El río Bogotá recibe 270 toneladas de basura al mes. Microondas, mesas, objetos de decoración, electrodomésticos y hasta camas y sillones son algunas de las cosas que se pueden encontrar en su orilla e, incluso, dentro de su cauce.
Tantos son los objetos que los ciudadanos lanzan a diario al río que alcanzan para amoblar un apartamento o incluso un edificio entero. En algún momento, en cierta conversación informal en el Banco de Bogotá, alguien lo señaló en voz alta. Parecía una buena comparación que buscaba graficar el sinsentido que estaba a la vista de todos pero sobre el cual nadie hacía nada. Hasta que, en una reunión de trabajo, pensando sobre el problema del río Bogotá y sobre la responsabilidad empresarial que les cabía como actores sociales, un profesional del equipo del banco propuso llevarlo a la práctica.
Así, actualmente, se encuentra en marcha el proyecto edilicio sustentable Apartamentos Al Río que tiene como objetivo crear consciencia social sobre la contaminación y la importancia del reciclaje y, la forma de hacerlo es mostrar un departamento equipado completamente con basura procedente del río. "Un departamento modelo que no debería ser modelo para nadie", señalan los responsables del emprendimiento.
La iniciativa para preservar el medio ambiente es llevado adelante por el banco de Bogotá y fue presentada la semana pasada en el marco del webinar Acciones por el Planeta, de la Alianza Grupo Río Bogotá, una asociación sin fines de lucro que trabaja para salvarlo de la contaminación.
El novedoso proyecto busca generar conciencia sobre la cantidad de desechos sólidos y de líquidos contaminantes que van a parar a este cuerpo de agua -800 toneladas de aguas residuales por día- y lograr un impacto emocional en las personas para que se abstengan de arrojar residuos a su cauce.
Quienes quieran conocerlo pueden pueden visitarlo en forma presencial, cumpliendo con los protocolos de bioseguridad y, también, se puede acceder a recorridos virtuales en www.apartamentoselrio.com donde se muestran imágenes del lugar y contenidos con información de expertos para promover el cuidado del río.
Un programa de televisión, Aliadosw de Radio Colombia, fue al lugar y lo mostró en una de sus emisiones que puede verse en Youtube.
Una catástrofe ambiental y ecológica
El Bogotá es uno de los afluentes más contaminados del mundo, pero no siempre fue así. Todavía, en nuestros días, en el punto de su nacimiento, ubicado en el páramo de Guacheneque del municipio de Villapinzón (Cundinamarca) puede verse una laguna cristalina de aguas heladas que hace siglos, según la layenda local, fue utilizada por indígenas para sus partos.
Pero a lo largo de su recorrido de 170 kilómetros la calidad de sus aguas se va deteriorando por los desagotes y basuras de las viviendas e industrias. Su primera embestida le llega por las aguas residuales de la zona, que vuelven sus aguas de color marrón. Pocos kilómetros después, cerca de 120 curtiembres de Villapinzón y Chocontá lo siguen estropeando con sus químicos. El daño ecológico llega a su punto máximo cuando bordea el occidente de la capital colombiana, en su tramo medio.
Hoy, el estado del río es considerado una catástrofe ambiental y ecológica, motivo por el cual el Consejo de Estado de Colombia ordenó, en marzo de 2014, tomar medidas para recuperar el río y evitar su contaminación.
Junto a las medidas oficiales, varias organizaciones sin fines de lucro y empresas están apoyando estrategias para concientizar sobre el problema, aglutinadas en una red de cooperación llamada la Alianza Grupo Río Bogotá.
Es un proyecto social y ambiental integrado por la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación Semana para posicionar en la agenda nacional colombiana la importancia de la cuenca del río Bogotá y sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.
El río en cifras
En el río Bogotá se desechan casi 800 toneladas diarias de residuos y por su cauce corren unos 16.000 litros de aguas residuales por segundo, de las que solo una cuarta parte son tratadas en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) El Salitre, construida hace más de veinte años y ubicada al noroeste de la ciudad.
El mencionado fallo histórico de la justicia colombiana obligó en 2014 a más de 72 entidades públicas -entre ellas los 47 municipios atravesados por el río- a trabajar articuladamente para recuperar el río Bogotá y desde ese momento comenzó una carrera contrarreloj para salvar el afluente más importante del centro del país. La sentencia habia sido emitida en 2004 tras largos años de estudio, por la jueza Nelly Yolanda Villamillar, en Cundinamarca, a quien los medios colombianos bautizaron "el hada madrina del río Bogotá".
La obras que ayudarán a descontaminar el río Bogotá ya están en marcha. Sin embargo, no serán suficientes si no hay un compromiso de los 12 millones de habitantes de su cuenca con la recuperación y cuidado del afluente más importante del centro del país con impacto en sus comunidades, el medio ambiente y la economía.
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