El truco infalible para sacar las manchas amarillas de las almohadas
Los manchones en las almohadas son un problema cotidiano; conocé cómo dejarlas impecables y relucientes como si fuesen recién compradas
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Las almohadas son indispensables para un buen descanso. De diferentes estilos, las mismas están ideadas para que nuestro cuello y cabeza estén alineados con el cuerpo. Con el correr del tiempo, las mismas comienzan a juntar suciedad producto del sudor y el uso que las vuelve de un tono amarillento.
Una vez que adquieren esa tonalidad, las personas deben estar atentas para higienizarlas debido a que pueden acumular bacterias o gérmenes que son perjudiciales para la salud. Otro punto que marcan los especialistas es que las almohadas, al estar en contacto directo con las vías respiratorias, deben lavarse cada una semana o, como mucho, dos semanas debido a su proximidad con el cuerpo.
Otro de los motivos que percuden el material de las almohadas es la humedad que exista dentro de la pieza. Por ende, se deberán ventilar los ambientes con frecuencia para que el polvillo no se instale sobre los acolchados, sábanas y cubrecama, causando así un problema a futuro para nuestra integridad física.
Por todo lo anteriormente expuesto, expertos en higiene idearon una fórmula infalible para quitar las manchas amarillas y que estas queden como nuevas. Para ello se necesita: agua oxigenada, bicarbonato de sodio, detergente y agua. Sí, con tan solo cuatro productos, este producto hogareño quedará como si recién lo hubieses comprado.
En cuanto a las proporciones, se necesitarán una taza de agua tibia, media taza de agua oxigenada -preferentemente volumen 30-, una cucharada sopera de detergente y bicarbonato de sodio, cantidad necesaria.
Al mezclar todos estos productos, la preparación pasará a un pulverizador, un elemento ideal para aplicar la fórmula de manera pareja y direccionada. Tras rociar en las partes amarillas de la almohada, se podrá utilizar un cepillo para penetrar más el líquido y así retirar las manchas desagradables.
Una vez completo ese proceso, la almohada deberá secarse por completo. Si aún persisten algunas vetas amarillentas, se recomienda agregar dos gotas de lavandina para que su poder blanqueador saque los restos de suciedad de la tela.
¿Cómo evitar que la almohada se torne amarillenta?
Además de higienizar toda la casa para mantener un ambiente saludable, las almohadas requieren un tratamiento especial para que no se deterioren y visibilicen ese color amarillento desagradable a la vista.
Tras conocerse la fórmula infalible para que las almohadas queden impecables, sin rastros de otro color en la tela, los expertos también marcaron algunos ítems para que esto no vuelva a repetirse.
- Lavar las sábanas una vez por semana y renovarlas cada un año.
- Bañarse antes de acostarse a la cama
- Ventilar la habitación
- Acostarse con el cabello seco
Todas estas recomendaciones se basan en un pilar fundamental como lo es la higiene. Los especialistas enfatizan en la limpieza personal como bañarse una vez por día y mantener los ambientes de las casas ventilados para que el aire no esté viciado de polvillo, suciedad, gérmenes, bacterias, entre otras sustancias nocivas que no solo afectará a los componentes de una vivienda, sino que también traerá un severo perjuicio a la salud de la persona.
LA NACION
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