Mariano de la Canal es licenciado en Publicidad y, en silencio, lleva adelante una importante acción solidaria. Tras su paso por Bolivia y Paraguay, busca revancha en la televisión argentina. “Es difícil, porque acá son todos acomodados”, dispara
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Irrumpió en la televisión hace once años como “el fan de Wanda”. Lo vimos todos (o casi todos) en la tribuna del Bailando por un sueño alentando con gritos y llantos exagerados a la actual mujer de Mauro Icardi. Ese fue, apenas, un punto de partida. Desde ahí, Mariano de la Canal hizo su propio camino: llegó a la final de Soñando por bailar, fue conductor de televisión en Bolivia y Paraguay, se recibió de licenciado en publicidad y marketing y, aún hoy, lleva adelante varias acciones solidarias. Nacido y criado en San Fernando, barrio en el que todavía vive, Mariano asegura: “Nunca me faltó el trabajo, gracias a Dios, desde antes de aparecer en la tribuna de Showmatch hasta hoy. Siempre fui muy inquieto y muy emprendedor”, le confía a LA NACION. Y aclara: “Mi asignatura pendiente era estudiar y hoy ya tengo mi título de licenciado en publicidad y marketing, y de eso trabajo. Y cada tanto me divierte visitar los programas o producir alguna obra de teatro, como estoy armando ahora para Navidad. Todo el tiempo hago cosas nuevas, aparte de mi trabajo estable relacionado a lo que estudié”. De la Canal habla también de su niñez y adolescencia, su historia familiar, de su entrada a los medios, su relación con Wanda Nara y de las ganas de ser papá.
-¿Ser “el fan de Wanda” fue una estrategia para entrar a los medios?
-Siempre supe que quería actuar, a los 7 años ya tomaba clases de teatro. Me gusta la televisión y desde que nací busco llamar la atención, hacerme ver. Yo sabía lo que quería: entrar en los medios de comunicación, algo que puede ser muy fácil y muy difícil al mismo tiempo. Porque de repente te hacés famoso, pero te dura dos días... Lo complicado es sostenerte y ser querido, lograr que la gente te apoye. Yo lo logré. ¡El disfraz viral en el último Halloween fue una careta de mi cara con la vincha! No lo puedo creer. Siento que ya soy atemporal porque estoy en todos los memes. Ojo, es muy difícil conseguir eso.
-Entonces, lejos de enojarte te enorgullecen los memes.
-Cómo me va a enojar de algo que yo mismo hice para divertir al resto. Me enorgullece. ¡Mirá la cabeza que tuve!
Trabajó durante cuatro años en la televisión boliviana, donde hizo seis temporadas del Bailando por un sueño como partenaire del conductor. También estuvo en Cantando por un sueño y hasta tuvo su propio programa vespertino, El debate del show. Además, fue panelista en programas de espectáculos y entretenimientos, y tuvo un breve paso por la televisión paraguaya.
-¿Crees que todavía no tuviste la oportunidad de lucirte en nuestra televisión?
-Yo no necesito demostrarle nada a nadie porque sé quién soy y, mientras sepa qué puedo lograr, no necesito la aprobación del otro. Me convocan para castings y claro que voy. Pero es difícil porque en la Argentina hay mucho acomodo, muchos familiares, siempre trabajan los mismos y por eso los programas se vuelven aburridos. (Marcelo) Tinelli no tuvo mucho rating este año y dicen que es porque siempre hace lo mismo... y quizá sea así, pero yo agrego que, además, es porque los participantes no se ponen la camiseta y en vez de ir a bailar para el show lo hacen porque les pagan o muchos renuncian.
-¿En qué programa te imaginás?
-Me adapto a todo, soy muy camaleónico, puedo reír y llorar, puedo ser participante, opinador, lo que sea... La televisión me divierte y me di cuenta de que me transforma porque salgo contento. Me gusta demasiado.
“Repartimos 350 platos de comida todos los sábados”
Desde hace algunos años, Mariano produce obras infantiles. Éste año prepara Una verde Navidad, que puede verse en forma gratuita durante todo el mes de diciembre en distintos municipios del Gran Buenos Aires. “Lo disfruto porque pongo mi parte creativa y dirijo a los chicos y a actores adultos también, y me doy cuenta de que las obras son buenas porque los chicos se quedan quietos, mudos y se ríen mucho. No lo cuento porque no necesito exponer todo lo que hago”, reflexiona.
-¿Te da pudor mostrar tu faceta solidaria?
-No, pero muestro lo que quiero que vean, nada más. También impulsé Sábados solidarios, que nació de la necesidad de ayudar a la gente que la estaba pasando mal durante la pandemia. Hay personas que viven de lo que ganan en el día y si no trabajan, no comen. Hay que ser más empático y no pensar en el ‘sálvese quien pueda’. Es un proyecto que empezó chiquito y fue creciendo más y más: hoy estamos repartiendo 350 platos de comidas todos los sábados. Así que mis fines de semana arrancan picando cebollas y cortando papas o lo que haya, cocinamos y repartimos. Lo hago con plata de mi bolsillo, con otras seis personas, y a veces hacen algunas donaciones o hago una acción con algún súper que se copa donando comida. Yo te remo todo porque siempre me faltó cinco para el peso. Mi fondo de pantalla de mi computadora es ‘do more’, ‘haz más’, porque es mi filosofía de vida y cada mañana cuando me levanto me digo eso.
