El misterio del Mary Celeste, el barco fantasma que sigue desconcertando a los expertos
Zarpó un 3 de noviembre de 1872; menos de un mes después fue hallado a la deriva sin su tripulación, sobre la que no se supo más nada
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Los mares son escenario de innumerables mitos y misterios sin resolver. El naufragio del Mary Celeste es uno de los más desconcertantes.
El Mary Celeste fue una embarcación comerciante construida en Parrsborough, Nueva Escocia, en 1861. El barco estuvo destinado a transportar alcohol desde Estados Unidos hacia Europa, comandado por el capitán Benjamin Briggs. Según la enciclopedia Navíos & Veleros, historias, modelos y técnicas, el último registro que se halló del diario del capitán en tierra fue del 3 de noviembre de 1872. Previo a su partida, el comandante le escribió una carta a su madre en la que le comentó que ese martes partirían hacia Génova y le aseguró que “nuestro barco está en un hermoso estado y espero que tengamos un buen pasaje”.
“Los naufragios son algo dentro de todo normal en la historia de los mares. Algunos fueron más misteriosos que otros. Lo que yo siempre digo, es que cuando el mar no devuelve los cuerpos, el duelo es permanente, esta es una de las características muchos naufragios y así sucedió con el Mary Celeste”, señaló Adriana Pisani, historiadora argentina especializada en naufragios y autora del libro La fantasía del naufragio.
Cómo estaba previsto, el 7 de noviembre el navío partió del puerto de Nueva York con rumbo a Génova, con Briggs, su esposa, Sarah, e hija, Sophia, y siete marineros en su tripulación.
Según la leyenda que también se relata en el libro Historia secreta de los océanos de Robert de la Coix, el barco atravesó terribles condiciones climáticas, tormentas poderosas, fuertes vientos y mares revueltos durante dos semanas. Tras 15 días de constantes azotes, se logró rescatar una página más del diario de Briggs que data del 25 de noviembre. En su texto, el capitán mencionó que el barco no presentaba ningún daño hasta ese momento.
Luego de esa fecha, nada más se supo del navío ni de la tripulación. “Hay varias similitudes con otras leyendas y relatos de naufragios de los mares. Muchas veces las historias suelen agigantarse con el paso de los tiempo y las distintas versiones que se van contando”, mencionó Pisani.
Según reconstruyen varios marineros, un 5 de diciembre, un barco de Canadá llamado Dei Gratia, se encontraba en una isla cerca de Nueva Jersey esperando un cargamento de petróleo, también con destino a Génova. Al igual que el Mary Celeste, seguiría el trayecto vía Gibratar.
A mitad del camino, entre las Azores y la costa de Portugal, divisaron a lo lejos un barco fantasma a la deriva, naufragando a pocos kilómetros de distancia. El capitán de la embarcación, David Morehouse, y su primer oficial, Oliver Deveau, confirmaron que se trataba del Mary Celeste, pero notaron que iba vacío.
El extraño avistamiento despertó su preocupación y decidieron acercarse a abordar el barco para ofrecer su ayuda. Pero al llegar, se encontraron con un escenario desolador. Las velas estaban en malas condiciones, parcialmente colocadas y algunas faltaban. Además, vieron que la escotilla principal estaba asegurada, pero las de proa y popa estaban abiertas con sus tapas arrojadas lejos de ellas.
Al continuar la inspección, se dieron cuenta que, si bien los tripulantes no estaban, sus pertenencias aún yacían en los camarotes. Al recorrer la embarcación descubrieron que el único barco salvavidas tampoco estaba. Al descender a la bodega, se encontraron con casi un metro de agua, una cantidad significativa pero para nada alarmante en un barco del tamaño de Mary Celeste. Sin embargo, aún permanecían dentro de la embarcación los 1700 barriles de alcohol intactos y una impresionante cantidad de suministros para más de seis meses.
Morehouse se atrevió a indagar en el camarote del capitán donde halló artículos personales esparcidos por la cabina, incluida una espada envainada debajo de la cama. Pero lo que más le sorprendió, fue que faltaban la mayoría de los papeles del barco junto con los instrumentos de navegación de Briggs. El Mary Celeste era un barco fantasma.
“En el caso de Mary Celeste, que en la bodega no había tanta agua como para abandonarlo, después de haber leído mucho e investigado sobre otros casos, entiendo que la desesperación del momento puede haber generado que el capitán ordenara abandonar la nave y a partir de ahí, naufragaron en el barco salvavidas”, opinó Pisani.
Luego de este suceso, el capitán Morehouse llevó el Mary Celeste a Gibraltar que quedaba a unos 1100 km de distancia. Según ordena la ley marítima, quien rescata una nave perdida puede esperar una recompensa dependiendo del valor del buque y la carga, y la indemnización también estaba sujeta al grado de peligro del rescate. Más tarde, esta acción despertaría sospechas en contra de Morehouse.
Con el correr de los años se emprendieron diversas investigaciones que derivaron en extrañas teorías pero jamás se hallaron pruebas concretas. Incluso se impulsó un estudio con tecnología moderna y algunos documentos hallados en otros navíos, pero tampoco lograron develar la verdad sobre el misterio de Mary Celeste.
