Los cinco errores comunes al usar el lavarropas (y que arruinan tus prendas)
Muchas veces, nuestra ropa puede verse afectada por la forma en la que la lavamos, ya que el contacto con el agua, los productos químicos y el movimiento determinan si se desteñirá, achicará o manchará
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Lavar la ropa puede parecer algo simple y fácil de hacer. Pero la realidad es que desde el invento del lavarropas y el avance de la tecnología los programas de lavado vienen cada vez más específicos para cada tipo de prenda. Lejos de tratarse de una ayuda, muchas veces, los tipos de lavado pueden inferir en el resultado final de tu ropa, incluso, dañándola.
Desde confundirse el tipo de prenda del que se trata hasta mezclar artículos que se destiñan entre sí, los errores que podemos cometer al poner un lavado pueden terminar en desastre. Lo importante es ser consciente de que no es solo cuestión de tirar todo dentro del lavarropas y que este “haga magia”. Existen varios pifies. Los repasaremos y veremos cuál es la forma de evitarlo o, en caso de ya haberlos cometidos, remediarlos.
- Utilizar jabón en exceso
El principal problema de llenar el compartimiento del lavarropas de jabón para ropa no es solo el gasto de este producto. Esto puede producir que el artefacto “rebalse” o que la rejilla por donde el agua se expulsa también colapse o se llene de espuma que tendrás que barrer.
Pero no solo tu lavadero se verá afectado, la ropa que entre en contacto con jabón líquido por demás y no tenga agua limpia con la cual limpiarse probablemente quedará manchada con marcas. Lo bueno es que con un simple enjuague esto podría revertirse y, en caso de que no se haya estirado ni manchado, la ropa volverá a su estado original.
- No revisar bolsillos
Muchas veces no tenemos en cuenta el interior de los bolsillos de nuestras prendas. Es muy común que se olvide dinero (en su momento monedas o billetes). Esto no solo implica una pérdida importante por tratarse de plata, sino que también puede perjudicar al aparato. Las monedas u objetos pequeños pueden romper el sistema del lavarropas o dañarlo. Además, el papel, como el higiénico o el de los pañuelos, se destruyen por la fuerza del agua y se convierten en basura que se pega a las prendas y suele ser complicado sacarlo.
- Sobrecargar el lavarropas
Para ahorrar tiempo, lavados y energía, solemos llenar el lavarropas de prendas. Esto puede parecer práctico, pero con el paso del tiempo el lavarropas se va desgastando, ya que tiene que utilizar muchas revoluciones para poder hacer girar el tambor por lo pesado que estará. Además, es mucho más probable que al tratarse de mucha prendas y estar tan amontonadas, estas no se sequen del todo en el centrifugado, incluso si se trata de prendas finas. Por eso, y para seguir ahorrando, es mejor separar la ropa por tipo y color y hacer de dos a tres lavados semanales en la familia.
- Usar el mismo programa de lavado para todos los tipos de ropa
Como explicamos anteriormente, cada tipo de prenda de ropa tiene su propio programa de lavado. Esto se determina a partir del material con el que está hecha la prenda. Por ejemplo, no es la misma la intensidad con la que el lavarropas limpia una prenda delicada como una camisa o blusa que prendas más pesada o difíciles de lavar como jeans o toallas.
Pero eso dependerá del ciclo de lavado que le indiques a tu máquina. Si usás el mismo tipo de lavado para toda la ropa, o peor, la mezclás entre ellas, es muy probable que lo más delicado se arruine, descosa o deshaga. Para eso, es crucial que, antes de lavar la ropa, no solo la separes por color entre claro y oscuro para que no se destiña, sino que también es necesario lavar aquello que sea delicado aparte.
Hay que tener en cuenta que hay algunos tipos de prendas muy específicos que ni siquiera deben meterse al lavarropa porque se destruirían. Para eso, existen bolsas específicas donde lavarlas o, si te es más fácil, es mejor llevarlas a la tintorería, donde les van a dar un cuidado y una limpieza especial.
- No respetar la temperatura del agua necesaria
Tal como ocurre con los programas de lavado, la temperatura del agua es determinante según el tipo de prenda del que se trate. Lavar algo con agua caliente puede llegar a destruirlo, en cambio, el agua fría podría desteñir o achicar prendas. Por eso, es importante revisar qué prendas vamos a lavar, agruparlas por tipo y lavarla en distintos programas. Para ahorrar agua y electricidad, es recomendable esperar a juntar una cantidad del mismo tipo de ropa considerable. Por ejemplo, varias toallas, varias prendas de lana o varios jeans.
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