Con solo 38 años, se cansó de su vida y decidió irse a vivir a un geriátrico
La historia de Yang recorrió el mundo; a su corta edad, la mujer oriunda de China decidió instalarse en un geriátrico para conectarse de otra manera con la sociedad y alejarse de las obligaciones
- 3 minutos de lectura'
La rutina diaria, las exigencias y estar durante muchas horas trabajando desgasta la mente y el cuerpo del ser humano. Este ritmo frenético de vida puede traer consecuencias a futuro y es por eso que las personas buscan relajarse una vez que culminan su día.
Además de dormir y otras actividades físicas que pueden servir para liberar energías, una mujer, oriunda de China, decidió dar un volantazo al tomar la decisión de irse a vivir a un geriátrico en busca de tranquilidad, paz y contacto con la naturaleza.
Bautizada como Yang para los medios locales, esta mujer de 38 años tomó una decisión crucial para su vida tras trabajar durante once años como guionista de cine y televisión, un trabajo arduo que incluye varias horas por día y, en consecuencia, un desgaste mental que empezó a perjudicar su vida.
A raíz de esta decisión, que hizo ruido por su juventud, Yang habló con el medio local 6Park News y explicó el detrás de escena. Aseguró que antes de dar este volantazo, hizo varias interconsultas a médicos para saber cómo iba a repercutir en su estado mental el hecho cambiar un estilo de vida sin pausas, con mucho trabajo, a uno sin obligaciones y con tanto tiempo libre.
“Hay dos razones por las que elegí una residencia de ancianos en vez de un hotel. Primero, sentía mucha curiosidad por la residencia de ancianos y quería ver cómo era y si era tan aburrida como todo el mundo decía; y segundo, como estaba enferma, esperaba tener un lugar donde descansar, acceder a atención médica básica y comer sano. Los ancianos en los hogares de ancianos se acuestan temprano y tienen condiciones médicas básicas, así como comidas ligeras y saludables. Eso se ajusta perfectamente a mis necesidades”, relató la mujer en la entrevista con el medio local.
Para dar más precisiones de su cambio, Yang manifestó que se duerme a las 9 de la noche y “se levanta muy temprano a la mañana”. A su vez, sin dejar de lado su talento, dijo: “Leo libros, escribo novelas, ayudo a las personas a escribir memorias todos los días. Ahora también puedo hacer TikTok y grabar videos. De vez en cuando, si hay buen tiempo, también realizo algunas actividades al aire libre, como salir a hacer ejercicios matutinos”.
Este asilo llamado Yisenlin y ubicado en el distrito de Fengman, ciudad de Jilin, cobijó a Yang a pesar de su corta edad para aplicar en un geriátrico. Este rotundo cambio de vida no solo la ayudó a salir de un pozo depresivo, sino que también la curó de una enfermedad, según su testimonio. Otra de las consecuencias positivas fue recuperar el sueño y el bienestar: “El ritmo es diferente. Solía estar muy ocupada en el trabajo, me quedaba despierta hasta tarde durante mucho tiempo y, a menudo, tenía pesadillas cuando me iba a la cama por la noche. Ahora, por alguna razón desconocida, ya no tengo pesadillas y duermo profundamente”.
La historia de Yang recorrió el mundo y motivó a otras personas a conocer en profundidad su estilo de vida y como es posible poder dar un giro radical para dejar el estrés y las obligaciones de lado.
Otras noticias de Virales
Increíble. La NASA fotografió un “delfín” en la superficie de Júpiter y sorprendió a los científicos
En las redes. El seminarista que arrasa en TikTok con sus canciones católicas: “No estaba en mis planes, pero parece que sí en los de Dios”
Golpe de suerte. Un fanático de las antigüedades compró una vasija barata y descubrió un tesoro valuado en 500.000 dólares
Más leídas
“Pasamos por muchas etapas”. Andrea Rodríguez reveló detalles de su historia de amor con Jorge Lanata
Infancia en peligro. Desde su celda un preso condenado a 50 años de cárcel manejaba una red de pedófilos
Del boom al abandono. Cómo están hoy las rutas de Lázaro Báez en Santa Cruz, el germen del caso contra Cristina
“Es un escándalo”. Un intendente bonaerense apunta a recaudar $16.000 millones con una polémica tasa portuaria