Está en Toledo, a una hora de Madrid; hermano del célebre Puy du Fou francés, se basa en la historia española y ofrece un espectáculo de inédito esplendor, sin montañas rusas
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¿Es divertido un parque de atracciones sin montañas rusas? ¿Puede el contenido de una clase de historia convertirse en una increíble fuente de diversión? Muchos contestarían “no, claro que no” ante ambas preguntas. Sin embargo, es el camino que eligió un parque español a contracorriente de todos los demás. Se llama Le Puy du Fou, un nombre un poco desconcertante a primera vista, que significa “la colina de las hayas” en francés antiguo. Porque el primer Le Puy du Fou nació en el oeste de Francia, en un sitio que hasta los años 80 era apenas un punto en el mapa pero que, gracias al parque, se convirtió en uno de los destinos principales del país más visitado del mundo.
En aquel lugar, un grupo de voluntarios decidió crear un espectáculo de luz y sonido en torno a las ruinas del castillo feudal local. La iniciativa fue impulsada por Philippe de Villiers, quien más tarde se lanzaría a la política y llegaría hasta el cargo de ministro. La primera representación fue durante el verano de 1978 y contaba la historia de la región desde la Edad Media hasta el siglo XX, a través de una familia y sus sucesivas generaciones. Lo que vino después seguramente superó las expectativas: Le Puy du Fou fue distinguido más de una vez como Mejor Parque del Mundo.
Sin embargo, en sus comienzos, para la mayoría de los vecinos embarcados en la aventura solo se trataba de armar un entretenimiento en una zona rural atrasada y olvidada. En los años 80 fueron legión los proyectos similares que pusieron en valor las historias locales, en toda Europa. Por lo general estos espectáculos se realizaban al pie de castillos o ruinas más o menos importantes. Los más conocidos pudieron contar con la locución de algún actor famoso, como Philippe Noiret, que prestó su voz para un show en los jardines del fabuloso castillo de Chambord. Pero para Le Puy du Fou, como para la aplastante mayoría de los demás, los medios eran limitados y todo se hacía a pulmón.
El logro es entonces todavía más destacable. En apenas algunas décadas se pasó de las representaciones amateur a una gigantesca maquinaria que ganó la apuesta de convertirse en un exitoso parque temático sin ninguna montaña rusa. Todo está basado en el majestuoso espectáculo nocturno, la Cinéscénie, y en la reconstrucción de varios momentos de la historia, por medio de edificios emblemáticos, de talleres artesanales, de experiencias gastronómicas específicas y de atracciones basadas en eventos o personajes del pasado.
El sueño español
En Le Puy du Fou la historia y la cultura se convierten en atracción y diversión. Luego de consolidar su éxito -como se dice en las reuniones de gerentes de marketing- en Francia, la familia de Villiers pensó que era tiempo de lanzarse al mundo y España fue el primer destino para instalar una réplica del concepto. Si en el oeste de Francia se construyeron pueblos de galos, de romanos, de señores feudales y de revolucionarios, había que hispanizarlo todo. Sencillo, pero eficiente: el concepto del Puy du Fou es adaptable a todos los países, sin renegar de su esencia y de su filosofía.
La versión española fue lanzada prudentemente como un espectáculo nocturno, El Sueño de Toledo, a partir de agosto de 2019. El éxito fue fulgurante desde las primeras semanas y aceleró los planes de apertura del parque, que abrió sus puertas en marzo de 2021, cuando la pandemia empezó a aflojar. En tan poco tiempo, el parque español ganó el Brass Ring Award 2022 a la “Mejor producción teatral, parques de diversiones y atracciones, incluidos los parques acuáticos, con una asistencia anual inferior a 1 millón”. Fue durante una ceremonia organizada en Orlando por la IAAPA (una asociación profesional internacional que agrupa a todo el sector de las atracciones), a mediados del mes pasado. Pocas veces el reconocimiento fue tan inmediato. El éxito también, ya que el parque cerraba 2022 con 1,2 millones de visitantes.
