Estos programas permiten a los trabajadores programar discretamente una sesión con un especialista durante la jornada laboral, a menudo sin costo alguno
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Las necesidades de los empleados están cambiando. Con el aumento de la demanda de los servicios de salud mental, las empresas están poniendo terapeutas a disposición de los trabajadores en las oficinas corporativas.
A medida que las empresas se adaptan a las formas de trabajo pospandémicas, muchas pasaron los últimos años actualizando sus paquetes de prestaciones para responder a los cambios en las prioridades de los trabajadores. Aunque los empleados siguen pidiendo tiempo libre remunerado y planes de jubilación generosos, también solicitan prestaciones integrales, incluidos recursos de salud mental.
Para satisfacer esta necesidad, algunas empresas introdujeron el acceso a herramientas digitales, como aplicaciones de meditación o portales de terapia en línea. Pero, otras fueron un paso más allá para diferenciarse.
Grandes empresas mundiales, como Comcast, Delta Airlines y Shaw Industries Group, ofrecen ahora terapia en sus oficinas y centros de trabajo. Estos programas permiten a los empleados programar discretamente una sesión con un terapeuta clínico autorizado durante la jornada laboral, a menudo sin coste alguno.
Puede que sea poco convencional, pero las empresas afirman que este recurso es muy popular entre los empleados, en especial en un contexto de escasez de profesionales de la salud mental y de costos prohibitivos que, de otro modo, les impedirían acceder a la atención sanitaria.
Un nuevo tipo de beneficio
Los profesionales de la salud mental escasean en todo el mundo. En 2024, según la Administración de Recursos y Servicios Sanitarios de EE.UU., 122 millones de estadounidenses viven en zonas con escasez de profesionales de la salud mental, y el país necesita añadir unos 6.000 especialistas para cubrir la carencia. En 2022, el Servicio de Salud de Reino Unido (NHS) informó de una escasez de 2000 terapeutas cualificados.
Los terapeutas que trabajan están sobrecargados. Según la Asociación Estadounidense de Psicología (APA), el 60% de los psicólogos de EE.UU. declaró no tener plazas libres para nuevos pacientes tras la pandemia en 2022, y el 38% afirmó tener una lista de espera.
Incluso para las personas que encuentran un terapeuta con disponibilidad para nuevos pacientes, puede que no cuenten con la capacidad de programar una cita a menos que tengan acuerdos de trabajo flexibles.
Estos factores, junto con los elevados costes en muchos países, pueden impedir que las personas reciban los servicios que necesitan. “La terapia es una solución buena para muchas personas, pero es muy cara, muy incómoda y muy difícil encontrar un terapeuta que cubra el seguro [en EE.UU.]”, afirma Jen Porter, Directora General interina de Mindshare Partners, una organización sin ánimo de lucro con sede en California que aboga por la salud mental en el lugar de trabajo.
La falta de apoyo en materia de salud mental puede afectar a la vida personal de los empleados e influir en su trabajo, lo que podría provocar una pérdida de productividad y un aumento de las ausencias. Se trata de un problema que las empresas quieren abordar con la introducción del acceso in situ a los terapeutas.
Antes era inaudito hablar de cuestiones de salud mental en el lugar de trabajo y mucho menos asistir a una sesión de terapia de una hora en la oficina. Sin embargo, el estigma en torno a la salud mental está desapareciendo y muchos empleados esperan recibir prestaciones de salud mental como parte del contrato laboral.
Mary Beth Ryan, que asesora a clientes sobre servicios de salud conductual en la consultora Mercer, afirma que los trabajadores se sienten más cómodos que en el pasado solicitando atención sanitaria mental y hablando de sus estados mentales, sobre todo los más jóvenes.
Por ello, observó un aumento constante del número de empresas que ofrecen terapia. “Hemos visto que las compañías responden pensando en cómo ofrecer un consejero in situ como forma de reducir ciertas barreras a la atención, ya sean barreras relacionadas con la ubicación, la disponibilidad en un lugar geográfico determinado o las finanzas”, asegura.
Los empleados aprovechan la oportunidad. En Estados Unidos, el proveedor de atención sanitaria Premise Health, que ofrece terapeutas in situ en empresas anfitrionas, cuenta con 94 terapeutas clínicos que trabajan en oficinas cercanas. Las visitas de sus terapeutas se multiplicaron casi por seis desde 2020. En 2023, la empresa realizó 35.000 visitas para 65 clientes. Algunos de estos programas se originaron antes de la pandemia, pero crecieron en los años posteriores.
La aerolínea Delta añadió sus primeros terapeutas in situ en 2019. Empezó con nueve y ahora cuenta con 20 terapeutas repartidos en 15 centros en Estados Unidos, así como en ciudades como Tokio, Londres, París, Ámsterdam y São Paulo. Algunos están destinados en aeropuertos. Si se produce un incidente problemático durante un vuelo –un pasajero beligerante o una urgencia médica–, los auxiliares de vuelo pueden salir del avión y ver a un terapeuta en la sala de auxiliares.
Hace poco, la compañía incorporó trabajadores sociales licenciados en dos centros para poner a los trabajadores en contacto con recursos comunitarios sobre maltrato doméstico y problemas económicos. En algunos casos, los terapeutas están disponibles fuera del horario de 9 a 5, para que los empleados puedan programar una sesión antes o después de sus turnos.
Lyra, proveedor global de terapia in situ, afirma que la utilización por parte de los empleados es elevada. En especial, en lugares como India, donde hay menos de un terapeuta por cada 100.000 personas, y los trabajadores pueden tener dificultades para encontrar la forma de asistir a las sesiones.
