El truco infalible para cocinar pollo al horno y que quede jugoso
Hay varias técnicas para lograr buenos resultados en este tipo de preparación; los consejos para alcanzar el éxito
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El pollo es un alimento versátil que forma parte de innumerables platos y es sumamente consumido en todo el mundo. Su popularidad se debe a su capacidad de adaptarse a una amplia variedad de sabores y técnicas de cocción, lo que da lugar a miles de recetas que garantizan un resultado sabroso en cada preparación. Sin embargo, siempre hay margen para innovar y mejorar, y en esta ocasión, se da a conocer un truco sencillo que promete sorprender a todos y llevar el pollo a otro nivel.
Pocas preparaciones hay más aburridas que un simple pollo a la plancha. A pesar de ser una opción nutritiva y saludable, esta carne puede volverse fácilmente seca, lo que deja mucho que desear en cuanto a sabor. Sin embargo, existen numerosas formas de cocinarlo para que sea un plato delicioso y jugoso. Desde marinar con hierbas y especias hasta utilizar técnicas de cocción que preserven su humedad, hay una infinidad de trucos y recetas que pueden convertir a este alimento en una experiencia culinaria deliciosa.
Para lograr que el pollo al horno quede jugoso y no se seque, hay un paso fundamental que, aunque requiere tiempo, mejorará notablemente el resultado final. Este método consiste en sumergir los cortes en salmuera durante aproximadamente media hora, lo que implica dejar la carne en remojo en una mezcla de agua y sal. Esto teniendo en cuenta que las salmueras actúan como un tipo de marinado que utiliza las propiedades de la sal disuelta para ablandar e hidratar la carne, según explicó la experta en gastronomía Alison Spiegel en Simply Ricipes.
Esta técnica, utilizada por chefs reconocidos, implica sumergir el pollo en una solución saturada de sal común —60 gramos de sal por cada litro de agua—. Además, es posible agregar especias y hierbas aromáticas a la salmuera para realzar aún más el sabor.
Receta: la mejor manera de preparar el pollo al horno jugoso
- 1 pollo entero o trozado
- Ralladura de limón
- Aceite de oliva
- Manteca
- Sal
- Pimienta
- Pimentón
- Hierbas aromáticas
El paso a paso para lograr los mejores resultados
- En primer lugar, se debe comenzar limpiando bien los cortes, retirando la grasa y los tendones. Una vez hecho esto, hay que sacarlas bien con papel de cocina con cuidado de que no quede ningún resto que puede ser peligroso a la hora de comerlo.
- Ahora bien, en un recipiente, colocar el limón exprimido, la manteca a temperatura ambiente y las especias a elección.
- Luego, con una cuchara o un batidor, mezclar bien todos los ingredientes hasta obtener una pasta homogénea que combine todos los sabores.
- Cuando ese paso esté listo, se debe cubrir generosamente el pollo con la pasta preparada, asegurándose de que esté bien impregnado. Después, dejar reposar en el refrigerador durante al menos 30 minutos para que los sabores se integren.
- Para finalizar, precalentar el horno a 180 grados, colocar el pollo marinado en una fuente apta para el horno y cocinar durante aproximadamente 40 minutos, o hasta que esté bien dorado y cocido por dentro. Tras aproximadamente 15 minutos, se deben voltear las pechugas para asegurar que se cocinen de manera uniforme. Una vez transcurrido el tiempo de cocción, retirar del horno, cortar en rodajas y servir.
Por otro lado, para garantizar que el pollo resulte jugoso, se aconseja aplicar varias pinceladas de aceite de oliva mezclado con hierbas aromáticas durante su cocción. Esta técnica va a colaborar con la potencia del sabor del pollo y también para mantener la humedad en la carne, contribuyendo a un plato más sabroso y satisfactorio.
LA NACION
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