Los 10 trucos para eliminar de forma sencilla a los caracoles y babosas de tu jardín
Se alimentan de las hojas de las plantas y pueden llegar a convertirse en una plaga; descubrí los mejores métodos para erradicarlos de manera rápida y efectiva
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La primavera llegó a la Argentina con temperaturas más altas de lo habitual, lo que favoreció a un ambiente húmedo y propenso para la aparición de caracoles y babosas en nuestro jardín. Si sos de aquellos que desea cuidar las plantas para evitar que estos invasores las destruyan por completo, a continuación se sugieren 10 trucos caseros para que puedas aplicarlos de forma segura y así deshacerte de ellos.
A estos moluscos les fascinan los espacios oscuros y con abundante humedad, es por ello que tal vez los encuentres escondidos debajo de las hojas o más bien en los tallos de las plantas de tu patio. Además, suelen escabullirse entre los objetos que podés dejar allí por un largo tiempo. A pesar de que su existencia en el jardín significa que es un ambiente natural y sin sustancias tóxicas, también podrían perjudicar la vegetación al punto de extinguirla.
Los 10 trucos caseros para eliminar a los caracoles y babosas del jardín
Según el sitio especializado en jardinería, Sow Right Seeds, existen diferentes métodos caseros para eliminarlos u espantarlos. Estos se forman con productos que no son nocivos para la salud y que tienen un bajo costo en el mercado. Conocé cuáles son y recordá que ante cualquier duda, antes de aplicar algún procedimiento, consultá a tu jardinero de confianza.
- Trampa para caracoles: elegí una botella de plástico y cortala por la mitad. Enterrá al nivel del suelo la parte que tiene el pico en dirección para abajo -como si fuera un embudo-. Volcá un poco de cerveza allí. Al día siguiente retirá los caracoles ya muertos y repetí el procedimiento.
- Barreras de cobre: se sabe que este metal repele a las babosas y caracoles porque les produce una ligera descarga cuando lo tocan. Por este motivo, rodeá el perímetro de las macetas y canteros con alambre de cobre y así impedirás que prosigan con su camino.
- Tierra de diatomea: es una roca sedimentaria silícea formada por fósiles de diatomeas. No es perjudicial para los animales y los humanos, pero para los caracoles y babosas es fatal. Cuando entran en contacto con ella, se secan. Es importante aplicar una capa de no más de una pulgada en el entorno de las plantas. Luego de cada lluvia o riego abundante, volvé a colocar más de este polvo.
- Barrera natural: triturá cáscaras de huevo y colocalas al lado de las plantas que deseás proteger. Esto funcionará como un muro que impedirá que los caracoles circulen por allí. Este producto los lastima, por lo que no podrán atravesar esa pared.
- Fomentá a los depredadores naturales: creá santuarios para que las aves visiten tu jardín o mejor aún, recreá rincones donde puedan alojarse sapos y ranas. Incluso si tenés gallinas o patos, los caracoles son un manjar para ellos.
- Selección manual: esta tarea puede que sea la menos agradable, pero resulta eficiente cuando hay una plaga de caracoles desperdigada por tu patio. Para ello, recogé cada uno de ellos con la mano. Buscá en cada rincón, en los tallos de las plantas, en los objetos que decoran el jardín y todo aquello que represente un hogar confortable para su reproducción.
- Plantas repelente: una opción sencilla y económica para alejar a los caracoles son ciertas especies de plantas que resultan repulsivas para ellos. La lavanda, el romero, la cebolla y la menta tienen la capacidad de repeler a estos tipos de moluscos por su aroma intenso.
- Cebos orgánicos para caracoles y babosas: existen productos de origen natural, a base de fosfato de hierro, que es inofensivo para los humanos y las mascotas. Este producto se consigue en los viveros y puede aplicarse sobre los límites de las plantas para que los moluscos no se acerquen a ellas.
- Reducí la humedad en tu jardín: dado que los caracoles aman la humedad, evitá sitios donde haya condiciones para que se forme. Regá las plantas de mañana para que durante el día la tierra se seque. Además, considerá espaciarlas, para así circula el aire entre ellas.
- Erradicá sus escondites: eliminá de tu patio los escombros, las hojas secas y las malas hierbas, que ofician de hogar para los caracoles. Mantené el espacio limpio para que sea menos atractivo para su reproducción.
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