Beber alcohol durante una dieta es una mala idea si querés bajar de peso, según expertos
La ingesta de alcohol no solo está relacionada con afecciones al hígado, sino también con problemas nutricionales
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En diversas partes se han recomendado varias dietas alimenticias para cuidar el peso corporal o en personas con sobrepeso para poder ayudarlas a adelgazar. Sin embargo, expertos en nutrición relatan ciertos riesgos que tiene, en particular, el consumo en exceso de alcohol para contrarrestar los beneficios de una dieta balanceada.
Por ejemplo, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos señala que “si está intentando bajar de peso, puede dar un impulso a sus esfuerzos al reducir su consumo de bebidas alcohólicas”.
Esto se debe a que el licor puede causar el incremento del peso corporal en un par de formas. En primer lugar, la ingesta de alcohol tiene un alto contenido calórico, por lo que algunas bebidas mezcladas pueden contener la misma cantidad de calorías que un producto alimenticio, pero sin los nutrientes. También, cuando las personas consumen de manera excesiva alcohol, suelen tomar malas decisiones en el momento de su alimentación.
¿El consumo de alcohol supone riesgo de padecer obesidad?
De acuerdo con Julia Fontán Vela, graduada en Biotecnología y Epidemiología, e Iñaki Galán Labaca, médico epidemiólogo, en un artículo publicado en la revista The Conversation, argumentaron sobre la relación entre el consumo de alcohol y el peso corporal.
“A pesar de los numerosos estudios que han analizado el efecto del consumo de alcohol en la obesidad, la evidencia científica es inconsistente”, señalan los expertos, pero reconocen que el consumo de alcohol combinado con la falta de actividad física, y una alimentación desbalanceada, puede conllevar que ciertas personas sean más propensos a experimentar un aumento en su masa corporal.
Es por esto, que los expertos recomiendan que si una persona va a consumir alcohol, debe tener en cuenta que eso repercute en la salud nutricional. “El consumo de alcohol, en especial si se realiza en cantidades elevadas, se asocia a una dieta de peor calidad que favorece el consumo de alimentos ricos en proteínas y grasas en detrimento de las frutas y las verduras”, afirmaron.
Teniendo en cuenta que constituye un factor de riesgo para numerosas enfermedades y que el consumo de alcohol aumenta la probabilidad de tener cáncer, los expertos recomiendan seguir la recomendación de la Organización Mundial de la Salud: “Alcohol, cuanto menos, mejor”.
Repercusiones en el cuerpo cuando una persona bebe alcohol
De acuerdo con la nutricionista Ana María Barreto, el alcohol empieza a absorberse en el estómago e intestino delgado, de allí pasa al torrente sanguíneo y poco a poco se transfiere al hígado, quien se encarga de asimilarlo y “transformarlo en una sustancia inocua para nuestro organismo”.
El alcohol en exceso presente en el torrente sanguíneo es el causante del estado de embriaguez de una persona. Allí es cuando se presentan los diferentes síntomas como mareo, náuseas e inhibición, entre otros.
Igual, la profesional recomienda que si una persona va a tomar debe cuidar su alimentación antes y después del acto. Según Barreto, los alimentos ralentizan el proceso de absorción del alcohol en nuestro organismo. Lo que debe consumir antes de una noche de tragos son carbohidratos complejos (cereales, plátano, yuca u otros) y alimentos con alto contenido de grasa como aceites vegetales, frutos secos, la leche, entre otros.
Lo que no se debe comer, de acuerdo con la nutricionista, son carbohidratos simples como los dulces y gaseosas, ya que generan una absorción del alcohol mucho más rápida y aceleran el paso de este al torrente sanguíneo.
Después de la ingesta de alcohol
De acuerdo con Ana María Barreto, el alcohol aporta muchas calorías vacías, razón por la cual es importante no excederse en la dieta al día siguiente. El organismo se deshidrata con el alcohol y por ello se deben consumir jugos naturales que permitan recuperar el estado de hidratación normal del cuerpo, también se pueden comer alimentos que contienen almidón como galletas o pan blanco, por el hecho de que estos restablecerán los niveles de azúcar en la sangre y calmarán la sensación de acidez estomacal.
Por último, lo que no debería comer después de ingerir alcohol son alimentos altos en grasa como la leche, carnes grasosas, preparaciones fritas o incluso un caldo con bastante grasa, ya que “aún hay gran cantidad de alcohol en sangre y este consumo podría saturar el hígado”.
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