Psamófila significa "amiga de la arena". Ese es el nombre del emprendimiento de venta de semillas que Jeanine Beare desarrolló justamente con las plantas silvestres de Punta del Este y sus alrededores.
Todo empezó cuando Jeanine, de profesión veterinaria, estuvo encargada de la gestión de la reserva privada Indígena, un área protegida de flora y fauna, ubicada en Maldonado, desde 2012 hasta 2017. Durante esos años, junto con un equipo de trabajo desarrollaron un programa de educación ambiental e impulsaron la valorización consciente de la flora nativa del Uruguay.
"Recorriendo la reserva y la zona costera, empecé a disfrutar de la detección de plantas nativas de interés ornamental y medicinal, colectando semillas en nuestros paseos. Luego, tuve la oportunidad de asistir a un workshop brindado por la paisajista Amalia Robredo sobre la importancia de la vegetación psamófila", cuenta Jeanine. A partir de ese momento, comenzó con la investigación de las flores silvestres, descubriendo los mejores momentos de siembra, los sustratos y riego adecuados, hasta finalmente observar la germinación de las pequeñas y diversas plántulas.
A fines de 2017, Jeanine empezó a colectar semillas con la intención de desarrollar el Vivero Psamófilo. Un año después, presentó el proyecto a la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), y recibió su aprobación y apoyo. Con los registros fotográficos de todo lo observado e investigado, produjo un catálogo llamado "Selección de especies ornamentales de la flora nativa del Uruguay". La intención era facilitar la venta de las plantas y semillas, pero curiosamente se ha convertido en un producto en sí mismo, y lo está personalizando para distintos emprendimientos turísticos o urbanísticos que quieren resaltar la flora nativa existente en cada lugar específico.
Los terrenos vírgenes son los sitios ideales para ver la flora nativa expresarse en forma natural y descubrir su potencial ornamental.
El proyecto
El proyecto que acordó con la ANII incluía el diseño de once sobres de semillas: diez especies diferentes más un sobre universal. Eligió esas especies de flores silvestres perennes por su belleza y adaptabilidad, y porque conocía de primera mano su reproducción exitosa en el vivero. Además, algunas son plantas endémicas y están en la lista de especies prioritarias de conservación. Muchas de estas plantas ni siquiera tienen nombre común, porque no suelen ser pensadas para el contexto de jardines; y cambiar eso es parte de la misión de Psamófila.
"Hemos ofrecido para la venta semillas de 55 especies de herbáceas y gramíneas nativas, y en menos de un año se han vendido semillas de 52 especies distintas, lo que demuestra un creciente interés en el tema. A su vez, realizamos pruebas de germinación de 20 especies de herbáceas florales nativas en un pequeño invernáculo casero, de las cuales se produjeron y vendieron plantines de 18".
La reproducción de flora nativa costera para la recuperación de dunas adquiere cada vez más relevancia. "Además de valorizar estas especies en nuestros jardines, deberíamos estimular el uso de flora nativa en los espacios públicos urbanos y canteros de las carreteras para mantener la identidad y biodiversidad de nuestros paisajes en este mundo tan globalizado".
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