Arqueólogos buscan la pieza clave del animal marino más grande que habitó el mundo

Un grupo de paleontólogos de la Universidad de Pisa comenzó una segunda etapa de expedición en la ciudad de Ica, Perú, con el fin de hallar la cabeza del cetáceo más pesado que existió en la Tierra hace 40 millones de años. Según revelaron los expertos, antes de retirar el esqueleto completo que está incrustado en las rocas, intentarán conocer dónde se halla una de las partes más importantes del fósil.

En 2023 se descubrió en el desierto peruano el primer rastro de un animal marino que habitó el océano Pacífico y en especial las costas de lo que actualmente es el país sudamericano. Los expertos lo denominaron Perucetus colossus y se convirtió en uno de los especímenes más grandes que haya vagado por el planeta.

Ahora bien, cuando los expertos desenterraron el fósil, solo descubrieron una fracción del cuerpo y no una de las partes fundamentales: su cabeza. Es por ello que se dio paso a una segunda campaña para ubicar, en lo posible, el cráneo del mamífero.

Cuando se encontraron los restos de este animal, se generó una revolución en la paleontología, en particular por dos aspectos fundamentales. En primer lugar, por tratarse de un mamífero de 13 vértebras, cuatro costillas y parte de la pelvis con una magnitud nunca antes vista. Y en segundo, por superar las dimensiones de la ballena azul, que hasta el momento se consideraba el ser vivo más pesado de la historia de la Tierra.

Según ciertas estimaciones, Perucetus pudo medir 20 metros de largo y haber pesado 340 toneladas, casi el doble de la ballena azul, que pesa cerca de las 170 toneladas.

Qué podría revelar el hallazgo de su cráneo

Acerca del único esqueleto que se descubrió hasta el momento, solo se limitó al cuerpo y no al cráneo con sus respectivos dientes, por lo que los paleontólogos deben especular acerca de su alimentación. Algunos de ellos indicaron que se trataría de musgo y plantas acuáticas, pero otros afirmaron que podría haber sido un escarbador, es decir, que se alimentaba de cadáveres de otros vertebrados.

Esta expedición está evaluada bajo el proyecto ProArcheo, y se espera que, al encontrar el cráneo de Perucetus, nuevamente se genere una revolución dentro de la paleontología y de una vez por todas se termine con este rompecabezas.

Según se indicó en un comunicado de prensa de la Universidad de Pisa, la campaña es supervisada por el profesor Giovanni Bianucci y cuenta con los paleontólogos Alberto Collareta, Giulia Bosio y el doctor Francesco Nobile.

El esqueleto del cetáceo está incrustado en una roca dura, en una de las zonas más inaccesibles del desierto de Ica. Según apuntó Bianucci, durante más de una década, que tardó la primera etapa de la expedición, se vio gravemente afectada por las condiciones climáticas y hostiles de esa región, a la que poca gente se atreve a llegar. Por ese motivo, en la segunda etapa, se abandonaron las prácticas tradicionales y se utilizó una excavadora mecánica, con el fin de retirar la piedra gruesa y así formar una plataforma de trabajo segura para los expertos.

En un estrato de roca que se extrajo recientemente, los paleontólogos señalaron que allí podría encontrarse el cráneo de Perucetus que, hasta ahora, no se conoce qué forma tendría y cómo sería.

El impacto que causó el hallazgo de Perucetus excedió a la paleontología y al campo científico. Tal fue su importancia que National Geographic lo ubicó como uno de los tres descubrimientos más importantes del 2023. No solo por su tamaño, sino por el significado sobre la existencia de un nuevo cetáceo que habitó el océano Pacífico.

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