El universo detrás de las barbas y los barbudos
"La barba es el escudo del hombre. Afianza y da confianza. Es un ornamento que protege, da cobertura y seguridad. Ayuda a ligar", dice Vicenç Moretó, mejor barbero de España 2014, "príncipe de las tijeras" y creador de las más innovadoras colecciones masculinas en su paso por Buenos Aires ante 200 colegas argentinos.
La definición resulta curiosa en tiempos de feminismo militante. ¿Acaso los varones, apichonados frente al avance de las mujeres y la condena al patriarcado, eligen defenderse con aquello que remite a las cavernas? ¿No será coquetería, vanidad y gusto por una moda que conecta con los grandes mostachos y las barbas legendarias de fines del siglo XIX y principios del XX? ¿Y si todo es una astuta movida de negocios, ya que el uso de la barba duplica los servicios requeridos por el potencial cliente? Como sea, hace cinco o seis años, nadie usaba barba. En todo caso, se llevaba una barba de pocos días. Ahora, en los bares de Palermo, las caras parecen salidas de daguerrotipos del Lejano Oeste o de instantáneas tomadas durante los festejos del Centenario.
El domingo pasado, en un salón de Cabildo y Juramento, se dio la mayor concentración de barberos y barbudos por metro cuadrado. De las doscientas personas que había, el 90 por ciento llevaba barba, bigote, patilla o al menos pelusa. El resto eran mujeres y por suerte no tenían vello facial. Vicenç fue presentado cual estrella de "La casa de papel" en el marco de "Buenos Aires Barbershow", una masterclass para barberos y peluqueros que retomaron la senda clásica del oficio, con toallas calientes y afeitado a navaja incluidos. El evento fue anticipo de un curso más reducido para el que se anotó un selecto grupo de profesionales argentinos y otros venidos especialmente de Brasil y Uruguay.
Diego Izzo se formó con Vicenç y otros barberos en Europa, adonde viajó hace cuatro años, cansado de trabajar como empleado en peluquerías unisex. En 2015 fundó su propio establecimiento en Olivos, Buenos Aires Barbershop, una barbería de estilo vintage a la que puso por subtítulo "club de caballeros". Para él, "La barbería tradicional está en auge y vino para quedarse como un lugar de pertenencia del hombre, un punto de encuentro –sostiene Diego–. Hoy estamos mucho más coquetos y no tenemos vergüenza de usar productos y pedir asesoramiento. Al principio, el que se deja la barba no sabe cómo cuidarla".
Placa roja de Crónica TV: "La barba y el cabello son distintos. La barba no es cabello, es pelo"
Quien hace la aclaración es el inefable Vicenç, quien se carga a sí mismo por ser el colmo del barbero, ya que es pelado y tiene una barba bastante rala. El cabello, explica, se caracteriza por la presencia de seborrea, por eso tiene una tendencia grasa. De la patilla para abajo, en cambio, el PH es diferente, entonces la barba (que tiene un pelo más grueso y más duro, dicho esto sin doble sentido) suele secarse, lo mismo que la piel.
El negocio detrás de la pelambre
Donde hay una necesidad, hay un derecho, decía Evita. Más pragmático, el mercado ve una oportunidad de negocio. El sponsor principal del encuentro es Sir Fausto, barbería de Sarmiento al 1700 que tiene centro educativo y una línea de productos "old culture" para el hombre.
La marca es íntegramente argentina y exporta a 16 países. El dueño es Miguel Ángel Guillamón Lou, caballero barcelonés radicado aquí hace 21 años. Es tercera generación de fabricantes de productos para el cabello y la barba. Ahora sumó cosméticos pre y post tatuaje.
Para la barba ofrece shampoo, tónico fortalecedor, pomada y óleo para modelar, nutrir y dar brillo o acabado mate a la pelambre. Hace hincapié en que los productos se elaboran con fitoactivos provenientes de plantas del Norte y del Sur de nuestro país, como aloe vera, almendra, quinoa, ortiga blanca, jojoba, salvia, caléndula y siguen las firmas. Agrega que no contienen derivados del petróleo ni ingredientes de origen animal.
¿Cuáles son los cuidados básicos de la barba? Son tres y los describe Vicenç: la higiene con un shampoo o un jabón específicos (distintos de los que se usan para el cabello), la hidratación con aceites o bálsamos y la exfoliación con un cepillo de cerda natural, preferentemente pelo de jabalí, aunque también los hay sintéticos para las almas sensibles.
Hasta hace algunos años, en Buenos Aires había apenas dos peluquerías y barberías tradicionales: La Época, en Caballito, y el Salón Berlín, en Palermo. En este último se grabó, días atrás, la entrevista donde Marcelo Tinelli le contó a Luis Novaresio (choque de barbudos) sus aspiraciones políticas.
La avanzada Hipster
A partir de 2012, aproximadamente, la moda hipster encajó con la barbería "old fashioned". Con el correr de las temporadas se sumó un estilo retro en el vestir: zapatos acordonados, trajes, chalecos, gemelos, trabas de corbata, sombreros y hasta relojes con cadena.
Entonces aparecieron más barberías, como Chopper Cuts, The Barber Job (una cadena con varias sucursales), Josha, Bacán o Fidel´s Barbershop, entre otras. No son tantas como las cervecerías artesanales, pero las suficientes como para que uno se pregunte cuándo llegará el punto de quiebre.
Después de todo, las modas en el vestir y en la peluquería llegan del hemisferio norte y siempre cambian. Algunos aseguran que la onda de la barba actual llegó desde Rotterdam, Holanda, la meca de los peluqueros. Más precisamente, salió de la barbería Schorem, que irradia tendencia para todo el mundo.
Mientras dure, hay que aprovechar. En el evento del fin de semana se presentaron las nuevas máquinas para cortar cabello de Wahl y las tijeras españolas de Artero, y se anunció la Batalla de los Barberos a realizarse en Rosario el próximo domingo 10 de junio. Hasta hubo tiempo para la solidaridad de Argentina Corta, entidad que enseña el oficio de peluquero en barrios humildes.
Las redes sociales juegan un rol fundamental en la difusión de la movida. El colombiano Andrés Idarraga, alias Pepe, crédito del Salón Berlín, notó que faltaban buenos tutoriales sobre barbería y peluquería tradicionales en español, y empezó a subir a Youtube su proyecto "Barber of today"
¿Qué traerá el futuro? La respuesta la da Vicenç con tono de advertencia: "Os va a pasar lo mismo que en España. Todos van a querer subirse al carro. Eso traerá masificación y guerra de precios. Habrá más barberías que barberos. Frente a lo inevitable, tenemos que ser la mejor versión de nosotros mismos cada día. Invertir en material, en educación y en gestión del negocio".