Siempre dispuesta a darles nueva vida a los objetos nobles, Alejandra Grignani creó un atelier de arte y reciclaje en un sector de su casa. Muchas de las piezas salidas de ese atelier encontraron el entorno perfecto en los ambientes de su hogar de líneas clásicas.
Siempre que podía, Alejandra Grignani aprovechaba para hacer cursos o talleres de escritura, pintura, entre otras disciplinas de artes y oficios. Era la forma de darle un respiro a su trabajo al frente del área de comunicación en una empresa multinacional. Hasta que sintió que su carrera profesional llegó a un punto de inflexión y surgió la posibilidad de hacer un cambio de vida. En ese momento su primera sensación fue: "No tengo un plan B". Pero pronto, intuitivamente, se dio cuenta de que había acumulado saberes que podía transmitir a otras personas y que podían convertirse en un oficio gratificante. Así fue como hace siete años nació Casa Amable, un taller que funciona en un sector de su casa que reformó para recibir a quienes asisten a sus workshops de reciclaje y otras técnicas.
Su casa, proyectada por el estudio Gernaert Willmar y Goyenechea, está ambientada con muebles heredados, rescatados de la calle o hechos desde cero, es el mejor ejemplo de su trabajo amoroso y dedicado. Cada objeto está en perfecta sintonía con el estilo clásico y elegante que le gusta a Alejandra y que, con sutiles variaciones a cargo de la dueña de casa, se mantiene intacto.
Área social: clásica y elegante
La casa tiene un estilo clásico bien definido: madera, molduras, tonos neutros y grandes aberturas. Sobre esa base es posible el equilibrio entre piezas antiguas intervenidas y objetos actuales
La contundente mesa de centro de pino Oregón diseñada por Adriana se usa más que la del comedor. La altura de 56,5cm es ideal para sentarse a comer en los sillones. El antiguo verde seco dio paso a este blanco "con una gotita de negro" que iluminó toda la planta.
Con una superficie generosa, la galería funciona como una extensión natural del living. Sillón de un cuerpo (Las Marinas) y uno de madera encontrado en la calle y restaurado.
"Lavar la madera maciza es buen recurso para darles una segunda vida a los muebles. Al aclararlos, dejan de parecer pesados y mantienen toda su nobleza".
Cocina conecta al taller
"Siempre me pareció que el machimbre hace cálidos los espacios, por eso está presente en varios sectores de la casa. Y por supuesto en el comedor diario, el rincón más convocante de la cocina".
"La estructura de la casa se mantiene intacta. Lo que cambian son algunos objetos de decoración o los colores de los muebles. Hasta hace poco, los de la cocina eran blancos".
Piso de mosaicos graníticos con tocetos negros (Blangino). "Queríamos que la puerta que conecta con la galería donde está el taller fuera lo suficientemente amplia como para contemplar el verde con comodidad".
Limitándolo con un cerramiento de vidrio, Alejandra eligió el sector donde está la parrilla (escondida detrás del cartel de pallet) para instalar su atelier. No solo la vista es inspiradora; también es práctico tener la cocina a un paso. Equipó el espacio con mesa y bancos pintados por ella en gris (Sherwin Williams). Banqueta con respaldo (Puerto de Frutos). Lámparas de techo (Bohemia Deco). Estantería hecha por Alejandra con escalera de pinturería y postigos lijados. Piso de mosaicos graníticos (Blangino).
Con más tiempo para hacer cosas en casa, Alejandra renovó el lavadero: pintó las puertas de color oscuro e instaló el estante hecho con un postigo. Un frasco de la cocina que quedó sin tapa sirvió para hacer esta lámpara con cable de hilo de plancha. Sobre la mesada de granito, dispensers (Candle Duck). Canastos de fibras naturales (Paysana). Grifería (FV). Lavarropas y secarropas (Whirlpool).
Planta alta: descontracturada y fresca
"El primer piso, donde están el playroom y los cuartos, tiene un aire descontracturado y fresco que se despega de la planta baja, más formal".
El playroom es el primer ambiente que se ve al salir de la escalera que lleva a la planta alta. Tiene mesa baja de pino tea comprada en una feria. Camino de hilos de yute y espejos (Canalé Deco). Hojas de alambre de fardo e hilo de yute (Casa Amable). Penachos (Alalma).
"Cuando proyectamos la casa, en lugar de un vestidor preferí un placard de pared a pared y de piso a techo con puertas tipo postigo, en sintonía con la onda playera de esta planta".
El diseño del placard cala sobre el contorno de dos ventanas que dan a un bosquecito de casuarinas plantado por Alejandra. Siempre lista a rescatar objetos con valor sentimental, Alejandra eligió los bancos del comedor diario de su casa de la infancia para usar como mesa de luz. Sobre ellos, veladores (Deco La Merced). Perchero tipo escalera hecho con cañas (Casa Amable). Cartera (Canalé Deco). Cuadros de plumas (Casa Amable). Alfombra de yute (Gion). Alpargatas de puntilla compradas durante un viaje.
"Me gustan las texturas naturales. Al terminar la terraza, les pregunté a los arquitectos: ‘¿Cuándo va envejecer esto?’. Y el tiempo fue haciendo lo suyo".
Los detalles en cobre se destacan en la decoración planteada en blanco y madera.
Letra G (Puerto de Frutos) pintada por Guada, la dueña de este dormitorio. Cortina de gasa de algodón. Silla pintada con esmalte al agua ‘Blanco jazmín’ (Rust Oleum). Escritorio hecho con caballetes y tabla de madera. Lámpara de noche (Deco La Merced).
Un jardín al lado del río
En el jardín hay espacios pensados para el descanso y el disfrute, como la hamaca paraguaya bajo las glicinas o la de madera, que cuelga a la sombra de un árbol cerca del agua. A partir de la primavera, la pérgola con glicinas estira la sombra hasta la pileta. Todo se comunica divinamente con el exterior.
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