En la era de Spotify, el vinilo crece de la mano de coleccionistas
Con más de 80 locales en la ciudad, las tradicionales disquerías resisten a los embates de la era digital y la reproducción de música vía streaming como Spotify y Apple Music, una tendencia que con el nuevo milenio hizo desaparecer a colosos como Tower Records o Musimundo (ahora dedicado mayormente a la venta de electrodomésticos). En ese contexto, el formato físico resiste y conserva sus fieles adeptos. Según datos de la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas, en 2017 la porción de venta del vinilo en el mercado fue del 15,9%, lo que representa un crecimiento de más del 21% respecto del año anterior, y da cuenta de una clientela en aumento que valora la gráfica y el diseño de las portadas, y el disco todo como un objeto de culto.
Para quienes quieren ampliar su colección de vinilos, aquí van cinco disquerías de culto imperdibles.
1. Abraxas
Av. Santa Fe 1270, local 74/76
Ofrece un fuerte catálogo de rock & roll que abarca todos sus estilos, desde los años 50 hasta hoy. Desde Elvis Presley, Gene Vincent, The Beatles, The Rolling Stones, Cream, Pink Floyd, The Clash, Sex Pistols, Depeche Mode o The Cure hasta Coldplay, en vinilo y CD. Esta disquería ya es un clásico de Buenos Aires, entre las más antiguas de la ciudad. "Abraxas es una disquería idiosincráticamente de rock & roll, como una manera de pensar, una forma de actuar, de esa manera fue creada hace 36 años y continúa con ese espíritu", asegura Fernando Pau, un entendido en todo tipo de ediciones y remasterizaciones, al frente del local desde 1983.
Según Pau, a diferencia de las grandes cadenas de música, como Tower Records o Musimundo, que cuando el negocio dejó de funcionar cerraron, este tipo de disquerías están abiertas por gente que ama esto. "Eso sí: no ganamos ni por asomo lo que ganábamos hace 20 años", advierte. Respecto del público, asegura que desde que el mundo es mundo la gente que compra discos lo hace desde que consigue su primer trabajo hasta que llegan los hijos y las cuotas del auto y ese tipo de cosas, un promedio de entre 30 y 35 años.
"En cualquier caso, hoy el vinilo hoy funciona como un producto ABC1, para clientes que tienen dinero y quieren tener su música en ese formato", concluye. Salvo las reediciones, que rondan entre 1200 y 1800 pesos, el rango de precios es muy amplio según la oferta y la demanda. El precio estándar de un vinilo usado es de 400 pesos, y los nuevos, por encima de 1200 pesos.
2. Rock ’n’ Freud
Arenales 3337, local 2
Disquería especializada en rock y pop de los 60 y 70, jazz y electrónica en formato de CD y vinilo. Abrió sus puertas en el 87, en la esquina de Callao y Juncal, y desde el 92 se ubica en el Paseo del Sol. "Nuestro fuerte es conseguir todo lo que la gente quiera, todo lo que la gente busque hasta las últimas consecuencias. Pueden ser discos que ya están descatalogados y no se fabrican más en CD o ediciones raras en vinilo, primeras ediciones de algunos discos de rock y de punk de los 70", señala Fichi, al frente de esta disquería donde el mismo Charly García compra sus discos.
"El comprador histórico esta con los CD. Los que compran los vinilos son quizá los más jóvenes, que no llegaron a tener todo en ese formato y entonces empiezan a comprar algunas cosas en vinilo –explica Fichi–. También hay una industria que quiere vender siete veces lo mismo en diferentes formatos. Digamos que la industria discográfica de culto va por ese lado", sintetiza.
En cuanto a los clientes, asegura están los de toda la vida, de entre 35 y 60 años, pero y también una generación de gente joven. Un CD nacional ronda los 300 o 500 pesos, y los importados, desde 600 a 1100 pesos; los vinilos cuestan en promedio unos 1500 pesos.
3. El Gallo Cantor
Av. Corrientes 1382, Galería Apolo, local 23
Especializada en vinilos, su catálogo reúne música latinoamericana, rock de los años 60 y 80, clásicos del rock nacional como Artaud o Pelusón of Milk, de Luis Alberto Spinetta, todos los discos de Los Redondos o los de Charly García, clasificados por orden alfabético y divididos en grupos, solistas, con un sector dedicado al rock nacional y otro a literatura.
El local de la galería Apolo abrió hace apenas ocho años, pero Hugo Latorre, responsable de esta disquería, se dedica a vender discos desde 1985. "Las plataformas digitales no me afectaron especialmente, porque yo trabajo mayormente con coleccionistas y a los coleccionistas les interesa el objeto original. Es más: lo compran y lo guardan para mostrárselo a otros, ni si quiera lo escuchan. Cuando quieren escucharlo, ponen un CD, pero sus vinilos ni los tocan. El coleccionismo es así", asegura Latorre. Y añade un dato curioso: "Todos mis clientes son hombres, y en todo caso, si una mujer compra un disco es para regalar a su marido o sus hijos. No conozco mujeres coleccionistas de vinilos".
4. Oíd Mortales
Av. Corrientes 1145
A metros del Obelisco, se especializa en discos de rock de los años 60 en adelante, clásicos, rock de garage o psicodelia. También bandas argentinas en crecimiento, como Los Espíritus, Él Mató a un Policía Motorizado o Pez, de las cuales suelen vender entradas para sus shows. Además, algunos libros, principalmente del sello Caja Negra o El Gourmet Musical, y remeras de rock. "Si bien hoy por hoy se venden más CD que vinilos, también es verdad que de a poco fue cayendo la venta del CD mientras fue subiendo levemente la venta de vinilo", asegura Andrea Rodríguez, al frente del local de la calle Corrientes desde 1993.
"Creo que hubo un momento de gloria de las disquerías que ya pasó. El surgimiento de las plataformas digitales nos afectó muchísimo. Igualmente queda un núcleo duro, no tan joven –si bien también los hay–, que gusta del formato físico. El tema es que además de competir contra esas nuevas formas de escuchar música, también competimos con las nuevas formas de venderla en formato físico a través de las redes sociales o por Mercado Libre", señala Rodríguez.
A grosso modo y sin considerar piezas de colección, los vinilos nuevos cuestan de 1500 pesos para arriba, casi el doble de los CD, si bien el rango es muy amplio y varía mucho entre nacionales e importados.
5. Cactus Discos
Uruguay 290
Cuenta con un nutrido catálogo de rock nacional e internacional, folclore, tango, jazz y música del mundo, en vinilo y CD. Abrió sus puertas en 2002 en la Galería del Óptico y posteriormente se mudó al local de la calle Uruguay. Entre su habitués compran allí sus discos Adrián Dárgelos y Carca, de Babasónicos. "Los que consumen formato físico se vuelcan sobre todo a los clásicos. Y así como el vinilo se transformó en un objeto de colección, el CD también sigue por ese camino", asegura Darío Raris, al frente del local.
"Creo que la gran cantera de música en Buenos Aires está en las casas particulares. No tengo las cifras, pero durante 50 o 60 años en Buenos Aires se vendieron millones de discos y CD por año, y muchos han sobrevivido. A menudo llega al local gente con los discos que eran de su papá o su tío y los encontraron en la baulera". Los CD rondan los 250 pesos (nacionales) y 500 pesos (importados). Los vinilos usados se consiguen desde 150 pesos y nuevos, desde 800 pesos.
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