Cuáles son las diez técnicas para lidiar con la mala conducta de los alumnos, según la psicología
El liderazgo y las buenas costumbres son la base especial para que el docente pueda imprimir su impronta y no pasar ningún contratiempo con la conducta de personas rebeldes en el aula; conocé de qué se trata
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En el entorno educativo, los problemas de conducta de los alumnos son un desafío constante para los docentes. Este es el escenario donde se ponen a prueba las habilidades de manejo de grupo, la capacidad de comunicación y la destreza para solventar situaciones sin recurrir a amenazas o agresiones, evitando así incitar a los alumnos a aumentar su conducta desafiante.
Para abordar esta cuestión, el sitio web de Webpsicologos dio a conocer una serie de técnicas que buscan ayudar a los profesores a manejar situaciones difíciles en el aula, promoviendo un ambiente de aprendizaje más positivo y productivo.
Según los expertos de esta página especializada, uno de los primeros pasos que un docente debe seguir al entrar en una clase por primera vez es fijar los parámetros de conducta que deberán seguirse a lo largo de la cursada. A partir de ahí, establecer expectativas claras y explicar los valores y normas que se deben respetar para armar una base sólida que contribuya al manejo del grupo.
Otra estrategia clave es el refuerzo positivo. Un estudiante que se siente valorado tiende a mostrar respeto y comprensión hacia la labor del docente. Aunque este enfoque no produce resultados instantáneos, ofrece una ventaja a largo plazo, alentando las habilidades y talentos de un estudiante que, en otros casos, podría ser el causante de una situación caótica en el aula.
Es importante entender que las conductas inadecuadas pueden ser provocadas por una variedad de factores, como la hiperactividad, conducta disruptiva, tendencias violentas o negativismo desafiante. Antes de tomar acción, es esencial realizar un análisis adecuado del comportamiento del alumno.
Análisis de la conducta y factores influyentes
Al considerar cómo abordar estos problemas, es vital valorar la edad del alumno y la etapa de desarrollo en la que se encuentra, sus capacidades cognitivas, su relación con el contenido académico y el impacto que el estilo de crianza y la educación familiar pueden tener en su comportamiento. Con esta información en mente, es posible implementar un enfoque más efectivo y empático en la gestión de la conducta.
10 pasos para tomar el control del aula
- Desde el primer día, establecer las reglas de la clase y cómo se aplicarán.
- Recordar siempre que estás a cargo de la situación y por ende debés evitar confrontaciones innecesarias.
- Mantén a los estudiantes ocupados para evitar tiempos de ocio que pueden llevar a la indisciplina.
- Mantén la objetividad y busca soluciones basadas en el comportamiento y no en las emociones.
- No ataques ni expongas al estudiante frente a sus compañeros, esto puede generar reacciones negativas y empeorar la situación.
- Aplica técnicas de modificación de conducta con seguridad.
- Si la conducta no es peligrosa, en ocasiones es mejor ignorarla, ya que algunas conductas se extinguen cuando no reciben atención.
- Comunica y escucha activamente al estudiante, para entender mejor las causas subyacentes de su comportamiento.
- Aplica métodos que incrementen la concentración en el aula, esto ayuda a evitar distracciones y mantiene a los estudiantes enfocados en el aprendizaje.
- Busca siempre corregir el comportamiento de manera que el estudiante aprenda y crezca a partir de la experiencia.
Finalmente, la página especializada que se citó anteriormente advierte que gestionar problemas de conducta puede ser emocionalmente agotador para los profesores, por lo que es esencial que también cuiden de su bienestar. Es por eso que se recomienda a los docentes practicar técnicas de autocuidado, como el manejo del estrés, la búsqueda de apoyo entre colegas y la dedicación de tiempo para la autorreflexión y el descanso.
Implementar estas estrategias puede ayudar a los docentes a mantener un ambiente de aprendizaje positivo y productivo, incluso en situaciones difíciles. Al final del día, la clave está en la combinación de firmeza, empatía y constancia, herramientas esenciales para cualquier educador que desee manejar con éxito los desafíos conductuales en el aula.
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