La crisis de la pandemia y la casi perdida de un ojo la incentivó a probar suerte en el exterior y se sorprendió
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Lara Fischer (29) es hija única, creció junto a sus papás en los barrios de Caballito y Palermo y cuando terminó el secundario no sabía qué estudiar, es que le gustan muchas cosas, es curiosa por naturaleza y disfruta aprender. Se decidió sin éxito por Diseño Industrial, luego Nutrición y terminó eligiendo un terciario en Diseño de Interiores. Pero ella quería tener un título universitario, siempre lo había deseado, entonces realizó un año más en la Universidad de Palermo para obtener la licenciatura en Negocios.
Con la llegada de la pandemia apareció la crisis personal, ¿qué quiero hacer de verdad? La fantasía de ir a vivir afuera estaba hace rato y el 2020 le dio el empujón que andaba necesitando. Lo que no imaginó son los trabajos que terminaría haciendo y que la cambiarían por completo.
“Te operás ya o quedás ciega”
Gracias a los consejos de su profesora de inglés decidió aplicar a la FIU (Universidad Internacional de Florida) en Miami para cursar el máster en el área de hospitalidad que incluye eventos, restaurantes, hoteles y todo lo relacionado con servicio al cliente. Para ingresar pedían un cierto nivel de inglés y un determinado nivel de notas universitarias, luego de un paciente proceso le anunciaron que había entrado.
Lara sabía que los chequeos médicos no son un tema sencillo en Estados Unidos así que decidió realizar todos los controles antes de su partida; así fue que mientras armaba valijas y se despedía de sus amigas iba asistiendo a los turnos médicos. Unos días antes de partir tocó el control oftalmológico, su sorpresa fue enorme cuando le dijeron que tenía la retina desprendida, si no se operaba en una semana perdía el ojo. “No me podía ir porque después de la cirugía no podía viajar por un mes. Me empecé a desesperar, era perdés todo lo que fuiste remando hasta ahora para lograr entrar a la universidad y encima te quedas ciega. Hago una segunda visita acompañada por mi mamá que iba a recepcionar mejor que yo, porque a mi cuando me dan esas noticias no puedo ni pensar, no escucho nada. El médico me dijo que otra opción era operarme en Estados Unidos”, explica Lara. Como estudiante la obligan a tener un seguro médico, entonces sacó el mejor que había y a la semana se fue a Miami y lo primero que hizo fue ir al oculista. “Acá no quieren tener ningún problema legal, entonces piden varias consultas. Un médico me quería operar y otro no. Mi médico de argentina me decía te operas ya o te quedas ciega, y fue él quien me contactó con un médico que conocía en Estados Unidos y me terminé operando a las dos semanas de haber llegado. Viajó mi papá y se quedó casi un mes y medio ayudándome”, cuenta Lara. Así empezó su primer día de clases, con un ojo sangriento recién operado. “Hoy lo pienso y fue una locura, no conocía a nadie. Yo estaba cegada porque me quería ir y no lo pensé, pero si lo pienso en frío fue una locura”, admite Lara.
Mientras tanto se hizo amiga de tres argentinas que estaban estudiando lo mismo, ellas son su sostén, “cuando uno tiene ganas de irse no lo piensa porque está entusiasmado, pero después cuando estás sola es importante hacer un grupo de amigas con el que compartir la cultura, en el medio pasan cosas y uno está acá solo, no es fácil”, asegura Lara haciendo referencia a cuando falleció su tía de manera repentina.
Título con honores y la incorporación a una prestigiosa sociedad
El máster lo terminó en un año y medio, se graduó con honores y la convocaron para formar parte de una de las sociedades más antiguas de Estados Unidos: Phi Kappa Phi, donde la invitan a eventos, realiza networking y puede solicitar fondos para seguir estudiando.
Pero en el medio Lara tuvo que salir a buscar trabajo, es que la única forma de obtener el título era cumpliendo con una determinada cantidad de carga horaria laboral. Ella creyó que con un CV con sus estudios y dos idiomas le iba a resultar fácil, pero lo que pensó que sería de un día para el otro le llevó varios meses. Una de sus amigas le contó que siempre quiso trabajar en el hotel Hard Rock de Miami, así que se plantaron en el hotel y a cada persona que veían con uniforme le preguntaban con quién podían hablar. Así se enteraron que había un argentino trabajando en el hotel. Fueron dos veces más y no lo encontraron. Mientras tanto, en el hotel se hablaba de dos argentinas que lo buscaban. Pero ¿a quién buscaban? El señor era el vicepresidente del hotel y las chicas ni enteradas. Concretaron una entrevista y les ofreció una pasantía que las preparaba para ser Manager de Alimentos y Bebidas. “Ellos tienen muchos restaurantes entonces te preparan en el área, eso implica estar a cargo de los restaurantes, ir rotando para tener una visión de cada uno, te dan un panorama de lo que sería el trabajo a futuro”, cuenta Lara.