-¿Estás en pareja?
-Vivo solo, y la verdad es que no sé qué contestar. Tengo algo tranqui, pero no me gusta la convivencia, prefiero dormir solo. Digamos que mi corazón está bien pero cada uno en su casa. Lo que me gustaría es ser papá; es una de mis asignaturas pendientes que espero concretar a corto plazo.
-¿Ya sabes cómo vas a concretar ese sueño?
-Quiero alquilar un vientre, porque adoptar en nuestro país es muy difícil. Y va ser una familia monoparental porque después te separas y el chico está un día esta con uno y otro con otro, y no es una mascota ni un bolso. Un hijo es una responsabilidad, un compromiso para toda la vida. Estoy en un momento en el que tengo muchas ganas y mucho amor para dar.
“Nunca me fue bien en el amor”
-¿Alguna vez te enamoraste?
-Sí, pero nunca me fue bien en el amor.
-¿Por qué?
-Porque me terminan lastimando. Quizá no encontré a la persona correcta. Por eso nunca muestro mis relaciones, hay cosas de la intimidad que prefiero guardar.
Mariano de la Canal nació, hace 32 años, en San Fernando. Y si bien se mudó varias veces, nunca se fue del barrio. Su madre, María, trabajaba como chofer, haciendo pool escolar: “Tenía una camionetita y llevaba y traía chicos de la escuela, trabajaba de 7 a 19 todos los días para darnos de comer a mi hermana y a mí, porque mis otros hermanos ya estaban casados. Nunca nos faltó nada pero tampoco nos sobró nada. Hoy mi mamá es jubilada y se la pasa viajando con ellos. Tuve una infancia común y corriente, aunque con la ausencia de mi papá, que hizo otra familia”, confiesa.
-¿Te reencontraste con tu papá?
-Si, después lo vi, pero es como un extraño. No tengo rencor ni le hago reproches porque casi no lo conozco. Tampoco me interesa tener un vínculo.
-¿Cómo recordás tu adolescencia?
-Era muy tranquilo, muy soñador, siempre en las nubes, craneando algo, pensando algo, en mi mundo. Siempre perseguí mis sueños.
“En el mundo del espectáculo son todos acomodados”
-¿Así fue como se te ocurrió ser el fan de Wanda?
-No me puedo sacar la nariz de payaso, pero hay una verdad y prefiero guardármela.
-¿Hoy tenés relación con ella?
-Sí, la mejor. Nos mensajeamos bastante seguido... pero con el quilombo que tiene (por su crisis con Icardi) no le mandé nada. Me parece que no da, ¿no?
-¿Qué pensás del momento que está viviendo Wanda?
-De los cuernos no se salva nadie. Pero ella sabe capitalizar todo para su juego, es muy inteligente, demasiado astuta. Está sufriendo, claro, pero lo capitaliza. Es una mujer que hace quince años que es famosa y todos los días aparece una noticia de ella sin estar en un programa de televisión, ni en teatro, ni en cine... Ella genera un reality de su vida y lo puede hacer porque tiene luz, ángel, la gente la quiere.
-Evidentemente, seguís siendo su fan.
-Yo la quiero, la banco.
-Vos también sabés capitalizar todo.
-Como dije, no te vas a sacar la nariz al payaso cuando la gente se está divirtiendo. Hay que saber utilizar lo que sucede alrededor para tu propio juego. Cuando estuve en el Soñando por bailar no podía creer estar rodeado de 25 mega bailarines ¡y yo no sabía dar un paso de baile! Pero me propuse quedarme y todo lo que pasaba lo llevaba para mi show. Así llegué a la final con Magui Bravi, y logré apagar la luz ese último día. Eso se llama meritocracia y es lo que falta en el mundo del espectáculo, porque son todos acomodados.
“Me hice los abdominales y me arrepentí”
-Hace algunos años te hiciste algunas operaciones estéticas, ¿quedaste conforme?
-Apenas me puse un poquito de bótox en la frente, hace un montón. También me hice los abdominales y me arrepentí, confieso. ¿Por qué? Cuando te hacés una liposucción y una marcación de abdominales, tenés que cuidarte. Queda espectacular siempre y cuando te controles en las comidas y hagas ejercicio. Y, la verdad, nunca me cuidé como tenía que cuidarme. No soy ningún fitness y comer es uno de los grandes placeres de mi vida.
-¿Te gustás si te mirás al espejo?
-Por supuesto, yo me amo. Estoy conforme conmigo mismo. Ni mi cuerpo ni mi imagen me condicionaron jamás para lograr mis objetivos. Me acepto tal cual soy. Tuve mi momento de boludez, de operarme como cualquier persona que tiene la posibilidad, pero mi apariencia con mi cara de galleta redonda, mi piel trigueña nunca me impidieron cumplir mis sueños.
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