Las creencias inconscientes: cuáles son, cómo reconocerlas y qué hacer para soltarlas
Desde el postulado “soy malo” al “me van a hacer daño”, estas son cuatro creencias que uno debería dejar ir para procurar superarse día tras día
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Todos los seres humanos, a lo largo de nuestra vida, vamos adoptando distintas creencias que simplemente son ideas que se quedan a vivir en nuestra mente. Dichas creencias suelen afectar la forma en la que vivimos, pues de ellas surgen pensamientos creadores de una realidad determinada, existente o no.
Te invito a considerar algunas de esas creencias, que son inconscientes y todos podemos tener, las cuales no nos resultan útiles, y más aún, nos limitan:
1. Soy malo/mala
Quienes sufren de celos, en su interior, suponen que hay algo malo en ellos y temen que el otro los deje por eso. También comparte este convencimiento la persona que tiene miedo de que la juzguen y la rechacen. El miedo a cometer errores surge de la creencia de que hay algo malo en nosotros. Como resultado de ello, aparecerán en la mente pensamientos tales como: “No merezco que me amen”; “Soy culpable de todo lo que pasa”, “En este grupo, no encajo”.
2. No soy merecedor de nada bueno
Esta idea proviene de la anterior, pues, si soy malo, no merezco nada bueno. La persona con esta creencia se siente incómoda cuando le sucede algo bueno. Por ejemplo, si comienza un noviazgo con alguien que en verdad la ama, hará todo lo posible (de manera inconsciente) para boicotear la relación. La culpa es una emoción que nos dice que debemos ser castigados. De ahí, la importancia de racionalizarla y preguntarnos: “¿Por qué siento culpa? ¿Por qué creo que no me merezco esto? ¿Es mi propia voz o es la de alguien más?”. Todos podemos, desde la conciencia, darnos permiso para disfrutar de todo lo bueno.
3. No puedo
Esta creencia nos frena muchísimo a la hora de accionar, puesto que afecta nuestro mundo emocional. Entonces, aseveramos: “Ya soy grande para estudiar, o para formar pareja”. O, “No tengo capacidad para ese trabajo”. O, “No me animo a irme de viaje solo”. Y tantas otras frases que nos decimos porque, en el fondo, suponemos que no podemos.
4. Me van a hacer daño
La persona que siempre está a la defensiva, en su interior, está convencida de que alguien vendrá a dañarla. Por eso, sospecha de todo y de todos y le cuesta confiar. Un simple “Hola, ¿cómo estás?”, la hace sospechar de que el otro tiene algún motivo oculto para saludarla… Entonces, suele atacar, antes de que la ataquen y se pelea con medio mundo. La idea detrás de esta actitud es que el mundo es un lugar peligroso, y hay que cuidarse.
Tal vez te hayas identificado con alguna de estas creencias. Pero la vida no se trata de una competición donde tenemos que ganarles a los demás, sino de procurar superarnos a nosotros mismos día tras día. Y, para ello, necesito reconocer, cuestionar y soltar toda creencia que me limita para poder creer en mí mismo, en mí misma, y permitirme avanzar y ser feliz a cada paso, sin que nada me detenga.
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