Llego de madrugada. Londres duerme silenciosa, excepto por un par de caballeros que discuten con alcohol en sangre. Apenas bajo del taxi, dos empleados del hotel me aventan por la mística puerta giratoria y me indican que ellos se encargan de las valijas, mientras comentan azorados lo extraño de la situación.
Ese momento fue el más glorioso que he vivido en Londres. Detrás de mi, aquella puerta circulante, y delante todo el Ritz dormido ante mi. Ni una persona en el larguísimo pasillo alfombrado de rojo de casi una cuadra que termina en el restaurante más british del mundo: "The most beautiful dining room in the world", con tantos candelabros que sería imposible contarlos y vistas al Green Park.
A mitad de pasillo, a la izquierda se abre el famoso Palm Court, aquél donde se toma el té de la tarde que sienta el precedente de la tradición, para hombres aún con corbata. Algo antes se abre una escalinata breve que lleva a la que era la antigua residencia del Primer Ministro, ahora incorporada al hotel en un nuevo edificio con toques de vanguardia y raíces reales. William Kent House, es una espectacular mansión histórica diseñada en la década de 1740 que colinda con el hotel. A la derecha, el bar Rivoli, con todo el sello del Orient Express. Algo más allá la entrada secreta al Ritz Club: restaurante, casino y bar. Se oye el silencio, porque aquella puerta logra dejar fuera la pelea, y dentro sólo estoy yo, con todo el Ritz para mi.
Nuevo rico con sello
Luego de la Primera Guerra Mundial surgieron oportunidades inesperadas para que algunos pudieran seguir sueños inalcanzables e incluso inimaginables, y lograrlos. Un nuevo segmento que emergió en la época: una sociedad afanada en disfrutar del ocio, los viajes y la emoción. En ese escenario en febrero de 1850 nació César, el décimo tercer hijo de una familia ganadera en Suiza. Su mamá detectó una capacidad intelectual y fue el niño que se despegó del campo y siguió estudiando en un internado jesuita, donde aprendió alemán, francés e inglés. Pero él no estaba muy interesado, dejó los estudios a los 15 años y su padre le consiguió un empleo de mozo en el hotel Couronnes et Poste, en Brig. Fue despedido a los pocos meses y partió a París a buscar oportunidades. Nuevamente comenzó a trabajar como camarero del hotel De la Fidélité. Apenas en dos años ya era uno de los más destacados mozos de Voisin, uno de los mejores restaurantes de la ciudad. La guerra entre Francia y Prusia en julio de 1870 silenció sus posibilidades y volvió a Suiza. Inquieto tres años después se fue a Viena donde consiguió trabajo en el exclusivo restaurante Les Trois Frères Provençaux, adonde acudía buena parte de la realeza europea.
Años más tarde fue responsable de volver a la vida al semimuerto Gran Hotel Nacional de Lucerna. Estableció un código basado en una máxima "el cliente siempre tiene razón".
Fue en esa oportunidad que delineó lo que sería el espíritu que hoy sigue rigiendo al Ritz y se encuentra en su ADN: "observa a todos sin mirar, oye todo sin escuchar, sé atento sin ser servil, anticípate sin ser presuntuoso. Si un cliente se queja de un plato o bebida, quítalo y reemplázalo sin hacer preguntas". A esto le sumó una clave gastronómica de valor, contrató a Auguste Escoffier, un chef innovador. Un valor totalmente diferencial para la época porque nadie iba a comer a un hotel. Siguió haciendo carrera en decenas de otros hoteles emblemáticos. Luego de hacerse famosos como equipo, los convencen para ir a dirigir el Savoy a Londres, una experiencia diferente en concepto hotelero inspirado en los de Nueva York. Desde entonces no hubo una figura del arte o la realeza que no se transformaran en habitués. Pero todo se cortó abruptamente en marzo de 1898 cuando ambos fueron despedidos por sospechas de sobreprecios en la compra de alcohol. Un hecho que Escoffier hizo ocultar y que vio la luz un siglo más tarde.
Ritz inició su sueño en 1896. Pidió un préstamo a Alexandre Marnier-Lapostolle, el creador de Grand Marnier, y compró un edificio del siglo XVII en el número 15 en la plaza Vendôme, París. El hotel Ritz abrió el 1 de junio 1898, para 1906 Londres se hizo del suyo.
El león de Piccadilly
Rápidamente ganó la reputación de ser el hotel más prestigioso de Londres y atrajo a una gran cantidad de huéspedes famosos y elegantes. Durante sus primeros años, el hotel disfrutó del patrocinio del Príncipe de Gales (el futuro rey Eduardo VII), quien era un cliente leal de César Ritz y se dice que dijo; "A donde vaya Ritz, yo voy".
- Otras figuras icónicas incluyen a Pavlova, la primera bailarina rusa que bailó en The Ritz en 1912, Aga Khan y Paul Getty tenían suites, y Winston Churchill, Dwight Eisenhower y Charles de Gaulle se reunieron en la Suite Marie Antoinette para discutir las operaciones durante la Segunda Guerra Mundial.
- Lady Diana Cooper, que vivía en Arlington Street, recordó que The Ritz fue el primer hotel que permitió que las jóvenes solteras no estuvieran acompañadas.
- El Ritz también se convirtió en el hotel elegido por las estrellas de Hollywood. Charlie Chaplin requirió que 40 oficiales lo escoltaran a través de la fila de admiradores que lo esperaban en la calle hasta el hotel en 1921.
