Descubren un muro de 4500 años de antigüedad que sería clave para confirmar una importante teoría

En una ardua tarea de reconstruir la historia de los pueblos originarios en Perú, un equipo de arqueólogos realizó un hallazgo que sería un importante paso para confirmar la teoría que desarrollaron con un primer descubrimiento en la huaca de Tomabal, en el valle de Virú. En 2020, de una fachada con un diseño de un personaje antropomorfo se inició la investigación en la zona para determinar si se trató de un sitio de culto para los antiguos pobladores.

Este valioso camino en torno a esta obra lo iniciaron los arqueólogos Feren Castillo Luján y Regulo Franco Jordán, quienes se hicieron presente en la zona de la huaca Tomabal en 2020, luego de que en medio de un removimiento de la tierra se encontrara una figura, que luego se determinó que pertenecía al periodo Arcaico Tardío, con el que se esbozó la teoría de que podría tratarse de un sitio en el que se realizaban cultos.

A partir de esto, bajo el Proyecto Arqueológico del Valle Virú (PAVI), los profesionales comenzaron a trabajar en el lugar y recientemente realizaron un relevante hallazgo: un segundo muro policromado de alrededor de 4500 años de antigüedad, presuntamente perteneciente al periodo Arcaico Tardío.

Esté último descubrimiento es más extenso: se pudieron detectar detalles de la construcción, lo que llevó a teorizar que se trata de parte de un templo donde se habrían realizado actos ceremoniales. La excavación actual tiene una dimensión de 5x9 metros. Según se creer, podría evidenciar que la construcción tendría al menos tres metros de altura

“La tradición de esa época era construir estructuras con esquinas curvas y con un fogón central, que seguramente este templo lo debe tener; que haya un fogón o conducto de ventilación es muy propio de finales del Periodo Precerámico”, detalló Feren Castillo Luján, director del PAVI, para el medio peruano Andina.

Asimismo, destacó que en esta construcción hallada de adobes troncocónicos se detectó un diseño triangular de color rojo, realizado con un grueso trazado, lo que se llevó toda la atención de los profesionales, ya que podría haberse hecho con los dedos. También se halló otro dibujo que presuntamente sería un personaje, pero esto se confirmaría cuando termine la excavación que permitiría la visualización completa de la figura.

“Creo que estamos ante un mural muy interesante que vale la pena seguir investigando”, determinó el director. Sin embargo, se enfrentan a una ardua tarea debido a que previo a los hallazgos de 2020 se generó una destrucción de más del 60% de la zona con el objetivo de convertirlo en tierra de cultivo.

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