El enigma de los robots limpiadores
El tema del día son los robots. ¿Puede un robot limpiar la pileta mejor que un ser humano? O mejor que un piletero? ¿Sí? ¿No? ¿Más o menos? ¿Hace todo el robot, o hay que darle un empujoncito? Siempre a los robots hay que darles un empujoncito. Son como los niños. A estos robots que limpian piletas, en particular, un empujoncito que los tire al agua, y allá van ellos, tan responsables y sin quejas. Es bellísimo verlos alegres yendo y viniendo por el fondo de la pileta mientras la dejan lista para usar.
Como en estas pequeñas crónicas siempre se habla a través de casos puntuales, voy a hablar de mis dos clientes con robots. Uno es un señor muy fanático del jardín, muy meticuloso, prolijo hasta la obsesión. Como no tiene tiempo más que para sus plantas, y en su pileta no hay plantas, cayó en manos del robot piletero. Adquirió hace unos años uno de fabricación nacional, de excelente desempeño y óptima relación calidad-precio. Esos robots que funcionan conectados al filtro de la pileta y van aleatoriamente por toda la superficie, piso, paredes, gracias a un sencillísimo (pero muy inteligente) sistema de mangueras interconectadas y barrefondo con aspecto de manta raya. Si usted no les teme a las mantarrayas ese robot es altamente recomendable. Sin embargo, mi cliente terminó por abandonarlo y ahora el robot está ahí, enroscado abajo de un arbusto, llenándose de hongos, decepcionado, más inútil que una rueda de carreta. Ni como decoración servirían sus restos. ¿Por qué mi cliente abandonó a su robot? Porque le ensuciaba mucho el filtro y porque requería una atención bastante intensa. Tanta, que se cansó de llamar una y otra vez al servicio de mantenimiento de la empresa que se lo había vendido y prefirió llamarme una vez por semana a mí. "La mitad del tiempo andaba bien, la mitad del tiempo andaba mal" es su balance.
Segundo robot. Éste es un robot más robótico. Lo ponés en el agua y anda solo, con energía propia. Tiene filtros incorporados (o sea que no ensucia ningún filtro ya instalado) y se mueve aleatoriamente por toda la pileta. Cuando no se queda tildado en una sola zona, anda muy bien, y si lo dejás funcionando toda la noche, lo más probable es que al día siguiente tengas tu pileta lista y puedas poner a descansar al robot por el resto del día. Un robot casi ideal, si no fuera por ciertos cuidados que hay que tener y por ciertas condiciones del agua que hay que cuidar celosamente. Y por su precio, solo amortizable en tres o cuatro años de llamar a un piletero común y corriente. Y por cierta engorrosa dificultad a la hora de conseguir repuestos. Lo tiene una clienta que trabaja mucho y dice: "Yo no tengo tiempo de estar llamando a un piletero".
Sin embargo, luego de adquirir la preciosa máquina, terminó por dejar al robot solo para tareas de invierno, prefiriéndome a mí para el verano. ¿Otoño y primavera? "Vamos viendo."
Es que en el fondo, pienso, a la gente le gusta conversar, ofrecer agua fresca, o creveza, o fernet, al piletero; enterarse, por boca del piletaro, de los cambios que año tras año trae el mundo pileteril. Y un robot, en el mejor de los casos, cuando anda bien, solo sirve para limpiar la pileta.
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