“La gente que tiene dinero es complicada”
Una vez que terminó la pasantía le ofrecieron extenderla pero ella, que tenía una excelente relación con el presidente del hotel, consiguió un puesto como Coordinadora VIP en el Hotel Marriot Miami Turnberry Resort & Spa. Esto implicaba estar a disposición de las celebridades, y de los clientes con mucho dinero o que son habitués del hotel porque, por ejemplo, se hospedan durante dos meses varias veces al año. “La gente que tiene dinero es complicadísima, te encontrás con muchas situaciones complicadas porque son exigentes pero también a veces son despectivos, era tratar de ponerse firme y de manera educada manejar al cliente. Más allá de todo eso la parte divertida es que siempre había alguna que otra celebridad, por política no te podes sacar fotos, tenés que ser profesional”, cuenta. Conoció famosos como Shakira o CardiB que ingresan al hotel con otro nombre, y por otro lado había actores que van con su mochila y aparecen en el hotel. Recuerda una vez que CardiB pidió que la suite presidencial de seis habitaciones estuviera llena de arreglos florales por las festividades mexicanas, esto implicó un gran trabajo primero para armarlo y más de limpieza posterior. Entre otras anécdotas cuenta que es muy común que los huéspedes pidan una marca especial de agua mineral, por lo general Evian, y que si hay que entregar algo sea en un determinado horario que es cuando ellos no están en el hotel para así evitar molestarlos.
De todas las experiencias vividas se aprende algo, “el inglés lo terminé de reforzar, eso lo valoro mucho. Y por otro lado yo en Argentina era bastante retraída, y con este tipo de trabajo uno tiene que salir y desenvolverse, lo que más valoro es lo que aprendí de como manejar la atención al cliente, me sacó otra personalidad, yo en Argentina era mucho de perdón y permiso, acá soy Hola soy Lara, sacó esa parte de mí, me impongo al cliente, no me quedó otra, fue una cuestión de supervivencia pero esta bueno porque uno tiene otra presencia delante de la gente”, analiza sorprendida de su faceta faceta escondida que no consideraba posible.
“La gente se vuelve loca con Messi, él es super humilde”
Pero luego de ocho meses Lara sintió que ya no tenía nada más que aprender de ese trabajo y a finales de noviembre del 2023 la llamó uno de los gerentes del Hard Rock para ofrecerle un puesto como manager de Alimentos y Bebidas. Lo aceptó sin dudar. “Puede haber entre 500 y 800 comensales dependiendo de la temporada, también hay conciertos, el otro día estuvo Ed Sheeran. Mi trabajo es hacerme cargo con el equipo de los restaurantes, vamos rotando para tener un panorama general de todo lo que va sucediendo”, explica Lara.
Cuenta que asiste mucha gente famosa: “la familia Messi viene, a él y a Antonella no es tan común verlo porque la gente se vuelve loca, pero a la familia y a los nenes sí, como tienen un contrato firmado es muy común ver a los nenes jugando con algún tío. Cuando estuvieron ellos la gente gritaba, no te puedo explicar lo que era, él es super humilde, le ofrecimos ir por atrás que no lo iba a ver nadie pero él salió por adelante sin problema, saluda a todos. No es mentira que son super humildes, es una realidad, uno lo ve por televisión y cuando estás ahí es una locura, no sé como viven así”, cuenta sorprendida por la humildad del campeón del mundo. Ella está acostumbrada a que las celebridades caminan por los pasillos de los empleados donde está prohibido sacar fotos. Una vez le pasó que le llamó la atención ver por los pasillos internos a una mujer paseando a su perrito, se quedó hablando con ella sin darse cuenta de que era Kim Petras, la cantante alemana. “Es un trabajo cansador pero esas cosas son las partes divertidas que le ponen un poco más de onda porque son muchas horas de dedicación”, concluye Lara.
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