Realeza: el lado oscuro del príncipe William, entre los ataques de ira y la afición por el alcohol
Después de su renuncia a la realeza, la imagen del príncipe Harry quedó cristalizada como la del royal rebelde, el impulsivo o el descarriado. Su nueva vida en Los Ángeles con la explosiva Meghan Markle terminó de delinear su perfil de "oveja negra", junto a la trayectoria de escándalos que lo mantuvieron en el ojo del huracán desde su adolescencia. Sin embargo, una nueva biografía de los hermanos Windsor muestra que "el obediente William" también tiene su lado oscuro.
A poco más de una semana de la publicación del libro del experto en realeza Robert Lacey, llamado Battle of Brothers, un nuevo adelanto publicado por el Daily Mail descubre la faceta menos conocida del príncipe William que, a ojos del mundo, es el hermano bueno de los dos hijos de Carlos y Diana. Como hijo mayor y heredero de la corona, seguramente sea el más responsable y serio, pero eso no implica que su vida sea inmaculada.
Lacey compone distintos ataques de ira protagonizados por William. Entre ellos, cuenta el episodio que tuvo con su madre en 1995 después de una entrevista que Diana le concedió a la BBC. Durante el reportaje, la princesa de Gales reconoció que en su matrimonio eran tres, para contar cómo se había enamorado de James Hewitt. William tenía trece años y después de ver el programa se sintió profundamente traicionado.
El escritor revela lo sucedido: "Se desató el infierno. Estaba furioso. Le reprochó que había hablado mal de su padre, que cómo había mencionado a Hewitt. Gritaba y lloraba. Cuando Diana intentó abrazarlo, él la apartó de un empujón. Al día siguiente, se disculpó por haber perdido los estribos y le regaló un ramo de flores". Al parecer, estos momentos de furia, según Lacey, son parte de la personalidad de William desde la adolescencia hasta la actualidad.
El príncipe Carlos también fue víctima de la ira del futuro rey. En 2005, Camilla Parker les confesó a sus amigos íntimos esta faceta desagradable del primogénito. "Según ella, las disputas eran estremecedoras, con William gritando y Carlos sometiéndose dócilmente. En el universo del príncipe todo debe ser perfecto o tal como él lo ordena. Si su padre o alguna persona de su entorno no está a la altura de su exigencia, suele salirse de sus casillas", escribe Lacey en su libro.
En 2017, después de asistir a la proyección pública de un documental de Diana con motivo del vigésimo aniversario de su muerte, William no tuvo ningún gesto conciliador con su padre frente a los periodistas ni tampoco se ocupó de disimular su decepción con el trabajo que Carlos hizo con sus hijos en ausencia de Diana.
Lacey va más allá y responsabiliza directamente al hermano mayor por los períodos de consumo de alcohol y de drogas de Harry. El biógrafo asegura que fue William quien lo introdujo en ese ambiente nocturno que él ya disfrutaba y, que a la vez, lo dejó solo en el peor momento cuando se tomó un año sabático sin registrar el sufrimiento de su hermano menor.
El autor asegura que el gusto por el alcohol es una afición que comparten los dos por igual aunque los medios hayan exacerbado los hábitos de Harry y ocultado los escándalos de William, quien todavía conserva la imagen de perfección y responsabilidad ante el público.
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