En tu cuento "Independiente, mi viejo y yo" contás un momento muy íntimo en el que junto a tu papá escuchan por radio una final del Rojo. ¿El fútbol es mucho más que querer una camiseta?
Que nos guste el juego es representarnos la vida en algo más sencillo que la vida misma. Nos servimos de esa simplificación para entender cosas que van más allá del juego. Mi viejo me hacía escuchar los partidos con él por radio o verlos por tele y llenaba la casa de banderas, como si fuera la cancha. Me leía las noticias que hablaban del equipo y enriquecía esas historias. Él siempre embellecía sus relatos y con el Rojo hizo lo mismo.
Imposible no llevar ese legado.
El peso de Independiente en nuestra relación fue una de las cosas más profundas que compartimos. Él murió cuando yo tenía 10 años y esas cosas sencillas pero profundas, como el amor a un club, fueron muy importantes.
Con tu hijo vas a ver también partidos de otros equipos en diversas canchas. ¿Son muy distintos los hinchas de cada club?
Los hinchas suelen decir de sí mismos que son diferentes a los de otros clubes, les gusta encontrarse distintos y, por supuesto, mejores. Pero los seres humanos somos bastante parecidos y eso involucra también a los hinchas. En cada club hay gente sufrida, intolerante, apasionada, paciente, insufrible. Muchos son alternativamente todas esas cosas. A los clubes les tocan buenos y malos momentos y las hinchadas reaccionan de acuerdo con esas etapas.
En el prólogo del libro El partido rojo, de Claudio Gómez, escribiste que el triunfo es una sensación cercana a la inmortalidad. ¿Tan así te sentís?
Nuestra conciencia de la finitud y la mortalidad es una fuente de angustia, inseguridad e insatisfacción. Y si el juego es una forma de vivenciar los momentos más profundos de la vida, la victoria es una breve ficción que nos hace sentir a salvo, seguros y que no necesitamos nada más. Ese momento fugaz, sin deseo, tiene que ver con estar plenos, aunque va a pasar rápidamente porque pronto se jugará otro partido. Ganar es sentirnos por un instante infalibles y eso es muy especial.
¿El hincha del Rojo mantiene el histórico paladar negro o para las nuevas generaciones hay que ganar como sea?
No creo que haya un solo tipo de hincha definido. Somos distintos, pero también nos movemos al compás de los resultados. Cuando el equipo está triunfante, te ponés más quisquilloso y pretendés ganar y jugar bien. En los momentos más difíciles, ganar se te hace lo más importante. Las formas son importantes en la vida y en el fútbol. Este equipo de Holan ha intentado jugar bien y lo ha conseguido, y es muy gratificante. Ojalá que sea el principio de algo; a mí, ganar sin jugar bien me deja bastante vacío.
Completá la frase
Si tu hijo hubiera elegido ser de Racing: tendríamos que ir una semana al Libertadores de América y la otra al cilindro
Los estadios del Rojo representan: El de la doble visera es mi casa de toda la vida, el Libertadores es la casa donde me mudé y espero construir buenos recuerdos
Un hincha desapasionado es: otro modo de ser hincha. Yo no lo soy, pero respeto al que lo vive así
El libro de Independiente que me gustaría escribir: el de la octava Libertadores, ese sería lindo
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