La naturaleza espera atenta la llegada de la primavera, esa época del año cuando la floración llena de colores los más diversos espacios e invita a las abejas a realizar sus danzas. Este 2019, también el mundo espera atento la llegada de la primavera. Un momento en que las acciones correctas pueden marcar un nuevo rumbo ante el principal desafío de nuestro siglo: el cambio climático.
2020 marca una fecha importante en el calendario. Los países deberán presentar contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs por sus siglas en inglés) más ambiciosas, es decir, definir cuáles serán sus acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para adaptarse a los efectos del cambio climático. Pero esa mayor ambición implica que deben ir por más respecto de lo presentado anteriormente, en 2015. El propósito final: mantener el aumento de la temperatura de la superficie del planeta por debajo de los 2° C, con esfuerzos, en un 1,5° C.
Preocupado, convencido de que el momento de acción es ahora y considerando este tema más allá de su rol profesional, como una responsabilidad personal, el secretario general de Naciones Unidas António Guterres convocó a una cumbre especial para ver cómo los países vienen trabajando para ese propósito. La idea es clara: no llegar a 2020 sin tener nada. Sus palabras hacia los líderes son contundentes: "No vengan con bellos discursos, vengan con planes concretos".
La Cumbre de Acción Climática se celebrará el 23 de septiembre en Nueva York, Estados Unidos. Financiamiento, transición energética, acción local en las ciudades, resiliencia y adaptación son algunos de los ejes temáticos que guiarán el trabajo de un día que puede (re)marcar el rumbo de la acción climática.
Pero no serán los líderes, representantes y empresarios los únicos actores del mes. Muy por el contrario, las nuevas generaciones darán sus voces en la Cumbre Climática de la Juventud. En el inicio de la primavera aquí en el sur y el comienzo del otoño allí en el norte, el 21 de septiembre será la fecha en que jóvenes líderes de todo el mundo podrán compartir sus experiencias y soluciones ante el problema. La protagonista indiscutida allí será Greta Thunberg, activista sueca de 16 años, impulsora de un movimiento global de jóvenes que dice presente ante los líderes y que les exige acción urgente y ambiciosa ante el cambio climático. El motivo es obvio: su futuro.
El 23/09 se celebrará la Cumbre de Acción Climática en Nueva York para acelerar la acción ante el cambio climático.
"Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro", expresaban algunos carteles sostenidos por chicos y chicas de 15 a 25 años quienes, inspirados por Greta, se movilizaron ante el Congreso y en distintos puntos del territorio argentino. Movilizaciones que seguramente se repetirán del 20 al 27 de septiembre, semana entera en la que la joven activista llamó a expresarse alrededor del mundo.
Las razones por las que una generación decide salir a la calle y defender su futuro se encuentran en la ciencia. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) determinó que se necesitan cambios drásticos y sin precedentes de aquí a 2030, en todos los ámbitos de la sociedad, para reducir las emisiones y limitar el calentamiento global. Esas son las mismas razones que tomó Guterres para la convocatoria a la cumbre.
El desafío será que, además de las fotos, de los tweets oportunos y de las frases hechas, los líderes realmente vayan con planes concretos y no se queden en los históricos bellos discursos. Aun en lo que será un otoño neoyorquino, septiembre tiene la oportunidad de reconducir el camino: escuchar y darles una respuesta a esos jóvenes que merecen una Tierra sana y cuidada para vivir, mostrar la voluntad política con prácticas concretas. En definitiva, marcar el florecer de la acción climática.
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