Ubicado en la frontera entre San Pablo y Paraná, misteriosamente y poco a poco fue perdiendo el esplendor que supo tener.
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No es necesario mirar hacia Europa u otros continentes para descubrir ciudades o pueblos que en determinadas situaciones y por diferentes razones se transformaron en lugares fantasmas. Un ejemplo concreto es el caso de la Villa de Ararapira, en Brasil, un sitio que pocos se atreven a visitar. Son aquellos curiosos y audaces interesados por los mitos que rodean a este misterioso lugar.
San José de Ararapira es un distrito ubicado en el municipio de Guarçouba y está ubicada en la frontera entre San Pablo y Paraná. Según el censo realizado en Brasil en 2010 la población de este lugar era de 223 habitantes, aunque en su época de mayor auge llegó a tener casi 500 pobladores.
¿Cómo era el pueblo?
Se trata de una de las veinte villas fundadas entonces por los portugueses. Durante esos primeros años, su población estaba compuesta, en su mayor parte, por indios de una antigua aldea y por los residentes de las zonas rurales cercanas.
Al estar ubicado en un punto estratégico entre Iguape y Paranaguá, paso obligado para todos los viajantes entre São Paulo y Curitiba, Ararapira creció y prosperó con el comercio de la región hasta mediados del siglo XIX.
“Cuando se llega a la ciudad un leve escalofrío recorre el cuerpo”
Sin embargo, todo este esplendor que mostró esta villa durante tantos años se fue desvaneciendo hasta convertirse en una ciudad fantasma. Y lo que resulta más extraño es que los propios pobladores no conocen las razones de esta estrepitosa caída. Nadie sabe bien por qué una gran mayoría de los habitantes decidió abandonar la ciudad.
Quienes tratan de descifrar qué sucedió se han acercado a la zona. “A la ciudad únicamente se accede en barco o en catamarán, y cuando se llega a ella un leve escalofrío se siente recorrer el cuerpo”, detalla el periodista del sitio actualidadviajes.com, y agrega: “Da la sensación de que fue un lugar abandonado a toda prisa, como si se tratara de un apocalipsis zombie, de una serie de ciencia ficción. Las casas aún permanecen con las puertas cerradas, pero puede verse el interior de muchas de ellas por las ventanas. Hay algunos electrodomésticos, la cocina, una mesa, sillas, sofás. La iglesia también parece que fue desalojada a toda prisa. Su altar aún está muy bien arreglado y como si el cura fuese a aparecer en cualquier momento: quedan las imágenes, las velas, los bancos”.
Precisamente, la histórica Iglesia de São José que menciona el periodista, construida en el siglo XVIII, es uno de los indicios más claros del descuido que se ha apoderado del pueblo a lo largo de los años y que un puñado de historiadores denunció ante las autoridades oportunamente. En la iglesia, el techo del edificio está apuntalado desde el interior con un trozo de madera, con riesgo de derrumbe.
Para alimentar aun más el misterio, hoy, uno de los símbolos de Villa de Ararapira es el cementerio que los antiguos vecinos frecuentan en fechas especiales. Esta es otra de las razones que contribuyó a la proliferación de historias inquietantes que terminaron por convertir a la aldea fantasma en una opción turística para los interesados en explorar el tema. Por ello, y con el claro objetivo de alimentar las leyendas y los mitos, a menudo es posible ver huesos expuestos en el cementerio.
Dos posibles explicaciones
Dentro de lo poco que hablan los moradores de esta villa se pudo establecer que habría dos teorías para dar cuenta de cómo este sitio se transformó en un pueblo fantasma. La primera versión alude a una supuesta disputa entre San Pablo y Paraná para decidir a quién le pertenecía esta región. Paraná ganó la posesión de Ararapira, pero la abandonó.
La segunda versión da cuenta de que esta villa fue víctima de una erosión y que literalmente está siendo tragada por el agua debido a la fuerza de las mareas y al cambio geográfico del lugar. Según los habitantes de pueblos cercanos y profesionales del medio ambiente, de continuar el hundimiento, la villa será tragada totalmente por el agua.
¿Se trata realmente de un pueblo fantasma?
Ararapira es uno de los ocho pueblos fantasmas enumerados por el profesor Néstor Razente, en su libro Povoações no abandonó Brasil (Asentamientos en el Brasil abandonado), aunque el autor no está de acuerdo con esta definición, como explica: “No son lugares que hayan sido habitados por fantasmas porque no creo en ellos, sino que ya no están ocupados por humanos. Tampoco son lugares que murieron, ya que en muchos de ellos la vida, ya sea de plantas o de animales salvajes, sigue con fuerza”, expresó Razantes unos días antes de presentar su libro.
Lo cierto es que sea considerado un pueblo fantasma o no, Ararapira es un sitio prácticamente abandonado que ni por asomo posee el auge que tenía antes de 1950, época en que cambió la forma de circulación del agua en la región, socavando la actividad pesquera, una de sus riquezas.
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