El planeta ilustrado de Oliver Jeffers
En la vanguardia de una nueva generación de creadores de libros para chicos, hizo de la inocencia infantil, la franqueza sin filtro y el humor un universo propio. Utiliza las palabras como base de su arte: "Son el esqueleto, mientras que las imágenes llevan la emoción"
La vida real. Eso me inspira. Escuchar a la gente, mirar, oler. Estoy atento a todo lo que me rodea", dice Oliver Jeffers, el ilustrador, el artista de 36 años que nació en Australia, pero que heredó de Belfast, Irlanda del Norte, lugar donde creció, su particular sentido del humor. Ahora vive en Brooklyn, Nueva York, junto con su esposa, Suzzanne.
Con Cómo alcanzar una estrella (How to Match a Star, 2004), su primer libro, Oliver se ubicó en la vanguardia de una nueva generación de ilustradores de libros para chicos donde hizo de la inocencia infantil, de la franqueza sin filtro y del humor, un universo propio.
Recientemente, el Fondo de Cultura Económica editó en el país Este alce es mío (que ilustra la página), un libro que contrasta los personajes creados por Oliver con pinturas de paisajes del serbio Alexander Dzigurski, que sirven de escenario para las aventuras de Alfredo y Marcel, y que resumen el espíritu de la obra de Jeffers.
Dicen que cuando uno crece, las palabras deben sustituir los dibujos. ¿Cree que este concepto está cambiando?
Espero que sí. Los cuadros son simplemente diferentes a las palabras y requieren de un tipo diferente de lectura. Aprender a leer imágenes puede ser tan importante como aprender a leer palabras. La estructura es menos lineal, por lo que requiere de más interacción.
En sus libros, la lectura no sólo está dirigida al texto, sino también a las imágenes.
Como alguien que tanto escribe como ilustra sus historias, creo que estoy en ventaja para combinar las palabras y las imágenes. A menudo voy a tratar de mostrar algo más porque puedo crear las palabras y las imágenes a la vez.
Usted dice que no se considera escritor, que piensa en sí mismo como un artista que utiliza las palabras en su arte.
En mis libros, las palabras son el esqueleto y las imágenes llevan la emoción. Uno no podría existir sin el otro.
¿Considera que los niños tienen una mejor comprensión de los dibujos que los adultos?
Creo que los niños prestan más atención a los pequeños detalles que los adultos. Ellos están menos distraídos por su ajetreo. Siguen siendo curiosos. Y creo que debido a esto, sin duda, pueden tener una mejor comprensión de las imágenes.
El ilustrador y autor británico Anthony Browne dice que los adultos nos olvidamos del placer del dibujo, de estar frente a una hoja en blanco.
Cuanto mayor te hacés, más miedo te da el fracaso. Los niños pueden fácilmente empezar un dibujo y acabarlo, ya que lo hacen por su propio placer sin pensar en lo que pueden opinar otros. Y esta es la parte difícil, la aprobación del otro, pero una vez que fluye es posible dejarse llevar.
¿Cree que hay cierto prejuicio en los libros pensados para niños?
Sí, pero también creo que eso va a desaparecer. Por un lado, cada vez se ofrecen mejores libros para niños y se están convirtiendo en importantes ejemplos narrativos.
¿Por qué cree que cuando se piensa en literatura infantil se piensa en historias que deben educar o dejar un mensaje? Si sólo entretienen, ¿están mal?
Creo que pueden educar tanto como entretener. Cada vez son más los adultos que se acercan a las lecturas y a las firmas de libros, y admiten que los ejemplares son para ellos mismos. Mis libros, por ejemplo, nunca van a tratar de impartir una lección. Si una lección moral o valor natural proviene de la historia, entonces eso es una ventaja más, pero no el objetivo.
¿La tecnología está cambiando la relación entre los niños y los libros?
No creo que el cambio sea duradero. Las versiones digitales de los libros para niños se presentan cada vez más como juegos que como libros, y creo que en última instancia cobran su propia entidad. Los libros siempre serán libros.
Fue con La mariquita malhumorada (Ladybird Bad Tempered), del escritor e ilustrador Eric Carle, que cambió su forma de mirar, de relacionarse con los libros. "En un momento particular del cuento descubrí el poder de la escala y del contraste. Cuando la mariquita decide hacer frente a una ballena."
¿Cuándo encontró su estilo? Cuando uno ve su trabajo no duda en decir que es un auténtico Oliver Jeffers.
No lo encontré, por lo mucho me encontró. Eso sucedió con sólo escuchar a mis manos y estar atento a la forma en que quería dibujar. Una vez que descubrí el sabor, no pude parar. Esto ocurrió cuando todavía estaba en la escuela de arte.
¿Cuál es su mayor reto a la hora de pensar una historia?
Asegurarme de que fluya. Una historia que tenga principio, desarrollo y final, y que fluya sin parecer forzado.
¿Cómo definiría su trabajo?
No creo que pueda hacerlo.
¿Por qué es tan importante el humor?
Porque se puede utilizar para hacer frente a temas difíciles, y porque es el gran ecualizador. Reír es mejor que llorar.
Oliver no sólo llamó la atención en el mundo por sus ilustraciones. La publicación del libro Neither Here Nor There ofrece un vistazo de su trabajo: pinturas, collages, ilustraciones e instalaciones. Todo lo hace a través de relatos sutiles.
Siempre se ha pensado a usted mismo como un pensador visual. ¿Cuál es la diferencia entre el Jeffers que ilustra y el Jeffers que pinta?
Lo único que se me ocurre decir es que mis libros ilustrados son historias, mientras que mis pinturas son preguntas. Pero todo, sin embargo, viene de un mismo lugar, la curiosidad. La pintura y la ilustración son medios de comunicación, y cuando no estoy comunicando algo que tengo que decir, entonces comunico algo que alguien más tiene que decir.
¿En qué está trabajando ahora?
En nuevas pinturas para una exposición de arte en Londres que presentaré en septiembre. También estoy trabajando en un libro de cuentos que va a salir el próximo año.
¿Sigue escuchando Bach cada vez que trabaja?
De vez en cuando. Ahora mismo estoy escuchando a los Isley Brothers, un clásico de Ohio.
Muy personal
- Oliver Jeffers nació en Australia en 1977 y se crió en Belfast, Irlanda del Norte.
- Estudió comunicación visual en la Universidad de Ulster y se graduó en 2001.
- Vive en Brooklyn, Nueva York. Trabaja como artista, diseñador e ilustrador. Su esposa, Suzanne, se ocupa de los negocios y las finanzas. Los email de la oficina los contesta ella.
- En 2004 publicó su primer libro, Cómo atrapar una estrella. Pronto se convirtió en uno de los ilustradores mimados de la escena.
- Sus libros fueron traducidos a más de 30 idiomas. Perdido y encontrado (Lost And Found), su segunda publicación, se convirtió en un premiado cortometraje de animación, que incluyó un galardón Bafta en 2009.
- Entre sus libros más reconocidos se encuentran Arriba y abajo, El increíble niño come libros, El corazón y la botella, Atrapados y el recientemente lanzado Este alce es mío, que obtuvo el premio Specsavers Children’s Book of the Year de los Irish Book Awards y fue seleccionado por Amazon como uno de los mejores libros del año.
- Sus pinturas fueron expuestas en varias ciudades, entre ellas, Londres y Nueva York. Además realizó trabajos para Newsweek, New York Times, The Guardian y Starbucks.