Los cinco pueblos de la provincia de Buenos Aires más visitados durante 2024

Buenos Aires es una provincia llena de encanto natural, la cual ofrece una gran variedad de actividades para disfrutar. Desde escapadas de un día hasta fines de semana completos para reconectar con la naturaleza, las opciones son abundantes. Justamente, este 2024, muchos argentinos se animaron a salir de la rutina y explorar más de lo que la provincia tiene para ofrecer. Ahora, con el final del año, es momento de hacer un balance y repasar cuáles fueron las actividades más populares entre quienes se aventuraron a descubrir sus paisajes y rincones.

Aunque la provincia está llena de pueblos encantadores y espacios únicos para explorar, algunos se destacan especialmente, ya sea por la amplitud y belleza de sus espacios naturales o por sus propuestas gastronómicas que atraen a visitantes de todas partes. Con esto en cuenta, lugares como estos logran combinar la tranquilidad típica de los entornos rurales con experiencias que van desde platos tradicionales hasta opciones gourmet, convirtiéndose en destinos imperdibles para quienes buscan escapadas memorables. A continuación, algunos de los más destacados durante este año:

1. Carlos Keen

Para quienes buscan una escapada cercana a la ciudad, Carlos Keen se presenta como la opción ideal. Este encantador pueblo del partido de Luján, ubicado a solo 87 kilómetros de la Capital Federal, ofrece el equilibrio perfecto para desconectarse del ritmo acelerado de la rutina. Rodeado de naturaleza, con antiguas construcciones que cuentan historias y una gran propuesta gastronómica, este lugar recibe a miles de visitantes cada mes, a quienes les brinda un espacio ideal para relajarse y disfrutar.

Entre sus principales atractivos, destacan joyas históricas como la capilla San Carlos Borromeo y la vieja estación de ferrocarril, hogar de El Granero, un lugar icónico para las fotografías. Además, el pueblo ofrece experiencias únicas, como el museo de máquinas rurales al aire libre, paseos a caballo o en sulky, y la feria de artesanos con productos regionales.

Su propuesta gastronómica es otro de sus fuertes, con restaurantes de campo y parrillas con menú libre que invitan a compartir momentos especiales en familia, disfrutando de deliciosa comida casera a precios accesibles.

2. Tomás Jofré

Ideal para los que buscan escapar de la vorágine de la ciudad y de la rutina diaria, Tomás Jofré es una gran alternativa, ya que, desde su origen como estación ferroviaria en 1911, evolucionó para convertirse en un destacado destino gastronómico. A solo 100 km de la ciudad, es una opción perfecta para disfrutar de una escapada rodeada de verde, con un toque de historia y una oferta culinaria que atrae a cientos de visitantes cada semana.

El recorrido hacia este pueblo se remonta a los tiempos en que era simplemente un punto de paso ferroviario. Hoy en día, se transformó en un polo gastronómico que ofrece una variedad de platos tradicionales en sus restaurantes de campo, desde pastas y asados hasta deliciosos postres. Lo más atractivo es el espacio al aire libre, donde los visitantes pueden relajarse mientras disfrutan de una excelente comida.

Además, cuenta con diversas actividades para complementar la experiencia, como la feria artesanal, paseos a caballo, la estación histórica, el tren turístico y la iglesia local. Para quienes deseen aprovechar al máximo el día, lo recomendable es reservar en los restaurantes con anticipación, especialmente los domingos, cuando el lugar suele llenarse de gente.

3. San Antonio de Areco

Con su atmósfera colonial y paisajes pampeanos, San Antonio de Areco se convirtió en una de las escapadas más apreciadas por quienes desean desconectar de la vida urbana. A tan solo 113 km de la Ciudad de Buenos Aires, este encantador pueblo ofrece un refugio lleno de historia, tradición y naturaleza. A medida que crecía la demanda, la oferta hotelera se diversificó, lo que permite que los visitantes elijan entre una amplia gama de opciones. Desde pequeñas cabañas y fincas históricas, hasta resorts lujosos que ofrecen todo tipo de comodidades, San Antonio de Areco se adapta a todos los gustos, convirtiéndose en el lugar perfecto para pasar un fin de semana rodeado de belleza y tranquilidad.

4. San Pedro

San Pedro, ubicada en la provincia de Buenos Aires, es otra de las opciones irresistibles para quienes buscan una escapada relajante y llena de encanto natural. Esta ciudad, famosa por sus paisajes rurales y su cercanía al río Paraná, se ganó un lugar entre los destinos más buscados para quienes desean escapar de la rutina urbana. A tan solo 160 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, ofrece un refugio perfecto para disfrutar de actividades al aire libre, como paseos en bote, pesca y caminatas por sus senderos. Además, la ciudad conserva un aire tranquilo y pintoresco, con una rica historia que se refleja en su arquitectura y tradiciones.

Asimismo, San Pedro es conocida por su gastronomía, especialmente por sus platos típicos elaborados con productos locales. Entre sus propuestas más destacadas se encuentra La Campiña de Mónica y César, un lugar que se convirtió en furor por ofrecer una experiencia que combina la tradición culinaria con un entorno natural único.

Este espacio invita a disfrutar de productos frescos, recorridos por plantaciones de cítricos y una atención que refleja la calidez del lugar. Con todo esto, esta ciudad se consolida como una excelente opción para una escapada corta desde la ciudad, con todo lo necesario para desconectar y disfrutar del entorno natural.

5. Azcuénaga

Para los amantes del campo y de la comida casera, Azcuénaga es el destino ideal. Este pequeño pueblo, con apenas 300 habitantes, ofrece una experiencia gastronómica única en un entorno rural impresionante. La localidad, ubicada a 115 km de la ciudad, en el Partido de San Andrés de Giles, se ganó una reputación por sus platos internacionales elaborados con ingredientes frescos y locales, lo que convierte a cada comida en una celebración del sabor y la calidad.

Este encantador pueblo es conocido por su belleza natural, que se refleja en sus calles y casas bajas, muchas de las cuales conservan su arquitectura original. Durante los fines de semana, Azcuénaga se transforma en un refugio para turistas que buscan escapar del bullicio de la ciudad y sumergirse en una experiencia rural auténtica. Con una cálida hospitalidad, el pueblo ofrece diversas actividades que permiten a los visitantes conocer más sobre sus tradiciones y cultura local.

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