La historia de la “casita” que sobresalía en las alturas y que debajo escondía una joya del mundo antiguo
Especialistas confundieron la cima de una aparente colina con un monumento único en América Latina; este hallazgo se produjo en 1873 y dejó a la vista un ícono de la civilización Maya
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Con la llegada de los primeros europeos a las costas de México hubo un choque de culturas y se descubrieron diversas civilizaciones nativas, entre pequeños templos, monumentos y necrópolis. Sin embargo, la vasta extensión de la selva de Yucatán guardaba en su interior un templo que hasta 1873 no se halló tal como se lo conoce hoy en día. Se trata de la pirámide de Chichén Itzá, que en un principio se confundió con una “casita de piedra” por estar bajo la maleza, pero que en realidad ocultaba algo de mayor tamaño.
La foto que se tomó de la estructura fue antes de finalizar el siglo XIX, cuando el país norteamericano ya se había conformado como tal. ¿Por qué se encontró tal monumento en condiciones de abandono? ¿Qué sucedió?
Los mayas existen desde hace 3000 años, pero su apogeo tuvo lugar entre el 200 d.C y el 900 d.C. Luego de ello sucedió un hecho todavía inexplicado científicamente que los obligó a dividirse en comunidades más pequeñas, más allá del avance español sobre su territorio.
Esta civilización fue de suma importancia: sus avances en la astronomía, cultura, agricultura y tecnología de construcción los definió como la más importante del continente junto a los Incas y Aztecas.
Este pueblo se extendió por los actuales países de Guatemala, Honduras, Belice y México, pero en el siglo XVI, tras la llegada de los españoles, se toparon con ciudades abandonadas, sin población y con todo en ruinas. Una de ellas fue Chichén Itzá, que en el 900 d.C quedó totalmente sin personas y que hasta el 1200 d.C recibió grupos de poblaciones pequeños, que luego se retiraron de allí para convertirse en campesinos.
En tanto, en la captura de la pirámide famosa que se conoce como El Castillo, se puede ver cómo la maleza cubrió durante más de seis siglos casi toda la fachada y solo dejó expuesta la cima. Desde lejos, los investigadores pensaron que se trataba de una colina, pero al retirar las plantas, se toparon con este monumento.
El autor de la foto fue el francés Desiré Charnay en el marco de la expedición que tuvo lugar en 1873 bajo Augustus Le Plongeon. La misma no se tomó hasta 1892 y es el fiel retrato de su aspecto en ese entonces.
La historia de Chichén Itzá
Durante su existencia, la ciudad fue el centro político de Yucatán. Según se explica en el sitio oficial de Historia Maya, Topilzin Quetzalcóatl llegó a estas tierras con la ideología de su dios Quetzalcóatl, -llamado Kukulcán en lengua maya- quien promovió el desarrollo y auge que engrandeció a la población. Su rostro más tarde se replicó en un sin fin de muestras artísticas que plasmaron el poder y la influencia que tuvo en la comunidad.
En el siglo XVI, cuando el español Francisco de Montejo desembarcó por primera vez en la península, se acercó hasta las inmediaciones de Chichén Itzá y propuso crear la capital de una provincia. Pero esta idea se desmoronó inmediatamente y la zona quedó deshabitada por completo.
Algunas de las construcciones más importantes que acompañan a la gran pirámide son: el Osario o la tumba del Gran Sacerdote, el Templo del Venado, la plataforma del Caracol, la casa Roja y las plataformas anexas.
Este centro de veneración es posible visitarlo todo el año, el cual se encuentra al sur de México. Gracias a diversas excursiones hacia el interior de la selva, se pueden conocer las maravillas de la ciudad perdida y de los modos en que se desarrolló la cultura Maya.
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