El día en el que un concursante dejó en bancarrota a un programa de televisión
El hombre se aprendió de memoria todas las combinaciones del juego para ganarlo y su historia es recordada hasta el dóa de hoy
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Este hecho ocurrió el 19 de mayo de 1984, cuando un norteamericano de 35 años llamado Michael Larson se encontraba en un programa de la televisión de los Estados Unidos llamado Press Your Luck. Este contaba con una gran cantidad de juegos de azar para que el concursante gane dinero.
En aquella época, según un documental de CBS (Columbia Broadcasting System, su antiguo nombre), la norma era que ningún jugador podría ganar más de 40 mil dólares. Rompiendo toda regla, Michael Larson abandonó el estudio con más de 110.237 dólares en sus manos, un yate y un viaje a Hawai.
Todos los presentes en el estudio de CBS no entendían cómo este hombre de 35 años pudo ganar él solo todos estos premios, ya que simplemente oprimiendo de forma correcta un botón pudo volverse rico en un instante.
Larson les comentaba a su ex pareja y a su hermano años atrás que nunca estuvo interesado en ganar dinero honestamente. Lo que hacía era hallar agujeros en el sistema que le permitiese ganar dinero fácil, para pasar sus años en trabajos de medio tiempo.
Por ello elaboraba pequeños robos al sistema norteamericano a través de las promociones bancarias que ofrecían dinero por abrir una cuenta o fundando empresas falsas, para sí, despedirse a sí mismo y cobrar una especie de finiquito al Estado. Hasta que un día, decidió ver y analizar los concursos televisivos que pasaban todos los días en aquella época.
Press Your Luck, uno de los programas más famosos y conocidos de ese entonces, fomentaba la participación para jugar en el programa. En la mente de Larson no solo se necesita el azar para ganar, sino que podría aprovecharse de la máquina la cual controlaba el juego de este programa televisivo.
Este concurso era el resultado de la mente de dos programadores de concursos televisivos, Rick Stern y Bill Caruthers, que habían pasado dos décadas diseñándolos para entretener con luces y tecnología a todo el país.
Este juego consistía en una serie de botones que controlaban los paneles y los distintos elementos que se superponen en pantalla junto a los jugadores. La mecánica era muy sencilla — a la vista de Michell Larson-, ya que eran varios paneles con 18 casillas retroiluminadas de manera aparentemente aleatoria que contenían varios elementos: premios, barcos, viajes, muebles y dinero. La parte que a Larson le interesaba más era la posibilidad para el participante de tirar otra vez y pasar por el mismo proceso.
Larson al darse cuenta de lo fácil que era ganar con este programa decidió llenar su casa de televisores y grabadoras para estudiar todo el procedimiento del concurso. Según recuerda su exmujer: “El calor que generaban estos aparatos era tan alto que la pintura comenzó a desprenderse de la pared”.
Michell encontró un patrón, que si lo usaba se haría millonario sin ningún esfuerzo, como el tanto lo deseaba. La máquina que se encargaba de hacer funcionar este programa contaba con Los Whammies una especie de trolls animados que le quitaban al jugador todo lo que había ganado hasta ese momento. Michell Larson pudo darse cuenta por su estudio que las casillas 4 y 8 nunca tenían un troll que quitaba dinero.
Sobre esa particularidad, Larson montó el resto de su procedimiento, y practicó día a día para tener la habilidad de presionar el botón exactamente cuando señalaban la casilla 4 y 8. El día del concurso estaba muy nervioso porque sabía lo que podía conseguir, por esta razón para poder participar, decidió inventarse una historia triste y con sentimiento para que lo dejaran subir y ser el seleccionado entre tres participantes.
Lo logró contra todo pronóstico. Desde la segunda tirada comenzó a hacer de las suyas y ganar todo el dinero que fue posible. Al final decidió retirarse después de 47 participaciones con 104.950 dólares en efectivo, un barco (1015 dólares) y dos viajes a Bahamas y Kauai, con una cifra en total de 110.237 dólares.
Larson, al conseguir sin ninguna trampa este premio tan grande, decidió replicar lo que había hecho en este concurso, queriendo demostrar que era más listo que todos, por desgracia no lo logró.
La ambición por el dinero era más grande. Esto lo llevó robar dinero de bancos con un esquema creado por el mismo. Lamentablemente, fue diagnosticado con cáncer de garganta, y en el momento que el FBI lo localizó en Florida, había muerto por esta enfermedad.
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