El estadounidense de Salta que se hizo amigos de todo el mundo alojando gente en su casa
Hacerte amigos en cualquier parte del mundo es posible. Aunque las distancias culturales y sociales sean enormes o haya una gran diferencia de edad o de historias, la amistad durante un viaje con extranjeros va por otro lado. Tiene que ver con una conexión que se da por la curiosidad que se despierta por esas mismas diferencias. Quizás también por la búsqueda de aprender algo nuevo, y seguramente interesante, de una persona que tiene una vida totalmente distinta a la tuya. Eso y más es lo que siente Christopher Vrooman cada vez que le abre las puertas a extraños que se quedan en su casa en Salta.
Christopher es programador, tiene 50 años y hace 20 que vive en el norte del país. Todo empezó cuando conoció a su exesposa, una profesora de inglés que consiguió una beca para un intercambio de docentes, en Albany, Nueva York. Durante ese semestre de 1991, él trabajaba como voluntario de unas clases de inglés básico y ahí se enamoraron. Empezaron a salir, se casaron en 1993 y cuatro años después, ella le pidió volver a la Argentina porque extrañaba Salta.
Gracias a que su familia estadounidense le adelantó su herencia, Christopher y su esposa pudieron comprar su casa en Salta, donde tuvieron a su hija. Los años pasaron, la pareja se separó, y en un viaje a Manhattan, Christopher probó por primera vez Airbnb, la plataforma de búsqueda de alojamiento en todo el mundo. "Tuve tan buena experiencia que, cuando volví, me puse a pensar que era algo que yo podía hacer", contó a LA NACIÓN.
Así fue que en 2015 este "Roberto Carlos yanki" publicó una habitación de su casa y le cambió la vida. En estos últimos años conoció viajeros de más de 10 países, entre ellos Alemania, Bélgica, Bolivia, Canadá, Estados Unidos, Francia, Holanda, Inglaterra, Italia y también argentinos. No solo los conoció, se hizo amigo de ellos. En su perfil, Christopher se describe como un fanático del dulce que ama cocinar y conocer personas de diferentes lugares y culturas. "Siempre intenté tener amigos extranjeros. Cuando estaba en la universidad, mis amigos no eran los yankis, era la gente de todos lados, Vietnam, Costa Rica, etc. Incluso hice un intercambio de estudiantes en Inglaterra cuando estaba en el secundario".
Para él, los viajes son la oportunidad perfecta para conectar con personas que tienen otras perspectivas de vida. Pero abriendo su casa a "extraños" se convirtió en una forma cotidiana de viajar a todos lados sin salir de su ciudad. "Por más que me encantaría ir a todo el mundo, siendo anfitrión tengo la oportunidad de que todo el mundo venga a mi casa. Lo que más me gusta es la oportunidad de conocer gente diferente. Desde que empecé compartí mi hogar con un chef, con un jubilado constructor de casas, con estudiantes, fotógrafos y profesionales de muchos ámbitos. Siempre se aprende algo interesante, no es lo mismo que leer un libro de turismo, es conocer de experiencias personales".
Todo se trata de la confianza, no tiene que ver con una transacción económica solamente. "Se trata de compartir la vida, es mucho más íntimo que un hotel. Si usás este tipo de plataforma es porque estás más abierto a una experiencia nueva, si estás despierto a algo nuevo, también te predispone a cosas nuevas. Es difícil hacerte amigos en cuatro días, pero se genera una nueva conexión", contó Christopher.
Sus huéspedes opinan lo mismo: los halagos y las recomendaciones inundan su perfil. "Christopher se merece cada estrella por ser un superanfitrión. Fue muy hospitalario: habló un montón conmigo y me explicó todos los detalles de las costumbres locales. Incluso me invitó a celebrar Año Nuevo con sus amigos. Fue un gran placer conocerlo", dijo Martin en sus recomendaciones. Oscar y su pareja llegaron de Bolivia para conocer Salta y pararon en la casa de Christopher: "Es una persona que transmite confianza y que nos ayudó con buena información sobre Salta, tuvimos conversaciones muy amenas y probamos algo de su comida. Podemos decir que hicimos un nuevo amigo".
Así como el abrió sus puertas, el programador salteño tuvo tantas ofertas para conocer las casas de sus huéspedes que están planeando un viaje por todo el mundo para reencontrarse con todas las personas a las que alojó y con las que quedó en contacto. Su plan es hacerlo en 2020 en bicicleta y recorrer Holanda, Alemania, Suiza y Francia junto a su hija. "Justo ahora estoy con dos alemanes, y la misma noche que nos conocimos me invitaron a conocer su casa. Eso es lo que me encanta, esa disponibilidad de abrirse a otra gente, no conozco otras plataformas, pero creo que lo que ayuda es la comunidad, porque vienen personas de todos los caminos de la vida".
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