

En algún punto de mi trayecto como fotógrafa, que empezó bastante tarde y sin recuerdos románticos acerca de la niñez y la primera cámara, me di cuenta de que un grupo grande de las fotos que sacaba y me gustaba tenía que ver con este lugar que no me atrevería a llamar Uruguay, porque mis fotos no lo contienen de forma completa. Estas fotos no tienen que ver con el territorio en un sentido administrativo, ni con la idea de nación, sino con una suerte de territorio emocional. Ese deseo de construir a través de imágenes un sitio que sea habitable y que, como toda foto, sea completo en sí mismo es un deseo básico de quienes, producto de circunstancias ajenas a nuestros deseos, debimos entender otros territorios hasta volvernos parte de ellos. Crecí en México y regresar a Uruguay constituyó una labor ardua que comenzó con el rechazo y, lentamente, se convirtió en un intento de comprensión de lo que era esta tierra casi desconocida a la que retornaba.

La fotografía me ha permitido algo inusual: construir este lugar a mi imagen y semejanza. Hacer de lo bueno un espacio grande y duradero. Que el horizonte encontrado de tanto en tanto se volviera omnipresente. Que el mar marrón fuera más hermoso y atractivo que el azul, que la exposición brutal a los materiales, al viento, al frío fuera parte de su belleza. Que el tiempo detenido permanezca.

Ha existido un hilo que guía esta parte de mi trabajo a lo largo de los años. Para mí, ahora es claro cómo se ve este lugar, lo que me permitió reunir estas imágenes y mostrarlo. Sé también que es un corpus que irá creciendo y cambiando, y que su construcción probablemente ocupe el espacio de mi vida. Esto es lo que puedo mostrar hoy.

MATILDE CAMPODÓNICO (Montevideo, 1969) vive y trabaja en Montevideo. Artista visual y fotógrafa. Como artista participó en decenas de exposiciones tanto en el Uruguay como en el exterior. Entre las últimas se cuentan: Muestra de Fotografía Contemporánea de Uruguay, en PHotoEspaña (Madrid); Este Lugar, en el Espacio Cultural de la Embajada de México en Montevideo; Campo Blanco, con Sergio Blanco, instalación y performance, en el Centro de Fotografía de Montevideo; Siesta, con Juan Campodónico, en ArtFest, en Pueblo Garzón; Intervention, con curaduría de Juan José Santos, en el Centro de Exposiciones Subte; Siempre presente, instalación con curaduría de Alfons Hug, en la II Bienal de Montevideo, y Miradas cercanas, instalación in situ, en el Museo de Arte Precolombino e Indígena de Montevideo, entre otras.

Su obra se enfoca en pensar la fotografía desde diversos ángulos y en ese universo construyó piezas que la incluyen de manera física, pero también algunas que, como Campo Blanco, se ocupan de ella utilizando otros lenguajes. Parte de la materia y de la reflexión que utiliza en sus obras proviene de su práctica como fotógrafa documentalista, ya que trabaja colaborando en revistas y diarios internacionales y en una agencia de noticias. También contribuyó en el arte gráfico de decenas de discos y libros.


Temas
- 1
- 2
La cara buena del tabaco: cómo puede ayudar a curarnos en lugar de enfermarnos
- 3
Pizzamanía: 10 lugares para probar las mejores pizzas y disfrutar del festival no tradicional
- 4
Lalo Mir, 40 años de Rock and Pop, Radio Bangkok y aquellos desconocidos que se volvieron figuras: “Se nos escapaba la tortuga a cada rato”