La cascada secreta que se encuentra a pocos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y es ideal para visitar este verano
Se trata de una gran alternativa para pasar un fin de semana en familia o con amigos; qué hacer ahí durante una escapada y cómo llegar
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La provincia de Buenos Aires, con su diversidad de paisajes, su rica historia y sus rincones llenos de encanto, esconde verdaderos tesoros para quienes buscan disfrutar de unos días de verano inolvidables. Entre su amplia oferta de destinos, se encuentra un pueblo que, a tan solo 555 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, sorprende con un entorno que parece transportarte directamente al Caribe. Este lugar único combina la serenidad de su ambiente con una conexión especial con la naturaleza, dado que ofrece paisajes inesperados que cautivan a quienes lo visitan. Con su belleza particular, este rincón se convierte en el refugio ideal para desconectar del bullicio urbano y sumergirse en la paz del entorno.
Se trata de Copetonas, una pequeña y encantadora localidad ubicada en el partido de Tres Arroyos que, en los últimos meses, captó la atención de turistas y curiosos por un atractivo natural único en la región. Esto debido a que, en medio del campo bonaerense, este tranquilo pueblo esconde la Cascada Cifuentes, la más alta de la provincia, con un salto de casi siete metros que sorprende por su gran caudal de agua. Su imponente belleza y su inesperada ubicación en un paisaje típicamente llano revolucionó la zona, convirtiéndola en un destino perfecto para los amantes del aire libre y la naturaleza.
Un oasis escondido en la llanura
La Cascada Cifuentes se convirtió en el principal atractivo de Copetonas, no solo por su impresionante altura, sino también por el entorno natural que la rodea. Este rincón escondido está rodeado de piletones de agua cristalina, ideales para quienes buscan relajarse y disfrutar de la tranquilidad del paisaje, mientras se conectan con la naturaleza en su máxima expresión. El espacio que rodea la cascada ofrece una belleza difícil de describir, ya que la vastedad de la llanura se ve interrumpida por el sinuoso curso del Río Quequén Salado, que serpentea por la región; por ende, este fenómeno crea un ecosistema perfecto para una variada fauna local, como los cisnes de cuello negro, que se suman a la magia del lugar y brindan una experiencia única.
Qué hacer en Copetonas
El turismo de aventura es una de las principales atracciones de la zona, ya que ofrece una amplia gama de actividades al aire libre. Quienes visitan el lugar pueden disfrutar de paseos en kayak, canotaje, rafting y remo, lo que lo convierte en un destino ideal para aquellos que buscan emociones fuertes y desafíos. Además, las aguas del río y sus alrededores se prestan para que los aventureros experimenten la belleza y la adrenalina de la naturaleza en su máxima expresión.
Por otro lado, la región alberga otros destinos cercanos como la Cueva del Tigre y la Exusina, dos lugares de belleza natural única que resultan ideales para los amantes de la exploración. En estos sitios, los turistas pueden disfrutar de caminatas rodeados de paisajes inexplorados y sumergidos en la tranquilidad. Asimismo, la zona también cuenta con balnearios de aguas templadas y piletones naturales formados por pequeños saltos de agua y cascadas, donde es posible pasar un día de total relax.
Para quienes prefieren una experiencia más tranquila y de observación, caminar unos pocos minutos por la margen del río lleva a “la Isla”, un pequeño pedazo de tierra en medio del río. Este lugar es ideal para el avistaje de aves, ya que su diversa vegetación atrae a una gran variedad de especies. Desde pequeños loros y gansos hasta diferentes clases de patos como el maicero, barcino, cuchara y colorado, entre otros, hacen de este sitio un refugio natural perfecto para los amantes de la fauna local y la fotografía.
Cómo llegar
El acceso a este pintoresco pueblo es bastante sencillo y está bien conectado con la Ciudad de Buenos Aires. Se puede llegar a través de la Autopista Ricchieri, que conecta directamente con la via Ezeiza-Cañuelas. Desde allí, se toma la salida hacia la Ruta Nacional 3, un ramal que lleva a los viajeros a lo largo de 531 kilómetros hacia el destino. Una vez recorrido este tramo, solo queda tomar el camino provincial 108, que ingresa directamente al corazón del pueblo.
LA NACION
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