El sexo lúdico, a la orden del día
La frecuencia con que tenemos relaciones sexuales es algo errático en todos nosotros, pero no cabe duda de que los festejos son una buena ocasión para los encuentros amorosos. No se ha estudiado este tema con precisión y probablemente no tenga importancia hacerlo, pero las vacaciones aumentan la frecuencia sexual, así como los días de fin de semana, las noches previas a los feriados, un apagón prolongado de luz o, como puede ocurrir en el próximo mes, el festejo de una copa del mundo. Esto no sólo sucede, sino que es bueno y habla bien de nosotros como especie.
Claro está que una cosa es el sexo reproductivo y otra es el sexo lúdico. Para este último hay que estar preparado de manera tal que de lúdico no se convierta de manera inesperada en reproductivo. Para eso, una y mil veces recomendamos a la sociedad que tome sus recaudos contraceptivos antes de y no después. La anticoncepción debiera ser una actitud a tomar de manera permanente cuando no se desea tener hijos; y si la anticoncepción no es permanente es bueno estar munidos de los métodos de barrera que no sólo evitarán un embarazo sino que además brindarán la debida protección hacia las enfermedades de transmisión sexual.
Como sabemos que tanto las personas como los métodos pueden fallar dado que no somos perfectos, sumado al hecho de que el alcohol se suele mezclar en estas ocasiones y que los momentos de pasión nunca desaparecerán de nuestras vidas, tanto los hombres como las mujeres no debemos olvidar que existe la anticoncepción de emergencia, que debe consumirse de manera inmediata luego de una relación no protegida.
Embarazo no planificado, embarazo inesperado o embarazo no deseado son todos conceptos complejos que se entrecruzan en la vida cotidiana. La mitad de los embarazos no son planificados. La ocurrencia de un embarazo puede darse en un momento donde no se desea tener hijos (ya se tienen los que se había deseado) o cuando se desea tener hijos pero no es el momento adecuado. Sin embargo no deja de ser un análisis por demás necesario a la hora de tomar el pulso de una sociedad en cuanto a su comportamiento en relación a su fertilidad, el control demográfico, la capacidad de controlar los embarazos ,la adhesión y utilización de métodos contraceptivos, o la cantidad de interrupciones del embarazo. En estos comportamientos también reflejamos nuestra educación, nuestra cultura, nuestra responsabilidad.