El espeluznante cementerio de la Segunda Guerra Mundial que está en las profundidades de una laguna paradisíaca
En Chuuk, Micronesia, se guarda uno de los secretos mejor conservados del conflicto bélico; hay aviones, barcos y restos humanos
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El estado de Chuuk o Truk es un grupo de islas del océano Pacífico que compone a los Estados Federados de Micronesia. Este es el más poblado de los otros tres territorios [Kosrae, Pohnpei y Yap] y guarda uno de los tesoros con mejor conservación de la Segunda Guerra Mundial en las profundidades de la laguna, que ocupa gran parte de su superficie. En el lecho marino, existe un cementerio que esconde, entre otras cosas, aviones, barcos y restos óseos de exmilitares japoneses.
La historia de un archipiélago alejado del mundo
En 1528, la isla de Chuuk fue descubierta por Álvaro de Saaavedra en nombre de España, reino que reclamó para sí como parte de los territorios de ultramar en el Pacífico. Sin embargo, nunca construyó un asentamiento ni sometió a las poblaciones nativas como en América. En 1899 el imperio alemán tomó posesión y permaneció allí hasta la Primera Guerra Mundial; luego la Sociedad de Naciones se hizo cargo de la administración.
Recién en 1940 y en el marco de la Segunda Guerra Mundial, Japón se expandió allí y la anexó como parte del Imperio del Sol Naciente. No obstante, cuatro años más tarde, se transformaría en el escenario de una de las batallas más sangrientas por su liberación, comandada por los Estados Unidos.
Estas islas fueron consideradas un paraíso en la tierra, con imponentes manglares, arena blanca y agua transparente en su costa. Sin embargo, los horrores de la guerra la alcanzaron y la laguna de Chuuk pasó a ser un cementerio militar que en su fondo contiene decenas de objetos de aquel acontecimiento bélico. En 1944 Estados Unidos llegó hasta la base japonesa instalada allí y dio avance con una ofensiva brutal, en lo que más tarde se conoció como la Operación Hailstone.
Esta isla fue la primera en la línea de ataque del país norteamericano. Ahí murieron 4500 soldados japoneses y se perdieron 60 buques de guerra y 400 aviones. Incluso, muchos de los cuerpos de aquellas personas fueron a parar al lecho de la laguna conocida en un principio como Truk, hasta que, luego de la liberación y post conformación de los Estados Federados de Micronesia, pasó a ser Chuuk.
Tras la derrota de Japón, los Estados Unidos se hicieron cargo del archipiélago y en la década de los 80 se conformó el actual país.
Hoy en día es un centro de atracción turística para los amantes de la Segunda Guerra Mundial, ya que nunca se removieron los vestigios de aquella ofensiva que marcó el retroceso de la nación ganadora. Si bien el territorio no cuenta con un buen desarrollo en infraestructura para recibir a gran cantidad de extranjeros, es posible instalarse en la localidad de Weno y desde allí trasladarse en auto hasta Chook.
Al descender a las profundidades de la laguna, es posible encontrar una perfecta combinación de los recuerdos de aquella batalla y, también, de la naturaleza. En la el cuerpo de agua habitan 700 especies de peces que se adaptaron a los aviones y barcos y los convirtieron en sus hogares.
Quienes aman el buceo, pueden ejercer esta práctica allí y maravillarse en primera persona de estos objetos, en los que también se encuentran un juego de porcelana, autos, contenedores de comida y hasta el traje de un buzo de 1940. Si bien tienen marcas de óxido, reflejan el perfecto retrato de una época histórica que definió el curso del mundo hasta este entonces.
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