Cómo manejar la frustración, una parte ineludible de la vida que nadie podrá evitar

Mucha gente que siente que no pudo realizarse, que no logró lo que soñaba, por el motivo que fuere, experimenta la frustración. Como resultado, estas personas son incapaces de apreciar la parte positiva de la vida y todas las oportunidades maravillosas que esta nos ofrece a diario. Y lo que buscará quien está frustrado, tal como lo explico en mi libro Más gente tóxica, es frustrar a todo aquel con el que tenga contacto.

Si deseamos aprender a manejar la frustración, que todos en algún momento sentimos, debemos comenzar por entender que esta es una parte ineludible de la vida y nadie podrá evitarla ni evitársela a otros. Y no es nada menos que un obstáculo en el camino que necesitamos sortear para seguir adelante hacia aquello que queremos alcanzar.

La gente exitosa, los que consiguen sus objetivos (les lleve el tiempo que les lleve), no se detienen ante nada. ¿Qué hacen ellos? A las dificultades que se les presentan, y a la frustración que estas les producen, les suman un ingrediente muy importante: esfuerzo. Un concepto un poco infravalorado por estos días. Y el resultado que obtienen es: éxito.

Es por ello que debemos alentar a las nuevas generaciones a esforzarse por lograr sus metas, en especial cuando les aparece alguna “piedra en el zapato” y se frustran, pues así, y solo así, verán sus sueños convertidos en realidad. ¡No les ahorres frustración a tus hijos y anímalos siempre a ir por más!

Por otro lado, un estado momentáneo de frustración resulta positivo. ¿Por qué? Porque nos saca de la sensación de fracaso, del “es imposible”, del “es muy difícil” (propios de esta emoción), y nos introduce en el campo de las posibilidades y la creatividad para conseguir lo que anhelamos.

Hoy en día vemos a mucha gente, de todas las edades, con un nivel muy bajo de tolerancia a la frustración. ¿Cómo detectarlos? Son aquellos que no saben esperar, que procuran sentirse siempre bien y que todo sea sencillo, que se rebelan frente a los límites que les imponen. Solo les interesa su propia satisfacción y muestran “cero consideración” por el otro, sea conocido o no.

Para manejar ese cúmulo de frustraciones que sentís a diario frente a la realidad, recordá esto: la persona emocionalmente sana y sabia sabe que la única manera de ver sus deseos más profundos realizados es sumándole esfuerzo, dedicación y paciencia a su frustración. ¿Qué deseás con todo tu corazón? Esforzate por lograrlo, ¡y que nada te detenga!

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