Emmanuel Horvilleur: "He sido duro para enamorarme"
Con Illa Kuryaky &the Valderramas en stand by, retoma su carrera solista en una etapa que lo encuentra más calmo en todos los frentes
Después del regreso de Illya Kuryaki & the Valderramas, en 2018 Emmanuel Horvilleur retoma su carrera solista con el lanzamiento de "El hit", a principios de este año y "Somos nosotros", el segundo corte de esta nueva etapa, que se lanzará próximamente. Sentado a una mesa de Loreto Garden, el bar que frecuenta a pocas cuadras de su casa en Colegiales, recibe a LA NACION acompañado de un café con leche humeante y tostadas con queso crema, gorro, pantalones deportivos, un tatuaje en cada brazo y una remera con la leyenda de Il Nuovo Realismo.
"En principio la idea era lanzar un disco nuevo por esta fecha, pero me di el lujo de patearlo un poco para más adelante y buscar desde otro lado. No tenía ganas de meterme en un estudio a grabar en automático, no lo sentía, pero sí me dieron ganas de sacar estas canciones como "El hit", que lanzamos a principio de año. Estoy disfrutando de eso, buscando la música de una manera menos autorreferencial, compartiendo vivencias con diferentes músicos", anticipa Emmanuel días después de sus primeras presentaciones en la Usina del Arte. Padre de André Horvilleur, de 13 años, fruto de su relación con la actriz Celeste Cid, el cantante y compositor de 43 años desembarca en esta nueva etapa con un bagaje musical importante, luego de lanzar cuatro discos solistas y otros tantos editados junto a Dante Spinetta, que los posicionaron como un claro referente de la nueva vanguardia del rock latinoamericano.
-¿Cómo surge tu vocación por la música?
-Un poco como un juego. Yo no era el niño de oído absoluto que toca el piano. Cero. Es más, el primer disco de Kuryaki lo sacamos sin saber tocar un instrumento, pero me gustaban un montón de cosas referidas no solamente a la música, sino también a los discos, a hacer una tapa o un video, a crear un concepto, y con el tiempo he aprendido a plasmarlo musicalmente. En mi casa me la paso todo el tiempo jugando con algo, construyendo de a poco. Creo que así encontré mi propio idioma, mi propia voz.
-¿En qué momento decidiste que te ibas a dedicar a esto?
-No sé, de chico mis viejos me llevaban a ver a Spinetta, a Charly, a Fito, a los Jaivas, y me encantaban los shows, el aplauso, las luces que se apagan, la potencia de todo eso. A los 12 cantamos "El mono tremendo" con Spinetta y fue increíble, un bautismo, y poco tiempo después debutamos en el Gran Rex cuando Fito presentaba Tercer Mundo. Cantamos "Fabrico cuero" y "Solo los chicos" en todas esas fechas, y después de ver a Fito ensayando y todo eso, dijimos "guau, esto está buenísimo". Yo tendría 15 y Dante, 13, y nos dio mucho ímpetu para decir: "Hagamos un disco". Y nos pusimos a hacerlo.
- ¿Y cómo se hace un disco sin saber tocar instrumentos?
-Y... como hacen un montón ahora. Programábamos una base y rapeábamos arriba, hacíamos lo que fuera sobre esa base: compases, oraciones, letras, rimas. Teníamos nuestros cuadernos Rivadavia y nos la pasábamos todo el tiempo escribiendo. Me tomaba el 140 en Mario Bravo y Córdoba para ir a grabar a Villa Urquiza, y después me iba al colegio. Por supuesto que siempre tuvimos respaldo, pero en nuestro disco nadie se metió en una línea. Spinetta en esa época era un profesional y confió en nosotros.
-Después de la primera etapa con YK formaste pareja con Celeste Cid y tuvieron un hijo. ¿Cómo recordás ese momento?
- Fue algo hermoso, el momento de inconsciencia más lindo que tuve. No duramos mucho como pareja, y como al año y medio nos separamos. Pero la paternidad es algo que me encanta.
-¿En general cómo vivís las rupturas con tus parejas?
-Y... lo vivo como si fuera una serie y se termina un capítulo [risas]. Después obviamente ese capítulo lo podés volver a ver, lo ponés de nuevo. No me molesta ver capítulos viejos. Siento que con la persona con la que uno logra una intimidad, con el tiempo la relación se transforma en otra cosa. Hace años que con Celeste somos amigos, tenemos buena onda de una manera muy natural, atravesamos tantas cosas juntos que nos conocemos. Creo un poco más en eso que en el enamoramiento. He sido duro para enamorarme perdidamente, aunque he tenido mis momentos de encantamiento también.
-Sin embargo, escribís muchas letras de tono romántico.
-Y bueno, ahí vuelco todo, puedo mostrar la mejor cara mía... o la peor, puedo borrar y volver a escribir, pero no es lo mismo, no es una traducción literal; es una "biografía fantástica", como dicen algunos.
-¿Cómo te definís como músico hoy?
-Como alguien que encontró un estilo, que encontró su propia voz, un sonido Horvilleur.
-¿Y cómo es esa voz?
- Soy bastante romántico, la violencia me gusta matizarla con romanticismo y el romanticismo también me gusta que sea violento, en el sentido de que no todo es color de rosa, también existe el magenta o el púrpura. También soy un tipo bastante esponja, absorbo mucho, y nunca perdí contacto con la realidad de la calle, todavía me tomo colectivos, siempre viajé mucho en subte, me gusta caminar. Cuando vas arriba de un auto ves todo de una manera, pero si caminás esas mismas cuadras, pasan otras cosas.
-¿Qué cosas te angustian?
-A veces, que el día sea tan corto. Bueno, hay muchas cosas...
-¿Hacés terapia?
-Sí, hace bastante, pero no siempre con la misma persona. Ahora arranqué hace un año con una que me gusta. No sé qué terapia es, voy y hablo, nunca le pregunté.
- ¿Cómo te llevás con el consumo de drogas?
- No soy un consumista de drogas. Sí, he fumado, como tanta gente lo hace, no hace falta ser músico para fumarse un porro, pero la verdad es que nunca probé la cocaína, estoy hasta aburrido de decirlo. Siempre fui un testigo de lo que es la noche y nunca he visto nada lindo del consumo de cocaína, ni en una mina, ni en un artista groso, ni en nadie; no me gusta lo que pasa con la merca. En cambio si vos sos alguien que se tomó un vino y estás bien, o te fumaste un porro y a lo sumo te ponés chino como yo, es otra cosa. Las pastillas, los químicos, tampoco me van para nada.
-¿Cuál es la principal enseñanza que te gustaría dejarle a tu hijo?
- Que intente disfrutar la vida, que intente ser feliz y trabaje para eso. Si sos un torturado todo el tiempo no está bueno, la pasás muy mal.
Para una limpieza interior
Un poco avergonzado, Emmanuel confiesa que lo que más elige para tomar a la hora de acompañar una cena o incluso una charla es... el agua. "Voy a decir una cosa terrible, pero mi bebida favorita es el agua -dice-. No es que me hago fan, pero tomar agua es como baldear internamente. Es decir, me gusta todo, el vino, el alcohol, los jugos, incluso las gaseosas, un café o un té, pero el agua es insuperable".
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