“Al desaparecer la tripulación completa y la familia del capitán, todas las hipótesis quedan en la nada, porque es muy difícil desentramar qué ocurrió realmente”, agregó Pisani.
Mitos que recorren los mares
Las hipótesis que se plantearon fueron desde un motín de la tripulación, hasta criaturas sobrenaturales, pasando por catástrofes climáticas y asaltos piratas.
El 23 de diciembre de 1872 comenzaron las primeras indagaciones a cargo de John Austin, un agrimensor de embarcaciones. Su estudio detalló que la nave no tenía daños por mal tiempo ni había estado involucrada en una colisión.
Según una teoría, la tripulación se habría revelado contra Briggs en un motín, aunque nunca se hallaron señales de violencia que sostuvieran este relato.
Otra de las hipótesis más famosas, narraba el encuentro del Mary Celeste con un maremoto, que podría haber causado una fuerte turbulencia en la superficie que dañó la carga, liberando vapores tóxicos. El temor de una posible explosión, podría haber llevado a Briggs a abandonar la nave, lo que explicaría por qué estaban las escotillas abiertas. Esta teoría fue avalada por el periódico New York World en 1886 que citó otro caso en el que explotó una embarcación que transportaba alcohol. No obstante, tampoco pudieron corroborar esta afirmación ya que los barriles hallados en el navío estaban en perfectas condiciones.
El otro relato que tomó fuerza con los años apareció en las páginas del medio Quarterly Review que, en 1931, difundió un artículo donde acusaba a Morehouse de un ataque contra el Mary Celeste para apoderarse de la carga y poder cobrar la indemnización.
Incluso, algunos marinos se atrevieron a sospechar de que criaturas marinas mitológicas como el kraken podrían haber aniquilado a la tripulación. Esta teoría, como las otras, tampoco pudo ser comprobada.
Sobre este tema, Pisani brindó su punto de vista a LA NACIÓN: “Pudo haber sido un desembarco apurado y luego no pudieron volver al Mary Celeste. O quizás puede haber ocurrido que su bote haya naufragado y no pudieron retomar el rumbo. Pero son todas conjeturas”.
Y en este sentido, afirmó: “Todo se magnifica con el paso del tiempo y con el entorno marino que es proclive a todo tipo de leyendas”.
El capítulo final del Mary Celeste
Más de un siglo después, en el 2002, se emprendió una nueva investigación. La documentalista Anne MacGregor reconstruyó la deriva del barco fantasma y afirmó que Briggs tenía su brújula rota, por lo que, según su teoría que refleja en el documental La verdadera historia del Mary Celeste, habría perdido el rumbo al zarpar.
Según sus cálculos, el Mary Celeste se habría desviado 140 kilómetros al oeste de su trayecto. Bajo su hipótesis, cuando el capitán se dio cuenta del error, torció su rumbo hacia la isla de Santa María, en las Azoras, en búsqueda de refugio. De ser cierto, aún quedaba por responder la gran pregunta: ¿Qué ocurrió con la tripulación?
MacGregor descubrió que el Mary Celeste había sido reparado poco antes de zarpar, por lo que los desechos de la reconstrucción y los polvos de carbón empleados podrían haber tapado las bombas de agua. Al no poder desechar el agua que ingresaba a la bodega del barco, la documentalista sostuvo que Briggs, con su nave fuera de rumbo y ante la incógnita de saber si podrían llegar a salvo a una costa, ordenó el abandono del barco para evitar poner en riesgo a sus hombres y a su familia.
De todas formas, la hipótesis de MacGregor, nunca halló una respuesta concreta a la desaparición de las 10 personas que navegaron en el Mary Celeste. “Siempre está la fantasía de que los haya levantado otro barco, que estaban en una isla o que perdieron la memoria, hay un montón de historias, pero creo que nunca vamos a saber la verdad de los hechos”, añadió Pisani.
Desde noviembre de 1872, muchos investigadores intentaron arrojar luz sobre el misterio del naufragio del barco fantasma más famoso de todos los tiempos. Hasta el momento, nadie llegó a una explicación definitiva. “En cuanto a misterio en sí, es una de las leyendas más emblemáticas de los mares. Creo que todos los hechos del mar generan este tipo de repercusión porque el entorno marino es proclive para fantasear e imaginar cosas, aún con la documentación a la vista”, aseguró Pisani.
El relato del Mary Celeste dejó las puertas entreabiertas para que escritores y artistas dejen volar su imaginación. Tal fue el caso de Sir Arthur Conan Doyle, que en su cuento de 1884, La declaración de J. Habakuk Jephson, se atrevió a contar el testimonio de un hipotético sobreviviente. La historia también tuvo su oportunidad en la pantalla grande de Argentina, con la película María Celeste dirigida por Julio Saraceni, que se estrenó el 5 de abril de 1945 y que tuvo como protagonistas a Pedro López Lagar y a Mirtha Legrand.
Como ocurre hace 150 años, la historia del Mary Celeste aún encierra tantos misterios como las agitadas aguas en las que nació su leyenda.
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