El sueño español cumplido, ya están trabajando las excavadoras para construir un tercer Puy du Fou. Esa vez estará en China y pondrá luces sobre la historia del Imperio del Medio. Entretanto otro proyecto se detuvo en Rusia, desde la invasión de Ucrania, y un quinto parque podría confirmarse en América del Norte dentro de los próximos años: la nación india cherokee quiere tener su propio show para poner en valor su historia.
Hojeando la novela nacional
Es llamativo que Le Puy du Fou haya ido creciendo mientras se estaba terminando de instalar la globalización. A medida que las diferencias se fueron desdibujando y los particularismos se hicieron cada vez menos particulares, este espectáculo, que se convirtió en una potente empresa de diversión, logró convertirse en la promotora de las “novelas nacionales”.
El público respondió masivamente en Francia y lo está haciendo de manera igual en España. Llega para sumergirse en la historia con una gran H (o gran hacha, para citar el famoso juego de palabra de Georges Pérec). La novela nacional hispana revive con sus personajes, sus arquitecturas y sus gestas, desde el establecimiento de los invasores visigodos hasta la guerra civil del siglo XX. Le Puy du Fou es en realidad un libro de historia que se camina, que se mira, que se escucha y que se aplaude.
Todo empezó con el maravilloso espectáculo nocturno “El sueño de Toledo”, pero va tomando cuerpo en varias reconstrucciones bien tangibles: aquí una fortaleza de los tiempos de la Reconquista y del Cid Campeador, allá las tiendas de un campamento árabe en Andalucía. Más lejos un galpón donde renacen las calles del Madrid del Siglo de Oro, cuya fisonomía original se puede adivinar todavía en el Barrio de las Letras, cerca del Retiro y del Prado. Pronto se sumarán otras, porque está en construcción una nueva zona dedicada a demostraciones de destreza ecuestre y para 2025 se abrirá otra más, centrada sobre el período de la Hispania romana, con un anfiteatro donde se presentarán gladiadores y carreras con carros, como solía haber en los de Emerita Augusta (Mérida), Tarraco (Tarragona) y las demás ciudades imperiales de la península.
La novela nacional hispana revive con sus personajes, sus arquitecturas y sus gestas, desde el establecimiento de los invasores visigodos hasta la guerra civil del siglo XX. Le Puy du Fou es en realidad un libro de historia que se camina, que se mira, que se escucha y que se aplaude.
Un escenario de cinco hectáreas
El parque se convirtió en una atracción más en la histórica Toledo, una de las ciudades más visitadas de España; pero también para Madrid, desde donde se organizan visitas personalizadas o grupales, de día o de noche, cada vez que Le Puy du Fou España está abierto. O sea, unos 200 días al año, desde la primavera hasta fines del otoño y durante las fiestas de fin de año (cuando el parque se convierte en un decorado ideal para que los niños puedan esperar la llegada de los Reyes Magos).
El Sueño de Toledo se presenta unas 115 noches al año, de jueves a domingo y los días feriados, entre abril y octubre. Lo ideal es por supuesto combinar la visita del parque con la asistencia al espectáculo, pero no siempre se tiene todo el tiempo del mundo cuando uno es turista… Por esta razón se venden también entradas solo para la noche, con acceso a un gran anfiteatro al aire libre que puede recibir a hasta 4000 personas (y que está lleno la mayor parte de las veces). Frente a los espectadores, el escenario tiene el tamaño de un pueblo, con su castillo, su iglesia, sus casas, su río y su lago. Durante 70 minutos, el ritmo del show es tan intenso como la historia española misma. No hay un minuto de descanso visual entre los efectos especiales, el mapping, las idas y venidas de decenas de actores y los impresionantes fuegos artificiales finales.
No hay un minuto de descanso visual entre los efectos especiales, el mapping, las idas y venidas de decenas de actores y los impresionantes fuegos artificiales finales.
