50 mil escáneres cerebrales, los investigadores lograron clasificar estos patrones, que podrían ayudar a comprender mejor cómo y por qué algunas personas envejecen de manera diferente a otras. Estos hallazgos han sido publicados en la revista Nature Medicine.

Patrones distintos de atrofia cerebral

Los cinco patrones de atrofia cerebral identificados en el estudio son:

  • Subcortical: Este patrón está asociado con genes que tienen relación con el estrés y ciertos estados relacionados con el embarazo. Se observa que estos cambios afectan regiones profundas del cerebro, áreas clave en la regulación emocional y de funciones motoras.
  • Lóbulo Temporal: Este tipo de atrofia tiene correlaciones con factores como el peso al nacer y problemas de memoria, además de estar vinculado a la progresión de la demencia. El lóbulo temporal es esencial para el procesamiento de la memoria y el reconocimiento de objetos y caras, lo que explica su impacto en las capacidades cognitivas.
  • Parietal Temporal: Se ha encontrado que esta atrofia está conectada con enfermedades como el Parkinson y el Alzheimer, así como con la esquizofrenia. Las áreas parietal y temporal del cerebro son cruciales para la integración sensorial y el manejo de la información espacial y del lenguaje.
  • Cortical Difusa: Este patrón abarca un desgaste más extendido del cerebro, y se asocia con hábitos de vida como el tabaquismo y el consumo de alcohol, así como con enfermedades como la esclerosis múltiple. La atrofia cortical difusa afecta a múltiples funciones cerebrales, reflejando un impacto global en la salud cerebral.
  • Atrofia Perisilviana: Relacionada con condiciones crónicas como las enfermedades cardiovasculares y factores psicológicos. Esta región es importante en la comprensión del lenguaje y las habilidades motoras finas.

El cerebro humano es el órgano encargado de regular y coordinar todas las acciones del cuerpo, desde pensamientos y emociones hasta el comportamiento consciente. A medida que envejecemos, el cerebro sufre modificaciones anatómicas que pueden observarse a través de técnicas de imagen como las resonancias magnéticas. Con el tiempo, algunas áreas del cerebro pueden encogerse o mostrar alteraciones estructurales, aunque estos cambios suelen ser muy sutiles y no siempre perceptibles a simple vista.

Según Christos Davatzikos, experto en imágenes biomédicas de la Universidad de Pensilvania y uno de los autores principales del estudio, “el ojo humano no es capaz de identificar patrones de cambios sistemáticos en el cerebro asociados con el envejecimiento”. Esto subraya la importancia de utilizar tecnologías avanzadas para desentrañar los misterios del envejecimiento cerebral.

Metodología del estudio

Previos estudios habían demostrado que las técnicas de aprendizaje automático, conocidas como machine learning, podían detectar los sutiles rastros del envejecimiento en los datos de resonancia magnética. Sin embargo, muchos de estos estudios estaban limitados por el tamaño reducido de sus muestras.

El equipo liderado por Davatzikos amplió significativamente el alcance al emplear un método de aprendizaje profundo denominado Surreal-GAN. Este algoritmo fue desarrollado por Zhijian Yang durante su investigación de posgrado. Utilizando resonancias magnéticas de más de diez mil personas, tanto jóvenes sanos como adultos mayores con diferentes niveles de deterioro cognitivo, el algoritmo fue capaz de identificar las características recurrentes en los cerebros envejecidos.

Existen, al menos, cinco tipos de envejecimiento cerebral
Existen, al menos, cinco tipos de envejecimiento cerebral

Posteriormente, este modelo fue aplicado a una base de datos de casi 50 mil resonancias magnéticas, lo que permitió identificar los cinco patrones distintos de atrofia cerebral. Estos patrones no sólo ayudan a entender el envejecimiento en términos generales, sino que también ofrecen pistas sobre la progresión de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.

Implicaciones y futuro del estudio

Los resultados del estudio sugieren que ciertos patrones de atrofia cerebral están estrechamente relacionados con factores como el consumo de alcohol y tabaco, así como con diversas firmas genéticas y biomarcadores asociados con la salud. Sin embargo, Davatzikos advierte que estos hallazgos no implican que todo pueda reducirse a cinco patrones de atrofia.

El equipo de investigación está ahora explorando la posibilidad de trabajar con conjuntos de datos más amplios y diversos, que incluyan una mayor variedad de condiciones neurológicas y una representación más amplia de diferentes grupos raciales y étnicos. Esta expansión en la investigación podría llevar a una comprensión aún más matizada de cómo envejece el cerebro humano y cómo se pueden prever y posiblemente mitigar los efectos de las enfermedades neurodegenerativas en el futuro.

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