Científicos estudian la posibilidad de agregarle un nuevo color al semáforo vial
Especialistas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte analizan la posibilidad de cambiar el modo en el que concebimos los semáforos
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LA NACION
El tráfico de las grandes urbes es una problemática que incumbe en las principales ciudades del mundo por la cantidad de habitantes que circulan en vehículo. En ese sentido, los especialistas buscan una solución a esto a través de una innovadora propuesta que cambiaría para siempre el modelo en el que concebimos el semáforo. ¿De qué se trata? De la implementación de una luz blanca.
Especialistas norteamericanos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte son los que están interesados en agregar un cuarto color al semáforo. Esto es porque el cambio promete modificar para siempre la manera en que se gestiona el tránsito en las ciudades más congestionadas.
Esta innovadora idea consiste en mejorar las transiciones entre las luces y, al mismo tiempo, proporcionar una guía más exacta a los conductores. Entonces, la luz blanca reducirá confusiones y accidentes en las intersecciones, ya que permitirá a los conductores seguir al vehículo autónomo que tiene adelante.
Por su parte, el resto de los colores mantendrá su función. Cabe destacar que hasta el momento, la luz verde indica vía libre para el conductor que se encuentra bajo el semáforo. Por su parte, el color amarillo es sinónimo de precaución porque el semáforo está a punto de cambiar y generalmente está parpadeante. Mientras que el color rojo les advierte a los conductores que deben detenerse.
En ese sentido, el doctor y director de este proyecto, Ali Hajbabaie, manifestó que “el concepto de la fase blanca incorpora una nueva señal de tráfico para que los conductores sepan qué hacer”. En diálogo con el sitio Top Gear, explicó: “Cualquier pequeño cambio en la señalización de los semáforos debe hacerse con mucho cuidado, con mucha investigación y entendiendo que diferentes conductores, incluso de la misma región, de la misma cultura, responden de manera diferente”.
En este contexto, en Madrid, una de las capitales reconocidas por su tráfico constante, se instaló el primer semáforo de cuatro colores que está en período de prueba para analizar su repercusión en el tráfico. Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid se encargó de aclarar que no está programado su uso a corto plazo, sino que se trata de un enfoque cauteloso en esta problemática que padecen muchas urbes.
¿Qué beneficios tendría el sistema?
- Simplifica decisiones. La instrucción de la luz blanca es clara y directa: seguir al vehículo autónomo que tiene delante mientras esté encendida. Esto reduciría la incertidumbre en las intersecciones.
- Reduce los retrasos. La sincronización de vehículos generará una menor espera de tiempo.
- Reduce accidentes. La claridad de comunicación entre automóviles disminuirá las malas decisiones de los conductores.
- Ahorro de combustible. La medida podría contribuir en un ahorro significativo en las emisiones contaminantes.
Cabe destacar que todavía no hay confirmación para su implementación, aunque se está avanzando en la para que se lleve a cabo durante los próximos años. Los científicos norteamericanos trabajan para que este plan sea una garantía de tránsito seguro y efectivo. Recién está en fase inicial, por lo que habrá que esperar para que sea convierta en una realidad. Esto será una evolución a la histórica tradición de semáforos que contuvieron, hasta el momento, tres colores.
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