En Escobar: la mirada integrada del urbanismo
Se trata de un área que se caracteriza por lo versátil, aunque por el momento no resulta fácil definirla dentro de los espacios públicos tradicionales. No es estrictamente una plaza, ni un área de tránsito, ni sirve solo a los fines de encuentro, pero al mismo tiempo es todo eso y más.
Dentro del sector de "densidad media" de Puertos -urbanización creada en Escobar por Consultatio, la empresa que lidera Eduardo F. Costantini- el patio urbano funciona como el corazón del llamado "centro de destino". Allí confluyen servicios, propuestas de gastronomía, pequeñas tiendas y locales comerciales –como la Florería del Patio– junto a las propuestas y actividades en contacto con el agua a través de la Plaza Líquida y un lago de 200 hectáreas. Hablamos de un espacio al aire libre, de 40 por 40 metros, y un carácter bien particular que supo articular el trabajo conjunto entre arquitectos, paisajistas, diseñadores y artistas.
Cuando hace diez años Puertos comenzó a desarrollarse, ese mismo espacio se proyectó como una suerte de "plaza cívica", pero con el paso del tiempo su uso invitó a repensarlo. Así fue como se transformó en este patio urbano contenido por la arquitectura circundante, pero al mismo tiempo en diálogo con el agua a partir de una nueva rambla. "Esperamos que el patio sea un espacio de encuentro entre los vecinos y de esparcimiento para los visitantes. Un lugar para compartir e interactuar también con diversas obras de arte", explica Violeta Magariños, arquitecta en Consultatio; y destaca el protagonismo de "La Aguja", una imponente escultura de 23 metros del artista brasileño Arthur Lesher.
¿Cómo se dio el diálogo de disciplinas?
Fue Martín Torrado, director del estudio Torrado Arquitectos, quien lideró el proyecto del centro de destino. Sin embargo, el arquitecto advierte que todo el trabajo -en el que además intervinieron el estudio Bulla, dedicado al diseño del paisaje, y Números Primos en la definición del mobiliario urbano- "fue una aventura que tuvo límites muy difusos". "Trabajamos en paralelo: opinando de todo y metiendo las patas en el barro", reflexiona sobre el aporte de esta labor interdisciplinaria que permitió incorporar diferentes miradas y escalas.
"Por momentos no estaba tan claro quién hacía qué", cuenta por su parte Ignacio Fleurquin, director de Bulla. "Y eso no solo permitió que el resultado final sea diferente, sino también nos dio un enriquecimiento personal. Como desarrollador, Consultatio entiende al diseño como una parte central de cada proyecto y eso es muy valioso. Puertos hace una apuesta que celebro: tiene algo de laboratorio de ensayo, que podemos tomar como un hito".
Cuestión de escalas
"El patio produce una situación nueva dentro de las urbanizaciones privadas. No es un patio doméstico sino urbano, una tipología peculiar que tal vez en ciudades como Nueva York es más común, pero en Buenos Aires todavía nos cuesta proyectar", afirma Fleurquin y revela que desde el equipo pensaron este espacio "un poco controlado y un poco asilvestrado", pero sobre todo capaz de combinar muchos usos: algunos más sociales; otros más masivos, como un concierto por la noche; o incluso más íntimos, como estar conversando contenidos dentro de un mundo vegetal, o tal vez circulando, o consumiendo algo en el restaurante. "Eso genera una riqueza de experiencias múltiples y es, me parece, un fenómeno inédito", resume.
Magariños coincide en el aspecto de la flexibilidad. "Tanto el diseño del "hardscape" -los elementos duros del paisajismo- como los calados y el manto ecosistémico fueron pensados para lograr diferentes escalas y experiencias. Un lugar único para soportes diversos en el que no diferenciamos edades: hay zonas de tránsito, otras de encuentro, otras más lúdicas, incluso un estanque y una florería que puede atravesarse. Toda la vida se potencia en este patio".
De texturas y geometrías
Desde Bulla crearon una paleta botánica mixta con algunas especies culturales y otras de praderas silvestres, principalmente nativas, para fomentar la diversidad y el intercambio de flora y fauna y "activar ecológicamente" el patio. "Otra de las decisiones clave tuvo que ver con la altura, la idea era lograr una vegetación que permita, estando parado, tener una visibilidad completa del espacio, pero sentirse inmerso en ella al sentarse", detalla Lucía Ardissone, socia del estudio.
Francisco Mira y Miguel Echeverría, ambos del estudio de diseño industrial Números Primos, tuvieron el desafío de crear un mobiliario que fuera innovador sin dejar de ser sobrio, y que contemplara a la vez diferentes usos. "Llegamos así a esta familia de bancos de hormigón que van mutando a través del recorrido y generan diferentes situaciones de espera o de encuentro. También pensamos que, si bien el hormigón transmite una robustez y durabilidad que son positivas, necesitábamos algo más cálido. De ahí que sumamos una terminación de piedra micro granulada que se vinculara con la botánica y los solados y la arquitectura existente", detallan.
"Sobre la decisión de las formas hubo una síntesis muy buscada", concluye Torrado. "Podría haber ido por caminos más contemporáneos, más orgánicos o más disonantes. La opción por estas geometrías sencillas responde a la búsqueda de privilegiar el uso: un único espacio central como soporte social y comercial, que concentre la vida de la ciudad", dice y vuelve sobre el trabajo interdisciplinario: "Es por ahí por donde tenemos que empezar a trabajar el espacio público. Creo que en ese sentido Puertos puede dar una señal acerca de cómo se deben pensar estos lugares".
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