Adiós a los arañazos en el porcelanato: cómo repararlo con este truco que hará tu piso brillar sin gastar mucho

El porcelanato es un material muy apreciado por su resistencia y brillo, pero con el tiempo puede sufrir arañazos debido al movimiento de muebles, el tránsito constante o el uso de productos de limpieza inadecuados. Aunque estos daños no afectan su estructura, sí pueden perjudicar su estética, dando una apariencia de desgaste prematuro.

¿Qué producto ayuda a quitar los arañazos?

En la búsqueda de soluciones caseras, muchos recurren a trucos compartidos en redes sociales. Uno de los trucos más comentados proviene de @eladocerrado, un perfil especializado en el cuidado del hogar. En uno de sus videos más populares, recomendó un producto que, según su experiencia, logra eliminar los arañazos del porcelanato de manera efectiva: el Sapolio.

Este producto, una combinación de detergente y jabón de limpieza, se encuentra disponible en la mayoría de los mercados y tiene un costo accesible. Para aplicarlo, basta con frotar la zona afectada con un paño o esponja hasta que la marca desaparezca. Según el creador del contenido, esta técnica permite recuperar el brillo original sin dañar la superficie.

¿Existen otras alternativas para restaurar el porcelanato?

Además del Sapolio, hay otros trucos que pueden ayudar a minimizar los arañazos. Uno de los más utilizados es el vinagre blanco diluido en agua tibia. Para aplicarlo, se recomienda humedecer un paño de microfibra en la solución y frotar suavemente la superficie, secando de inmediato para evitar marcas.

Para arañazos más notorios, algunos especialistas sugieren el uso de ceras específicas para porcelanato o esmaltes reparadores, los cuales rellenan las marcas y devuelven la uniformidad al material. Estas opciones son especialmente útiles en casos donde los daños son más profundos y requieren un tratamiento adicional.

¿Cómo prevenir los arañazos en el porcelanato?

Mantener el porcelanato en buen estado requiere ciertos cuidados. Uno de los principales es evitar el uso de productos abrasivos, como lejía o amoníaco, ya que pueden desgastar su capa protectora con el tiempo. La limpieza diaria con agua tibia y un detergente neutro es suficiente para conservar su brillo y evitar la acumulación de suciedad.

Para reducir el riesgo de arañazos, se recomienda colocar protectores en las patas de los muebles y evitar arrastrar objetos pesados sobre la superficie. Además, barrer o aspirar con frecuencia ayuda a eliminar partículas de polvo o arena que pueden generar marcas con el paso del tiempo.

Por último, es importante no utilizar esponjas metálicas o cepillos duros al limpiar, ya que estos pueden deteriorar la textura del porcelanato. Siguiendo estos trucos, es posible prolongar la vida útil del material y mantener su aspecto original durante más tiempo.

*Por Laura Guevara

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