Te movés en un mundo armónico: el saxofón, el tango y las orquestas. Cuando juega Huracán, ¿colgás el traje y todo se desarma?
Yo soy un hincha como casi todos los hinchas de Huracán: fanático. No se es simpatizante ni hincha light de este equipo. Voy siempre a la cancha, y cuando no puedo ir porque toco, me pongo muy nervioso, sobre todo si se juega al mismo tiempo que un concierto. Hace unos años cantaste en el medio del Ducó el tango "Sentimiento quemero". ¿Cómo fue esa experiencia?
Inolvidable: ya había tocado en otras canchas, pero nunca en "la" cancha. Cantar un tema mío ahí adentro fue genial. Yo había subido el tema por el día del hincha y Jorge Anca, que era el encargado del estadio en esa época, me contactó. También fue muy lindo poder ir con mi mujer, que estaba embarazada de nuestra hija: inolvidable.
Además, Huracán es un club tanguero.
Porque Patricios era parte del arrabal al cual tanto refiere el tango en sus letras. Era un club muy fuerte en el período en el que el tango se forjó. Y hubo muchos exponentes tangueros hinchas: Manzi, Centella, Ferrer, Barbieri, Riverol. Además, en las milongas de su sede tocaron las más grandes orquestas. Hoy en día ese ADN persiste, muchos músicos de la escena actual son quemeros.
¿Por qué sos del Globo?
Por mi familia paterna, mi abuelo estaba en la comisión de hockey sobre patines. Mi primer partido en el Ducó fue en 1982, empate 2 a 2 contra Racing de Córdoba. Después fui intermitentemente hasta empezar a ir por mi cuenta. Teníamos un gran equipo con Dalla Libera, Quiroz, Cruz, etcétera. De ahí en más no paré, aunque no era fácil porque mi madre no quería que fuera a la cancha y me tenía que inventar cualquier excusa. Una vez, en un partido en cancha de Boca, le dije que me iba al Parque Rivadavia a cambiar estampillas, pero la lluvia torrencial estropeó mi coartada y ahí se blanqueó todo.
En tantos años de cancha, tenés varias anécdotas.
Viviendo en Boston me hablaba con otro quemero que vivía en Los Ángeles. ¡Un día, tenía que ir a tocar a Woodstock y justo Huracán jugaba un partido importante! Todavía no había internet en el celular, así que mientras yo manejaba, el otro me relataba el partido y me llamaba cada tanto tipo corresponsal. Otra que me acuerdo fue cuando ganamos la Copa Argentina y la fecha coincidía con mi cumpleaños. Me jugaba mucho: el mejor o el peor cumpleaños. Era la primera final importante en mucho tiempo. En eso, en casa me encuentro una vaquita de San Antonio; la agarro, la paso por todos los dedos y le digo: "Ahora andá a San Juan y traeme la Copa". Se fue volando... y cumplió.
Completá la frase...
Un domingo de sol en el Ducó es: la metáfora de cualquier cosa buena.
Las canciones de cancha acompañadas con el saxo son: algo que no haría. no podría concentrarme.
Me gustaría invitar a un show a: varios. a Menotti y a Cappa porque sé que les gustaría la música que hago. Y también a algunos que me han alegrado mucho, como Víctor Hugo Delgado o el Pelado Mancinelli.