Julieta Firpo, nacida en Santa Fe, estudió agronomía y durante los primeros años de su carrera trabajó en el mejoramiento del girasol aceitero. Luego la profesión la fue llevando por otros caminos y se dedicó al césped en campos deportivos. En la actualidad sigue asesorando y realizando trabajos específicos en el cuidado y mejoramiento del césped, pero, hace ocho años, los girasoles volvieron a su vida.
Cultivar girasoles ornamentales comenzó como un hobby. En sus viajes recolectaba semillas y luego las sembraba en surcos, la mayoría de Estados Unidos, Australia, México y Serbia. Era muy común ver que los girasoles formaban parte de los jardines y las florerías en el extranjero. En cambio, en nuestro país, no se ve en el mercado la gran variedad que existe de estas plantas. "Por eso, la gente que visita nuestro campo experimental se asombra al ver los colores y tamaños distintos que hay de girasoles", cuenta Julieta.
Así, a unos 10 kilómetros de Sunchales, donde hoy reside, tiene un terreno en el que lleva adelante Girasoles Yvoty, un emprendimiento familiar de cultivo de diferentes variedades de estas increíbles flores. Durante los primeros años, hacía una sola generación por año (ya que se siembran en primavera), pero desde hace cuatro años surgió la posibilidad de hacer contra estación en los Estados Unidos. Esto es: sembrar en la primavera de allá y de ese modo lograr dos generaciones por año. "Así es como se cosechan las semillas en Argentina y se envían a Vega, en Texas; se hace todo el proceso allá durante nuestro inverno y en septiembre se las cosecha y se las trae al país para repetir el ciclo". Con este nuevo sistema, decidieron encarar el proyecto comercialmente y el cultivo cuenta con 1200 surcos.
Toda la familia colabora en el campo experimental. Su marido, también ingeniero agrónomo, contribuye con sus ideas y experiencia. Sus hijas, estudiantes universitarias, ayudan durante los veranos. En esta primera etapa, están enfocados en dos líneas de selección: variedades enanas para jardines, macetas y canteros y variedades de flor de corte. "También estamos realizando ensayos híbridos, listos para introducir en el mercado en la próxima temporada".
Una familia, diez generaciones
El girasol es un cultivo anual de verano; para el trabajo de mejoramiento genético se siembra en primavera y se termina de cosechar a principios de otoño. Para lograr una línea pura se necesitan por lo menos siete generaciones de autofecundación. Para que no se contaminen con polen de otras plantas, las flores se tapan con bolsas de nylon. Después de lograr las líneas puras, se comienzan a probar híbridos (cruzamiento entre las distintas líneas), y todo el proceso lleva diez generaciones hasta lograr un producto comercial.
En el campo experimental siembran y hacen los trabajos de selección y cruzamiento de las variedades; también allí se cosechan las semillas para la venta. No producen plantines, aclara Julieta. Cuentan con gran variabilidad en alturas (que van desde los 30 cm hasta los 3 m) y de colores (como amarillo, naranja, marrón, rosa y bordó), para responder a cualquier demanda del mercado, siempre atentos a los requerimientos de paisajistas y floricultores.
Cómo cultivarlos
- Sembrar girasoles es gratificante porque germinan muy rápido y las variedades de jardín florecen a los 40 días aproximadamente.
- Se siembran en primavera.
- La etapa de floración dura de 20 a 35 días, dependiendo de la variedad.
- Necesitan pleno sol y suelo fértil para una buena floración.
- No tienen gran requerimiento de agua y eso los hace una opción interesante en jardines sin riego o lugares con restricción en el uso de agua.
- Las flores cortadas duran unos 7 días en florero.
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