Hay que hacerse a la idea de que es imposible verlo todo en una sola vez. Las acciones ocurren en todas partes, al ritmo de una historia que va contando el personaje inicial, un modesto aldeano que simboliza la memoria de la ciudad. Muy pronto, la gesta de Toledo se va entrelazando con la de España y aparecen invasores, reyes, conquistadores, emperadores, guerreros aztecas y por supuesto personajes históricos y de ficción, como Cristóbal Colón pidiendo una audiencia a los Reyes Católicos; o Don Quijote, errando por las mesetas de Castilla en busca de gigantes enemigos.
Como es imposible contarlo todo (y sobre todo no hay que spoilear los efectos especiales más asombrosos), se puede lograr dar una idea en números de lo que es este espectáculo de nueva generación: unos 200 actores, jinetes y acróbatas, un escenario de cinco hectáreas y una trama que abarca 1500 años de historia… ¿Hace falta acaso algo más?
Algunos consejos a la hora de preparar la visita
Dónde alojarse: a diferencia del Puy du Fou en Francia -que está en una zona rural y tiene sus propios hoteles temáticos históricos-, en España, la considerable oferta de Toledo y de la vecina Madrid no justificaron la construcción de alojamientos.
Cómo llegar: el parque está a varios kilómetros del centro de Toledo. Lo ideal es alquilar un auto o contratar las excursiones que ofrecen visitas de día, para el show, o combinados de los dos.
Dónde comer: cada sector tiene sus puestos y uno de ellos, el arrabal, está dedicado especialmente a distintas propuestas de restaurantes. Es la zona que sigue abierta por la noche, luego del Sueño de Toledo para los que quieren cenar en el parque.
Precios y horarios: el parque suele estar abierto desde marzo a fines de octubre. Lo más seguro es consultar el calendario en el sitio oficial www.puydufou.com/espana/es. -Precios: 239 euros por adulto para el día de parque; 30 euros para El Sueño de Toledo ( a partir de abril), o 49 euros para el combo de los dos. Hay descuentos para familias y para menores. Se recomienda hacer reservas anticipadas, ya que la mayor parte de las veces la capacidad -tanto del parque como del espectáculo- está colmada.
Prever protección solar porque el sol es muy fuerte durante la mayor parte del año. En media estación, llevar un abrigo para asistir al show nocturno.
- En diciembre y hasta el Día de Reyes, el parque abre solo de día con una temática especial de Navidad.
Las distintas “páginas” del parque
El Puy du Fou, tanto en Francia como en España, fue concebido como un libro de historia. Cada sector representa una época en particular. Además del Sueño de Toledo, hay varios encuentros con la historia española, en los distintos predios y varias veces por día:
- El Último Cantar: un show ecuestre en base a la historia del Cid Campeador, dentro de una fortaleza medieval.
- A Pluma y Espada: Lope de Vega vive trepidantes aventuras en el Madrid del Siglo de Oro
- Allende la Mar Océana: Cristóbal Colón presenta a los Reyes Católicos su proyecto de navegar hacia el oeste en busca de las Indias.
- Cetrería de Reyes: el trabajo con rapaces y la protección de aves es una de las especialidades del Puy du Fou, un conocimiento para el cual está presente también en la Argentina por medio de su apoyo a programa de reintroducción de cóndores.
- El pregonero de La Puebla Real: un heraldo irrumpe varias veces en el sector de las tiendas y restaurantes para realizar anuncios como se hacía en las ciudades de la Edad Media.
- El Vagar de los Siglos: donde se recuerdan a grandes episodios de la historia española, como la Batalla de Lepanto.
- El Arrabal: un sector dedicado a los servicios y la comida, con distintas propuestas. Hay músicos y trovadores que intervienen varias veces durante el día.
- El Askar Andalusí: un campamento de carpas árabes.
- Los Alijares: una granja con corrales de animales domésticos característicos de las mesetas castellanas.
- La Venta de Isidro, la Puebla Real y el Arrabal son réplicas de pueblos de época.
A la diferencia del Sueño de Toledo que tiene su propia entrada, todas estas atracciones y están incluidas en el precio general.
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