“Viajar fuera de la oficina puede ser difícil. Hay ciudades en las que se tardan tres horas en recorrer ocho kilómetros, por lo que la atención en persona puede resultar muy complicada”, explica Alethea Varra, vicepresidenta de atención clínica de la empresa, quien añade que la consulta es más cómoda para algunos trabajadores, ya que pueden tener problemas para encontrar intimidad para una cita virtual en casa.
Máxima discreción
Los terapeutas in situ no son empleados directos de las empresas a las que atienden, sino que trabajan para proveedores sanitarios o programas de asistencia al empleado . Deben cumplir las mismas leyes de privacidad y códigos éticos que cualquier terapeuta en una consulta privada, y no comparten las conversaciones con los directivos ni con la empresa.
Los terapeutas también comprenden la preocupación por la privacidad que supone buscar servicios de salud mental in situ. Los proveedores animan a las empresas que ofrecen terapia de conversación a que instalen sus consultas en lugares apartados, de modo que entrar no suponga anunciar a los compañeros que se está celebrando una sesión.
Premise Health instala clínicas polivalentes en los campus de las empresas, donde la terapia de conversación es uno de los muchos servicios que se ofrecen. Los empleados pueden acudir a vacunarse contra la gripe o a una sesión de 50 minutos para hablar de su divorcio. Como todos los servicios están en el mismo edificio, los empleados pueden mantener su intimidad.
El terapeuta matrimonial y familiar Brad Smallwood, de 44 años, pasó tres años, de 2017 a 2020, como terapeuta in situ en la sede de San Francisco de la empresa tecnológica Square. Su oficina estaba en un pasillo que permitía que las sesiones fueran discretas. Cuenta que su trabajo era confidencial. Aunque estaba integrado en la empresa, seguía el mismo protocolo ético que cualquier terapeuta. No saludaba a los clientes en la máquina de café o en las mesas del almuerzo a menos que ellos lo hicieran primero.
Para empezar, los trabajadores pensaban que Smallwood estaba allí para hablar sólo de asuntos laborales. “Existía el malentendido de que mi función era hacerles de alguna manera más eficaces, que rindieran más en el trabajo”, dice. “Desde el principio dejé muy claro que soy terapeuta matrimonial y familiar. Su participación en la terapia no tiene ninguna relación con el rendimiento laboral”.
Una vez que los empleados se sintieron cómodos con la terapia en la consulta, asegura que pudieron hablar de manera abierta de sus preocupaciones: ansiedad, depresión, consumo de sustancias, pérdida de seres queridos, divorcio. Smallwood afirma que su agenda se llenó rápidamente.
A pesar de ser empleados privados, algunos terapeutas se integran a la cultura de la empresa en beneficio de sus pacientes. A menudo las empresas les piden que participen en actividades fuera de las sesiones de terapia. “Las intervenciones de salud mental, incluida la terapia, son más eficaces cuando se adaptan a los contextos culturales”, dice Porter, de Mindshare Partners.
Alyson Smith, Directora General de Salud y Bienestar de Delta, calcula que cerca de 60% del tiempo de los terapeutas se concentra en sesiones individuales. “(El restante) se dedican a pasear, ver cómo está la gente, ir a reuniones de equipo en las que hablan sobre temas como mantener una mente sana o la meditación, simplemente para dar a conocer su cara y su nombre, de modo que sean una fuente reconocida de confianza y estabilidad”.
Estar inmerso en el entorno de trabajo mejora la atención, afirma Smallwood. Proceder de un entorno similar al de los clientes también ayuda. “Prestamos atención a la demografía de la empresa para asegurarnos de que la gente recibe apoyo de proveedores que pueden ser representativos de ellos y compartir experiencias desde un punto de vista cultural”, dice Varra, de Lyra.
Hacerlo lo más fácil posible
La empresa de medios de comunicación Comcast incorporó en marzo de 2023 un terapeuta bilingüe inglés-español a tiempo completo en sus oficinas de Telemundo en Miami (Florida). Cuando los trabajadores disponen de un lugar en el que pueden acceder con facilidad a la atención de un terapeuta con el que se identifican, la gente se siente más cómoda hablando de salud mental, afirma Dorothea Scattaglia, directora de bienestar emocional de la empresa.
Muchos expertos en salud mental y directivos de empresas esperan que estos programas para empleados animen a los trabajadores a buscar la ayuda que necesitan. “Nuestros empleados, como cualquier otra persona del país, tienen dificultades para acceder a los proveedores, así que se lo estamos poniendo lo más fácil posible”, dice Scattaglia. “Todavía existe un cierto estigma en torno a la salud mental, pero esto rompe las barreras: simplemente tener a alguien con quien estén familiarizados que sea el punto de entrada a otros servicios y programas”.
Si este planteamiento tiene éxito, ambas partes saldrán beneficiadas. No sólo los trabajadores podrán acceder a los servicios que necesitan, sino que las empresas podrán retener a empleados más felices y sanos. El fabricante de suelos estadounidense Shaw Industries Group incorporó terapeutas in situ a través de Premise en enero de 2020.
Rachel Bolden, que lidera la salud y el bienestar de los empleados en Shaw, dice que tener atención in situ es parte de la estrategia de retención de la compañía. “Queríamos cuidar de [los empleados] de una manera que no fuera solo en el trabajo”, dice, “sino que también los cuidara en casa”.
*Por Emily McCrary-Ruiz-Esparza
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