- La dramaturga inglesa Nöel Coward escribió canciones en The Ritz, entre ellas 'Children of The Ritz' y Jackie Onassis describió a The Ritz con una frase: "Es como el paraíso".
Julia Roberts, Hugh Grant y otras celebridades
En 1999, la comedia romántica de Richard Curtis 'Notting Hill', protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant, contó con varias escenas filmadas en The Ritz. Entre estas la divertida escena en la que el personaje de Roberts, la estrella de cine Anna Scott, está dando una conferencia de prensa en la suite Trafalgar del hotel (de 1.815 libras la noche), y el dueño de la librería William Thacker, interpretado por Grant, se hace pasar por un reportero de la revista Horse and Hound.
El cargo de Head Hall Porter en The Ritz lo cubreel español Michael de Cozar -segunda generación de conserjes de The Ritz- y aparece en la escena del mostrador de conserjería en la película "Mujer Bonita". Recuerda que la filmación tuvo lugar durante la noche: entre la medianoche y las 6:00 a.m y también se le viene a la mente un pequeño episodio, una de las tomas fue interrumpida por una llamada telefónica de un pariente invitado, ¡desde Australia!
La reina madre cenaba con regularidad en el Ritz y su canción favorita al piano era 'A Nightingale Sang in Berkeley Square'.
En 1999, el Príncipe de Gales y Camilla Parker-Bowles asistieron al 50 cumpleaños de Annabel Elliot en The Ritz, y fue la primera vez que fueron fotografiados juntos en público saliendo del hotel.
Vida color Ritz
- En enero de 2002, The Ritz recibió una autorización real para servicios de banquetes y catering. Otorgado por Su Alteza Real el Príncipe de Gales, es el primer y único hotel que ha sido honrado con este premio. El 14 de noviembre de 2002, la Reina Isabel II organizó una fiesta en el 54 cumpleaños del Príncipe de Gales en el restaurante The Ritz como agradecimiento a su familia y amigos cercanos por el éxito de su año de jubileo.
- En 2005, The Ritz compró William Kent House, una espectacular mansión histórica diseñada en la década de 1740 que linda con el hotel. En noviembre del año siguiente, se abrió a los huéspedes del Ritz luego de un extenso proyecto de renovación que incluyó la puesta en valor de la colección de comedores privados y suites lujosamente restaurados a su decoración original de estilo renacentista. Esta casa del siglo XVIII, diseñada por el famoso arquitecto William Kent, es una parte integral del Ritz.
- La Reina Isabel II celebró sus 80 años en 2006 en The Ritz y el encuentro se llevó a cabo en toda la planta baja del hotel y en The Ritz Club. Este fue el primer evento oficial en el completamente renovado William Kent House.
- En agosto de 2015, las escenas clave del episodio final del aclamado drama televisivo 'Downton Abbey' se filmaron en el restaurante The Ritz con Lady Edith y Lady Rosamund, transmitidas el día de Navidad de ese año. La filmación tuvo lugar durante la noche y fue la última escena filmada con el elenco y el equipo que se vistieron con trajes de los años 20 para conmemorar la ocasión (Lady Mary fue la operadora de cámara de la noche).
- En octubre de 2016, The Ritz Restaurant, a cargo del chef John Williams, recibió una estrella Michelin.
Habitación pandemia
El hotel no cerró sus puertas ni en las guerras mundiales. Aquél que acogió a Winston Churchill, Dwight Eisenhower y Charles de Gaulle, quienes se reunieron en la Suite Marie Antoinette para discutir las operaciones durante la Segunda Guerra Mundial. El mismo espacio donde el entonces Primer Ministro decidió el ingreso de Gran Bretaña a esa batalla, ese hotel que siempre se mantuvo abierto, frente al coronavirus cerró por primera vez.
Al comentar sobre la reapertura que tuvo lugar a fines de julio pasado, Sal Gowili, Gerente General de The Ritz, dijo: "estamos increíblemente felices de comenzar a reabrir nuestros restaurantes en The Ritz. Uno de los placeres más agradables de la vida es compartir deliciosas comidas y bebidas alrededor de la mesa en compañía de familiares y amigos. Extrañamos profundamente el conectarnos con nuestros huéspedes en persona mientras The Ritz estuvo cerrado. Será maravilloso tener esta oportunidad una vez más, poder cuidar de manera excelente a nuestros huéspedes y brindar un ambiente seguro con algunos hermosos espacios al aire libre, para celebrar Londres en su máxima expresión".
Como debía ser -y empieza a serlo nuevamente luego del confinamiento- Michel, el conserje de "Mujer Bonita" me intercepta el día de la partida, me sorprende con una limusina en la puerta lista para que me lleve "a donde quiera". Pero, como si fuera poco, tiene listo el cartel de "Do not disturb" y el llavero que usan para las habitaciones, el mismo desde que se inauguró el hotel. "Llévate algo del Ritz a casa", dice. Uno se lleva un millón de intangibles que exceden lo físico.
La venta del Ritz
Los propietarios del hotel, los tres gemelos de 85 años de la familia Barclay, han tomado la decisión de vender y aunque parece haberse desprendido de la joya hace apenas unas semanas entregándolo a un grupo de Qatar por más de mil millones de libras, aún no están firmados los papeles. El conflicto que esto ha generado entre los intereses familiares ha revelado otros compradores interesados como el grupo francés LVMH, según algunos medios británicos, considerados los mayores representantes del lujo en diversas áreas y que ya han comprado otros hoteles. Los ladrillos cambian de mano, pero la mística e historia no se contraponen a vanguardia y osadía. Eso permanece.
Crédito editorial: 4kclips / Shutterstock.com
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