Murió la Reina Isabel II: el día que despertó con un intruso en la habitación y reaccionó de una manera impensada
Tras el fallecimiento de la monarca, rememoramos un momento en la vida de Su Majestad donde la realidad superó a la ficción
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Con la noticia de la repentina muerte de Jorge VI el 6 de febrero de 1952, la vida de Isabel cambió para siempre y la convirtió, de la noche a la mañana, en soberana del Reino Unido cuando apenas tenía 25 años. Luego de siete décadas en el trono, devino en la reina que más tiempo se mantuvo en funciones. Este jueves 8 de septiembre, se anunció su muerte. En medio del dolor y la conmoción, se recuerdan muchas de las anécdotas de su vida, entre ellas, la vez que despertó en el palacio con un extraño a los pies de su cama.
La intrusión de Michael Fagan en el Palacio de Buckingham fue la mayor violación de la seguridad real del siglo XX y ni siquiera lo hizo una sola vez, sino dos.
El 7 de junio de 1982, este pintor y decorador logró trepar por una tubería de desagüe donde una de las criadas reales, Sarah Cartery, lo vio y corrió a alertar a seguridad. Para cuando los guardias llegaron al lugar había desaparecido y nadie le creyó. Supuestamente, el hombre se abrió paso por la ventana del tercer piso de la habitación 151 y una vez adentro comió queso cheddar y galletas, y además bebió media botella de “vino barato”, según reportó el Daily Mirror.
Según relató, caminó descalzo durante media hora y pasó frente a dos puertas que tenían los letreros “Carlos” y “Diana”, así como también entró en la sala de correos donde vio los regalos enviados para el príncipe William, que tenía apenas dos semanas de nacido.
Asimismo, desesperado por encontrar un baño, se decidió por un contenedor con la etiqueta “comida para corgi” y orinó en él.
Sin embargo, logró tener contacto con la reina la segunda vez que se escabulló en el palacio, más precisamente el 9 de julio de ese año.
Para desgracia de Isabel, si bien sonaron las alarmas, los oficiales de seguridad las silenciaron porque pensaron que estaban defectuosas. En realidad no era así, ya que ese día Fagan trepó una pared de cuatro metros y, una vez dentro, rompió accidentalmente un cenicero de cristal y se cortó la mano. Todavía tenía fragmentos del vidrio cuando entró en la habitación de la reina.
Este insólito suceso quedó plasmado en uno de los episodios de la cuarta temporada de The Crown, por lo que el hecho de que un intruso violara la seguridad real no fue algo meramente ficcional.
Los informes iniciales indicaron que Michael se sentó al final de la cama de la monarca y ella le habló con calma durante diez minutos, en un intento por detenerlo mientras pedía ayuda. Sin embargo, esa es una de las versiones que circulan dado que, con el paso del tiempo, hubo otras no tan pacíficas.
El Daily Mirror reseñó que en 2012 Fagan contó que esa no fue la secuencia de los hechos y describió que una vez dentro de la habitación, corrió la cortina de la cama de la reina y la encontró dormida mientras “temblaba”. Cuando despertó, lo primero que alcanzó a decir sobresaltada fue: “¿Qué estás haciendo aquí?”, comentó el hombre, que describió que la voz de la reina apenas se oía.
Seguidamente, relató que Isabel pasó junto a él y corrió de la habitación. De inmediato, entró un empleado y lo llevó a una despensa donde le sirvió un poco de whisky Famous Grouse antes de que llegara la Policía. En aquella época, la ley establecía que la intrusión se trataba de un delito civil más no penal y, por lo tanto, a Fagan no se le acusó de allanamiento de morada, pero sí por el robo de una botella de vino que cometió la primera vez que entró. Pese a eso, los cargos se retiraron cuando fue internado para someterse a una evaluación psiquiátrica.
Posteriormente, un jurado en Old Bailey escuchó el 24 de septiembre de 1982 la versión del hombre, quien declaró en el estrado que le sorprendió no ser capturado de inmediato, según reseñó The Guardian. “Pudo tratarse de un violador o algo así. Sabía que podía romper el sistema de seguridad porque era muy débil”, expresó, quien además manifestó sentirse “enamorado de la reina”. Tras esa exposición, y luego de un breve debate, decidieron absolverlo.
Más allá de que el episodio no pasó a mayores, puso en jaque a la seguridad del palacio. La entonces Primera Ministra Margaret Thatcher se disculpó con la reina por el incidente y el Ministro del Interior Willie Whitelaw ofreció su renuncia.
Ahora con 70 años, Fagan sostuvo durante una entrevista en 2020 a The Sun que no se arrepentía en absoluto de su excursión en el palacio. “Las personas que hicieron cosas maravillosas se arrodillan frente a ella para ser honradas, pero en realidad me senté en su cama y casi pude hablar con ella”, dijo con orgullo. Ahora solo le queda lamentarse que la producción de The Crown no lo consultó para retratar el momento más notorio de su vida, el cual lo situó en el mapa de la memoria de una nueva generación
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