En la década de 1960, un hombre captó una extraña silueta fantasmal detrás de su hija; hasta el momento, no se pudo descubrir de qué se trata
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“Hicimos un paseo normal y fuimos a nuestro lugar”, recordó Jim Templeton, un bombero de Carlisle, en el noroeste de Inglaterra, en una entrevista de la BBC antes de su muerte en 2011.
Hablaba de ese soleado día de verano, en 1964, cuando salió con su hija sin sospechar que algo fuera de lo común pudiera ocurrir. “Nos sentamos y le dije: ‘Ahora voy a sacar algunas fotos tuyas con el vestido nuevo’, sin esperar que eso sucediera”, dijo.
Con “eso” se refería a la atención de los medios de todo el mundo y décadas de debate sobre la misteriosa figura que aparece detrás de su hija, Elizabeth.
Para los ufólogos, estaba claro. Un traje blanco. Un casco. Un visor oscuro. Templeton, según creían, había fotografiado a un astronauta.
Sin embargo, además de su esposa, Annie y dos pensionistas sentados en un automóvil, él sostuvo que no había visto a nadie más ese día en Burgh Marsh, con vista al estuario de Solway en Cumbria.
Fue sólo cuando el químico que procesó las imágenes señaló que una figura había echado a perder la foto que se dio cuenta de que había habido alguien, o alguna otra cosa, presente.
Templeton la llevó a la policía en Carlisle, donde declararon que no había nada fuera de lo común.
La compañía de películas Kodak dijo lo mismo e incluso ofreció una recompensa a cualquiera que pudiera probar que la foto había sido falsificada. La recompensa nunca fue reclamada.
Pero pronto se produjo un frenesí mediático. “Llegó a la atención del periódico local, The Cumberland News. A partir de ahí, se disparó. Fue recogido por (los diarios británicos) Daily Mail y Express”, dijo David Clarke, autor de Los archivos OVNI: la historia interna de avistamientos de la vida real.
Templeton comenzó a recibir cartas de todo el mundo. “Algunas personas afirmaban que era un espíritu, otros creían que Jim o su hija tenían poderes psíquicos que no conocían. Todo se tornó cada vez más y más extraño”, explicó Clarke.
Luego vino la visita de dos “Hombres de negro”, que se identificaban solo como Número 9 y Número 11, y pidieron que los llevaran al lugar donde había tomado la imagen.
Tal vez el giro más extraño de los acontecimientos fue un vínculo al lanzamiento planeado de un misil Blue Streak en Woomera, en el sur de Australia.
Pocos días después de que Templeton tomara su fotografía, la prueba de misiles en el otro lado del mundo fue abortada por los técnicos quienes informaron que habían visto a dos hombres en el campo de tiro. Luego de ver la foto del “astronauta de Solway” en la portada de un periódico australiano, se dijo que estaban atónitos ya que la figura era igual a las que vieron cerca del misil.
La trama se complicó pues el Blue Streak había sido construido en RAF Spadeadam en Cumbria, a pocos kilómetros de donde Templeton fotografió a Elizabeth, y cuando la historia cobró impulso también se dijo que se había visto un OVNI en Woomera.
¿Podrían haber estado vinculados esos incidentes al evento en Cumbria? “No”, dijo Clarke, que pudo ver la película en blanco y negro del lanzamiento abortado. “Descubrí todo el papeleo en los archivos del Ministerio de Defensa hace unos años. La película estaba en el Imperial War Museum de Londres. Parecía un triángulo de luz: era claramente un destello de lente”, señaló.
En cuanto a la afirmación de los técnicos de ver a dos hombres en el campo de tiro, dijo que no existe ningún registro fotográfico de ese avistamiento.
En cualquier caso, la imagen de Templeton apareció cuando el interés público en esos temas se había disparado debido la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
“Hubo una serie de fotos, usualmente tomadas con cámaras Box Brownie, mostrando platillos voladores como los que verías en Dr. Who, La guerra de los mundos y las películas clase B”, recordó Clarke. “Si las ves hoy, algunas parecen ingenuas. Pero la imagen de Jim es tan distintiva. La imagen detrás de la niña es tan obviamente como un astronauta de la NASA”, dijo.
Sarah Spellman, presidenta de la Asociación para el Estudio Científico de Fenómenos Anómalos (Assap), está de acuerdo en que fue un producto de su tiempo. “Es una curiosidad interesante. Una vez que lo ves y haces la conexión con el astronauta, es una fotografía bastante llamativa”, aseguró. “Tocó la fibra sensible de los temas de la época y algo de la sabiduría popular sobre los OVNI de los años 50 y 60″, indicó.
Para Clarke, quien tiene un doctorado en folclore, historias como la del “astronauta de Solway” siguen una tradición muy trillada. “Desde la invención de la fotografía, ha habido imágenes de ángeles, hadas y espíritus. Muchas fueron [explicadas por] destellos de lentes o fueron manipuladas, pero se nutrieron del espiritualismo en el siglo XIX. Si Jim hubiera tomado su foto en 1864 en lugar de 1964, la habría llevado a la iglesia espiritualista y hubieran dicho que mostraba un fantasma”, explicó.
Assap, que ha estado investigando lo anómalo y lo paranormal durante más de 30 años, todavía recibe “una corriente constante” de nuevos casos al año, aunque la mayoría ahora se centra en avistamientos de fantasmas en lugar de OVNIS. “Nuestra capacidad de análisis ha avanzado, pero también la capacidad de falsificar cosas. La gente ahora tiene acceso a Photoshop y CGI. Si alguien quiere falsificar algo, ya no tiene que colgar con hilos una figura de cartón en el jardín”, señaló Spellman.
Pero, ¿qué podría explicar la foto del “astronauta de Solway”? ¿Podría ser simplemente un engaño? Clarke, quien se reunió con Templeton en 2002, piensa que es poco probable. “Salí absolutamente convencido de que estaba diciendo la verdad y no podía explicarlo él mismo, aunque no me convenció tanto su historia de los ‘Hombres de Negro’. Quienquiera que fue a visitarlo, dudo que fuera del gobierno”, dijo.
No obstante, el astronauta -apuntó Clarke- seguramente no lo es. “Uno de los otros fotogramas [tomados ese día] muestra a la esposa de Jim que, según él, estaba parada detrás de él cuando tomó la foto de Elizabeth”, dijo.
“Creo que por alguna razón su esposa se metió en la toma y él no la vio porque con esa cámara en particular solo se podía ver el 70% de lo que había en la toma a través del visor”, indicó. Annie, argumenta Clarke, posiblemente estaba de espaldas a la cámara y la fotografía estaba sobreexpuesta, causando que su vestido azul se viera de color blanco. Eso explicaría “el astronauta”.
Sea cual sea la verdad, para Clarke es un recordatorio de una “época más inocente” y no tiene dudas sobre su importancia. “La gente ahora es mucho más cínica frente a este tipo de imágenes”, dijo.
“En los años 50 y 60 había algunas imágenes granulosas que mostraban cosas extraordinarias. La gente se sorprendía mucho más y estaba más dispuesta a suspender la incredulidad. Para mí, es una de las imágenes anómalas más impresionantes de las investigaciones sobrenaturales y la gente seguirá hablando de ella por otros 50 años”, concluyó.
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